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San Cristol, aunque acogedor, era un lugar donde las actividades eran escasas. La vida se resumía en cosechar, pastorear y esperar las festividades para escapar brevemente de la rutina. Pero Alice soñaba con algo más grande, algo que no cabía en los estrechos caminos de su pueblo, sus padres sabían que aquel pequeño pueblo no la haría feliz, preocupados por el viaje de la joven, convencieron a su hermano de acompañar, tarea que no fue muy complicada.Tomás con una expresión adormilada se dirigió a Alice."¿A dónde?" preguntó Tomas con un tono monótonoSus palabras carecían de contexto, Alice lo miro una expresión ligeramente perdida en su rostro antes de entender a que se refería, ella se da un par de palmadas en la cara antes de sonreír con una convicción que tomas encontró familiar y sin ningún signo de duda respondió con una frase que resonaría con ellos por el resto de sus vidas."A la Capital"Después de un pequeño silencio continuo."Es hora de irnos, a la ciudad, Tomás. Si nos quedamos aquí, nuestros sueños morirán antes de que siquiera empiecen."Alice tenía un sueño, le gustaba pintar, anhelaba exponer sus pinturas en las galerías más prestigiosas, Tomás por su parte nunca había tenido, al menos no uno por el que mostrara tanta pasión como Alice, tendía a seguir el flujo de los acontecimientos, si el mundo quería que fueran a la capital, quien era el para negarlo, aunque si Tomas tuviera que elegir algo como su sueño, le gustaba escuchar historias, solía escuchar las vivencias de todos en el pueblo, a veces le apetecía contar historias a él también, pero como no tenía ninguna propia a veces se metía en problemas por contar las de los demás.Esa misma tarde, empaquetaron lo poco que tenían: un par de mudas de ropa, los ahorros que su madre les había dejado, y las herramientas que simbolizaban sus sueños: una libreta y una cámara para Tomas, un estuche con pinturas y lienzos para Alice.El viaje a La Capital fue una odisea. Caminaron durante horas hasta llegar a la estación de autobuses más cercana. Durante el trayecto, Alice llevaba la delantera, con paso firme, mientras Tomás intentaba seguir su ritmo, aunque sin mucho éxito.Alice Subió al autobús con la mezcla de emoción y nostalgia que acompaña a quienes dejan atrás todo lo conocido, observaba cada detalle del paisaje, como si quisiera guardarlo en su memoria para siempre, Tomas, bueno disfruto bastante de haber conseguido un asiento en el bus, tenía los ojos cerrados como si estuviera durmiendo, pero si uno prestara atención notaria como sus orejas se movían de vez en cuando de manera bastante irregular, como si intentara encontrar alguna historia interesante que escuchar durante el viaje del bullicio perteneciente a aquellos que se encontraban en el mismo bus.Al llegar a la ciudad, los hermanos quedaron abrumados por el ambiente y las luces. Las calles estaban llenas de gente apresurada, los edificios se alzaban imponentes y el aire olía a gasolina y promesas de progreso. Era un mundo completamente distinto al que habían conocido.Alice se quedó allí fascinada por el lugar, parecía que se quedaría grabando el paisaje de la ciudad para siempre, como si Tomas hubiera previsto aquello le dio un pequeño empujón en el constado con la mano, lo que la saco de su aturdimiento.Alice volvió a escanear levemente la ciudad antes de continuar su camino mientras Tomas la seguía.despuesto de todo tenían que encontrar un lugar donde dormir.