Capítulo 119 Misoginia masculina clásica
"¡Hermano Tang Yu!"
Al ver que Tang Yu llegó, Jiang Xiaoyue sonrió y, agitando la mano, corrió hacia él, enlazando su brazo con el de Tang Yu y preguntando:
"¿Por qué has venido a buscar tantas hierbas extrañas esta vez? Mis provisiones no son suficientes para ti."
"Es para refinar pastillas."
Tang Yu no tenía nada que ocultar de Jiang Xiaoyue, así que le acarició la cabeza y sonrió.
"¿Quieres aprender?"
"¿Refinar pastillas? ¡Sí!" Jiang Xiaoyue abrió los ojos con asombro y asentía vigorosamente.
En este tiempo, ya había asimilado más de la mitad de la "[Medicina Celestial]" que aprendió de Tang Yu la última vez.
Refinar pastillas, sin duda, era lo más difícil en el camino de la medician china, ya que requiere mucha atención a los detalles.
Si lograba aprenderlo, su habilidad médica mejoraría enormemente.
"Está bien, te enseñaré más tarde."
Tang Yu no tenía nada que ocultar de Jiang Xiaoyue; había visto a esta chica crecer desde pequeña, casi como a una hermana.
Después de charlar un poco en la puerta, entraron en la casa de la familia Chen.
Cuando entraron, el anciano Chen ya estaba sentado dentro, tomando té y esperándolos.
Al ver a Tang Yu, el anciano Chen sonrió y lo saludó: "¡Ha llegado el joven Tang!"
"¡Abuelo Chen, cuánto tiempo sin verte! Esta vez has tenido que esforzarte, te deseo una larga vida, más larga que las montañas y felicidad tan vasta como el océano."
"¿Para qué tanta cortesía? Aunque hables dulce, no te haré un descuento."
"Jaja, por el bien de Xiaoyue, un descuento del 20% aún podría considerarse."
"¡Vete a la verga! Con lo rico que eres, ¿y todavía regateando con un anciano?"
Después de intercambiar algunas bromas, ambos se rieron a carcajadas.
Aunque el anciano Chen estaba bromeando,
era un hombre que no dudaba en gastar su dinero.
Después de que le trajeran las hierbas que necesitaba Tang Yu, le pasó la cuenta sonriendo.
Tang Yu miró la cuenta y, ¡madre mía!, sumando todo no había escatimado nada.
La más cara era la raíz de ginseng de nieve de cien años; solo esta hierba valía treinta millones.
Sin embargo, para Tang Yu, esta cantidad de dinero no significaba mucho.
Comparado con el precio de la píldora de las Nueve Transformaciones , ¿Qué era el dinero?
Antes había sacado casi cien mil millones de Lu Junzhuo; este dinero le serviría para un buen tiempo.
Después de pagar, Tang Yu comenzó a revisar las hierbas una por una.
Para la píldora, necesitaba un total de treinta y seis ingredientes, y después de contarlas, se dio cuenta de que faltaba el más importante.
"Abuelo Chen, ¿y la raíz de ginseng de nieve de cien años?"
"La raíz de ginseng de nieve de cien años llegará en dos días. La hice traer desde la montaña Changbai; ahora es difícil de encontrar," explicó el anciano Chen con una sonrisa.
"Está bien, por favor, estaré atento, porque necesitaré eso en el futuro."
Tang Yu no se preocupaba por esperar un par de días.
Justo cuando terminó de hablar, tres personas entraron por la puerta.
La que iba al frente era una mujer alta y hermosa.
Entre las mujeres que conocía Tang Yu,
ella sin duda era la más alta; su estatura debía ser de alrededor de un metro setenta y dos.
Y al usar unos tacones altos, incluso Tang Yu, que mide poco más de un metro ochenta, sentía algo de presión.
Con su figura esbelta y voluptuosa, combinada con su apariencia de mujer fuerte,
era como un durazno maduro; cualquier hombre querría darle un mordisco.
Lamentablemente, su rostro era frío como el hielo
hacia que su atractivo, que podría alcanzar los 99 puntos, se redujera al menos en 10.
Incluso Su Muyue, al compararlas, parecía insignificante.
[¡Enserio, ella es demaciado alta!]
[Con esa altura, muchas posiciones son posibles... Tang Yu, ¡debes mantener la compostura!]
[Siendo un alto, rico y guapo, no deberías pensar de manera tan sucia.]
Tan pronto como la mujer entró, escuchó los pensamientos de Tang Yu.
Su mirada fría se dirigió inmediatamente hacia él.
Al ser mirada de esa manera, Tang Yu sintió un escalofrío en pleno verano, y se preguntó quién había encendido el aire acondicionado.
Sin embargo, al ver que la boca de Tang Yu no se movía, ella frunció levemente el ceño, algo confundida.
¿No era él quien estaba hablando?
"¡Señorita Yang, cuánto tiempo sin verte!"
Al ver que la otra persona lo estaba mirando, Tang Yu rápidamente sonrió y la saludó.
Reconocía a esta mujer, se llamaba Yang Zhilan, pero no era de Su Hang, sino de una familia adinerada de la ciudad de Mingzhu.
La familia Yang era la más rica de Mingzhu, con un patrimonio familiar de casi 300 mil billones.
Frente a ella, Tang Yu ni siquiera podía atreverse a considerarse rico, solo podía calificarse como un chico alto y apuesto con poco dinero.
Justo después de saludar, Tang Yu sintió un dolor en la cintura.
Jiang Xiaoyue, que estaba a su lado, le estaba pellizcando la cintura con una expresión indignada.
Ella había escuchado muy claramente los pensamientos de ese tipo.
¡Qué obsceno!
"¿Qué estás haciendo?"
Tang Yu rápidamente le quitó la mano, gritando de dolor, sin entender por qué esta chica lo estaba pellizcando.
"¡Cuánto tiempo sin vernos!"
Yang Zhilan respondió fríamente y luego dejó de mirar a Tang Yu.
Aún no había entendido bien la situación.
Pero esas pocas palabras la habían dejado de muy mal humor.
Su impresión de Tang Yu se había desplomado.
La familia Yang y la familia Tang tenían algunos tratos comerciales, pero eran solo pequeños negocios de decenas de miles de millones, así que no había mucha amistad entre ellos.
Sin hacerle caso a Tang Yu, se acercó al anciano Chen y le preguntó:
"Señor Chen, necesito algunas hierbas raras. Aquí tengo una lista, por favor, consígamela lo antes posible. Puedo pagar el doble del precio de mercado."
Dicho esto, le pasó un papel al anciano Chen.
El anciano Chen era un hombre que se iluminaba con el dinero.
Hoy, el dios de la fortuna había venido a visitarlo, sonreía tanto que casi no podía abrir los ojos y rápidamente aceptó la lista.
"Como lo dice la distinguida invitada, ¿Quién se atrevería a desobedecerla?"
Cuando extendió la mano para tomar la lista, sus dedos se tocaron brevemente.
Yang Zhilan sintió una especie de electricidad y rápidamente retiró su mano.
Inmediatamente, le salieron unos pequeños bultos rojos en la mano, como si tuviera una alergia.
Tang Yu, que estaba al lado, al ver esto recordó la trama original.
En la trama original, Yang Zhilan también era una de las concubinas del Rey Dragón.
Sin embargo, su aparición era un poco más tarde.
El Rey Dragón regresó a china para presumir, y tenía que avanzar paso a paso y cambiar de escenario.
Después de terminar con la ciudad novata de Su Hang, su segunda ciudad fue Mingzhu, conocida como la perla del este.
Y una mujer tan excepcional como Yang Zhilan, sin duda, fue asignada por el autor para que fuera al harén del Rey Dragón.
"Sistema inútil, dame un avance de la próxima trama."
Tang Yu llamó al sistema con cariño en su mente.
"Beep, avance fallido... ¡te asusté! Avance completado."
El sistema bromeó al detenerse a mitad de frase, haciendo que Tang Yu se asustara, pensando que este tipo lo iba a meter en un lío.
Afortunadamente, esta vez el sistema funcionó normalmente y le reveló la trama a Tang Yu.
Una vez que terminó el avance,
Tang Yu finalmente entendió por qué Lin Fan no había hecho nada en esta semana.
Resulta que este tipo, después de sufrir un revés, había ido a Mingzhu.
Su viaje a Mingzhu tenía como objetivo a la familia Yang.
El actual cabeza de familia, Yang Guo Feng, había contraído una extraña enfermedad, y su hermano menor tenía grandes problemas.
En los últimos años, había buscado a varios médicos famosos para ayudarlo.
Entre ellos estaba el viejo médico Jiang, pero lo rechazaron.
Al enterarse de esta situación, Lin Fan se ofreció a ayudarlo.
Una vez que curara a Yang Guo Feng y ganara la confianza de la familia Yang, su próximo objetivo sería Yang Zhilan.
Yang Zhilan, al apenas haber tocado la punta de los dedos del anciano Chen, ya estaba teniendo una reacción alérgica en la piel.
Esto era una enfermedad llamada aversión a los hombres.
Por supuesto, esta aversión a los hombres era diferente de la que algunas mujeres tienen en internet.
Esas mujeres odian a los hombres que no les traen beneficios y que no están dispuestos a arrodillarse y ser adoradores.
Si se tratara de un hombre atractivo y rico, su "enfermedad" se curaría de inmediato.
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