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Yang Ruxin asintió, dándole a Li Yi una sonrisa agradecida, pero no dijo nada.
Sin embargo, la cara de Yang Peili no había mejorado mucho, ya que él no estaba preocupado por la condición de Xun Hui sino por si dos taeles de plata serían suficientes...
—La cuñada estará bien —Yang Baixiang también miró a Yang Ruxin.
—Lo sé —respondió Ruxin, asintiendo con la cabeza—. No dejaré que le pase nada.
Yang Baixiang no pensó mucho en sus palabras, simplemente sonrió y asintió en respuesta.
Aproximadamente dos horas después, el Doctor Wang finalmente salió.
—¿Cómo está ella? —antes de que Yang Ruxin tuviera la oportunidad de levantarse y preguntar, Yang Peili fue el primero en hablar.
—¿Qué pasó aquí? Quien haya hecho esto fue realmente despiadado —suspiró el Doctor Wang—. Un poco más desviado y hubiera sido fatal...
La cara de Yang Peili se tornó un incómodo tono mientras luchaba por encontrar palabras que decir.
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