Capítulo 5: Desafiando a la Oscuridad
El Enviado de la Oscuridad permanecía de pie, inmóvil, con su mirada fija en Last y sus compañeros. Sus ojos rojos resplandecían, llenos de una malicia profunda que parecía capaz de penetrar cualquier barrera. Los demás cultistas habían retrocedido, formando un círculo alrededor de la confrontación, observando con anticipación.
—Tú eres Last, el portador de Destro, ¿verdad? —preguntó el Enviado con voz calmada pero cargada de desprecio—. He oído hablar de ti. Un joven con un poder que no comprende… algo peligroso en manos tan débiles.
Last sintió la rabia hervir en su interior, pero también el llamado de Destro, instándolo a controlarse. Miró a Kira y Kael, quienes estaban listos para luchar a su lado.
—Subestimas nuestra fuerza. No estamos solos en esto —dijo Last, con una determinación firme en su voz.
La Batalla se Intensifica
El Enviado avanzó, levantando una mano que parecía absorber la luz a su alrededor. Con un movimiento rápido, liberó una oleada de energía oscura que se expandió hacia el grupo. Kira reaccionó al instante, creando una ráfaga de viento que desvió el ataque, pero la fuerza de la oscuridad se sintió como una presión aplastante sobre todos ellos.
—Es más fuerte de lo que pensaba —dijo Kael, respirando con dificultad mientras intentaba mantener su barrera de luz.
Last, concentrándose, permitió que Destro tomara el control parcial de sus habilidades. Su sombra se extendió como un manto, cubriéndolo y otorgándole una velocidad y fuerza sobrehumanas. Se lanzó hacia el Enviado, lanzando una serie de golpes rápidos y precisos.
Sin embargo, el Enviado los esquivaba con facilidad, riéndose en voz baja.
—¿Eso es todo? Esperaba más de alguien que carga con un poder tan oscuro —dijo, contraatacando y lanzando a Last hacia atrás.
La Decisión de Last
Last se puso de pie, sintiendo el dolor recorrer su cuerpo, pero se negó a rendirse. Las palabras del Enviado resonaban en su mente, haciéndole cuestionar si realmente era digno del poder de Destro.
—Last, no escuches sus mentiras. Tienes más poder del que imaginas —susurró Destro desde su interior, con una voz firme y segura.
Last asintió, permitiendo que esa conexión con Destro se fortaleciera. Sentía que la oscuridad en él no era una maldición, sino una fuente de fuerza que podía moldear para el bien.
—No me vencerás tan fácilmente —gritó, liberando una explosión de sombras que cubrió el campo de batalla.
El Enviado retrocedió, momentáneamente sorprendido por la intensidad del ataque. Kira y Kael aprovecharon la oportunidad, lanzando sus propios poderes en una combinación de viento y luz, arrinconando al Enviado.
La Victoria y la Revelación
Finalmente, debilitado y rodeado, el Enviado se arrodilló, respirando con dificultad. Last se acercó, manteniendo a Destro preparado en caso de que intentara algo.
—¿Por qué la secta busca a los portadores? ¿Qué ganan al capturarnos? —preguntó Last, con la voz firme.
El Enviado sonrió con una mueca torcida.
—No entiendes nada. Los Jokais no son aliados, son armas, herramientas para obtener el poder absoluto. Nosotros solo aceleramos el destino… pronto, todos los portadores caerán ante la oscuridad.
Antes de que pudiera continuar, el Enviado invocó una pequeña esfera oscura y la aplastó en su mano. Un destello envolvió su cuerpo y, en un instante, desapareció, dejando tras de sí un rastro de sombras.
Reflexión y Decisión
El grupo observó el vacío que dejó el Enviado, conscientes de que el peligro no había terminado. Last sentía una mezcla de frustración y alivio; habían vencido esta vez, pero aún había mucho por descubrir.
—Esto es solo el comienzo —dijo Alaric, acercándose—. La secta no se detendrá hasta lograr su objetivo.
—Entonces debemos ser más fuertes, no solo por nosotros, sino por todos los que dependen de nuestra protección —dijo Last, mirando a sus amigos con determinación.
Con un nuevo propósito, el grupo se preparó para seguir adelante, conscientes de que las verdaderas pruebas estaban por venir.