Punto de vista / ???.
En una habitación se encontraban dos siluetas, una sentada y la otra de pie parada a su costado.
"Así que... La línea de sangre de un dios olvidado acaba de resurgir..." La silueta que se encontraba sentada detrás de un escritorio, reveló una voz masculina mientras reflexionaba sobre el último accidente que ocurrió en el mundo de los humanos.
"Es correcto, al parecer el descendiente de este dios, despertó su linea de sangre cuando estaba a punto de morir en una pelea contra un ángel caído de rango medio bajo y su mascota corrupta que era de rango medio alto" esta vez, la silueta que habló fue la que estaba parada a un costado del hombre que se encontraba sentado, ella... tenía una voz femenina ligeramente monótona.
"Grandes cambios están por suceder no solo en el reino demoniaco o humano, el panteón al que pertenezca el antepasado de este niño, irá tras él" continúo el hombre mientras revisaba algunos papeles que tenía regados entre su gran pila de papeleo pendiente.
En la revisión, vió caer una carta con finos finos bordes teniendo una estampa de color rojo, edta carta era proveniente de su familiar más querido.
"Ohh... asi que mi hermanita me acaba de enviar una carta" habló el mismo hombre solo que con un tono de voz más infantil, se notaba mucho más emocionado que antes.
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La mujer por su parte, no respondió nada mientras contenía un pesado suspiro.
"Ya veo... ¡Ha encontrado al nuevo portador del emperador dragón rojo! Y lo mejor de todo es que lo ha vuelto en el peón de su nobleza jaja ¡Esto hay que celebrarlo!" Exclamó el hombre mientras intentaba escapar de sus obligaciones como rey de los demonios.
"Cariño... ¿A donde crees que vas?" Habló la mujer expresando una cálida sonrisa que asustó al mismísimo rey de los demonios, haciendo que vuelva a sentarse por las consecuencias que traerá desobedecer a su esposa.
"Además... Hay más contenido en esa carta" continúo la mujer volviendo a su tono monótono.
El señor asintió y volvió a releer la carta de su hermanita.
....
"También encontró a "un inútil insecto" esto es según sus palabras..." El hombre suspira pesadamente mientras deja caer la carta sobre su escritorio.
"Si ella supiera quien es él en realidad..." Mueve la cabeza de un lado para otro en señal de negación y ligera decepción, aparta la mirada de la carta ahora sobre su escritorio y voltea a ver a su esposa.
"Crees que le tengo que contar a quién está menospreciando y castigando con el nostracismo?" Preguntó el hombre con decaimiento palpable en su voz.
"No, ella misma debe darse cuenta que su infantilismo y egoísmo, lo que es propio de un demonio, pero ella lo está llevando a niveles extremos, esta conducta la conducirá por un futuro sin luz presente al final de su camino" contestó la mujer firmemente, ella sabía mas que nadie quién era al joven a quién tanto desprecia la hermana menor de su esposo, después de todo, ella lo ha estado vigilando desde hace un tiempo ya.
La razón era por qué su esposo estaba ligeramente temeroso de la posible línea de sangre de ese niño, sea un peligro para los demonios, y, si la situación lo ameritaba, debía matarlo antes de que sea una amenaza.
Pero al ver qué se convertía en un demonio, decidió vigilarle para que los angeles caídos no pusieran sus manos en él.
Pero, no por ello, ella iría a rescatarlo en cualquier situación, si ella actuase en son a la protección de este niño, una guerra entre la fracción demonio y la de los angeles caídos explotaría por el ataque de un rey demonio hacia su facción.
La línea de paz entre nuestras facciones era tan ligera que cualquier acto haria que una guerra estallace.
Las reglas estaban claras para ella, solo podía ver y esperar a que de alguna forma sobreviva, si moría, solo debió culpar al pecado de la debilidad.
Grata fue su sorpresa al ver que cuando este niño estaba a punto de morir, despertó la línea de sangre, y después de la brutal pelea, fue ella misma quién guío al embajador humano para que ayudara al niño.
"Por lo menos, Rías tiene el alma de ese niño" continúo el hombre mientras dudaba seriamente de la inteligencia de su amada hermanita.
"Pero, ¿cuánto tiempo crees que ella que nunca entrena, pueda controlarlo? Con alma o sin alma, no puedes controlar a quién algún día ascenderá a la divinidad" contestó la mujer haciendo que el diablo se preocupe más.
Era claro para los demonios, si uno de los esclavos que conforma tu nobleza era más fuerte que el mismo rey, este podía actuar contra la voluntad de su rey.
El mismo sabía que habían malcriado a su hermanita, ella tiene un sentido del poder muy infantil y se lo pegó al resto de su nobleza.
Maldición, ella lo está condenando al exilio por perder contra un ángel caído de rango medio alto cuándo él ni siquiera sabía que era un demonio reencarnado de clase baja.
Ella aún cree que puede lograr todo usando a gente poderosa, que, en cierto sentido tiene razón, en lo que ella se equivoca es en cómo trata a su nobleza y al resto del mundo.
Simplemente está contando el dinero de huevos que aún no ha vendido.
Ella no entrena nunca, solo se la pasa viendo anime y explorando la cultura japonesa, y eso también cae a su nobleza, una nobleza que nunca entrena, está destinada a caer.
Frotándose el espacio que existe en medio de sus cejas, volvió a su trabajo atrasado, ser rey demonio le consumía todo el tiempo que podría haber dedicado en enderezar a su hermanita.
Punto de vista / Alex.
Pasando el shock de descubrir el verdadero género del nuevo miembro de su familia, desayuné un poco, mientras sentia todo el dolor muscular de la batalla que tuve.
Mientras lo hacía, tuve un pequeña conversación con el señor Teuchi.
"¿Cuánto tiempo estuve tieso tirado en la cama?" Pregunté casualmente mientras tomaba una taza de café caliente que pedí hace un rato, la bebida calmó mi cansancio ligeramente, todo mientras el pan tostado se remojaba dentro de mi paladar.
"Has dormido por casi 3 días muchacho, de verdad debiste pasarlo mal con ese ángel caído" respondió Teuchi provocando que una ceja se alzara ligeramente desconcertada ¿Acaso el sabía del mundo sobrenatural?
Pisando sobre hielo fino, decidí cambiar de tema, posiblemente el sabía del mundo sobrenatural debido a su difunto hijo o algo relacionado.
"Sabes lo que les pasó a los padres de Naru? El ángel caído que me enfrenté al parecer ya conocía a la niña y según sus palabras, ella mató a sus padres" pregunté mientras recordaba las palabras de esa sádica mujer le dedico a la niña mientras su mascota la torturaba.
"Lamentablemente no sé mucho de esto, mi puesto de ramen familiar, sirve como punto muerto diplomático de las diferentes razas, de entre ellas, la información vuela como rumores de boca en boca y no he descubierto la versión real del ataque a la familia de Naru-chan."
Asentí entendiendo a lo que se refería, quien diría que el amable señor del ramen, tuviera un punto muerto entre razas, era fascinante el saber como este mundo estaba tan estrechamente relacionado a lo sonrenatural.
Dejando mi taza de café a un lado, me prepare para conocer la verdad de lo que pasó.
El amable señor, enderezó su espalda y comenzó a recordar los hilos de conversación que había escuchado.
"Esto se remonta hace un mes más o menos, todo lo que oí es que algunos ángeles caídos fueron mandados a asesinar a la pareja junto a su hija"
.....
Tomándose un respiro, el mayor reprimió una mueca de dolor y frustración, estaba implicito que eso no era todo, el sufrimiento que la pareja debió sentir antes de su muerte, debió ser inimaginable.
Aclaró su garganta alejando los pensamientos y volviendo a una expresión menos tensa, reflejando sus años de experiencia en el control de sus propias emociones.
Tener un lugar dónde se encuentren diferentes tipos de razas en conflicto y ser imparcial en el asunto, debe ser algo muy exigente para un humano cualquiera.
"Corre el rumor de que los altos mandos y los ancianos de la misma facción, fueron los que contrataron los servicios de los angeles caídos" volvió a hablar el hombre dejándome ligeramente pensativo sobre el asunto.
Queriendo cambiar de tema una vez más, decidí por preguntar algo que le sacará una sonrisa de abuelo orgulloso a este hombre curtido en el intercambio de información e intermediario entre diferentes facciones como un ser imparcial y estando bajo ningún mando aparente.
"Entonces...¿Naru estuvo conmigo todo este tiempo?" Volví a preguntar evitando con éxito está mina terrestre.
"Jojojo, por su puesto que si, está... Niña no se quiso apartar de ti diciendo que las mujeres malas te atacarán si se iba jojojo" respondió con júbilo en su voz, era claro lo testarudo que era está chamaca.
Suspiré en respuesta viendo como Naru volvía a la sala con la cara ahora limpia y sus dientes bien cepillados.
Había hecho un desastre con su desayuno, después de terminar, tenía migas de pan junto a clara y yema por todo su rostro.
"Gracias señor Teuchi por prestarme el baño" habló la niña mostrando cortesía, era raro de un niño mostrar tales palabras, o almenos así lo era en el barrio de donde me crié, allí lo niños no hablaban asi a menos que sus madres le apuntasen con sus chanclas...
"Bienvenida Naru, ¿no hubo ningún inconveniente?" Pregunté a la niña, alejando ese recuerdo de mi mente.
Una sonrisa apareció en mi rostro al ver como ella me respondía con un movimiento de su cabeza en señal de negación.
"Nop, mi mamá me enseñó todo lo que se jiji" sonrió la inocente niña, ella aún no sabía lo que era la muerte y que sus padres ya no volverán.
Asentí con una pequeña sonrisa algo forzada, sabiendo ahora gracias a Teuchi, todo lo que pasó con sus padres, o al menos una pequeña parte de ello.
Queriendo alejar ese pensamiento, me puse de pie con ligero dolor en mi cuerpo, tomando un respiro y estirandome ligeramente, me acerqué a Naru.
Al llegar frente a ella, me coloqué en cuclillas, e intente ponerme al mismo nivel que la enana.
"¿Te gustaría ir a algún lugar? Como por ejemplo... ¿Al parque?" Pregunté sacando inmediatamente un asentimiento feliz de la niña.
Por otra parte, el hombre mayor, sonrió con orgullo, sabiendo que la pobre niña estará en buenas manos a partir de ahora.
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Puertas de la casa de Teuchi.
"Muchas gracias por todo señor Teuchi" hablé mientras salía por la puerta continuado por la joven niña emocionada por la visita al parque.
Dando una ligera reverencia y agradeciendo al hombre mayor, tomó una ligera delantera mientras yo seguía agradeciendo al hombre.
"Espero que nuestra próxima reunión sea en tu puesto de comida y no en una situación de vida o muerte" hablé con ligero sarcasmo en mi voz, sacando una pequeña sonrisa a Teuchi.
"Jojo, por supuesto jóven Alex, tú y Naru-chan sois siempre bienvenidos" Respondió el señor mientras cerraba la puerta de su casa.
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Algunos minutos después, parque de Kuoh.
"¡Onichan onichan, vamos a jugar a la fuente!" Gritó la niña mientras jalaba por el brazo a un adolorido Alex.
"Ya voy, ya voy..." decía aguantando el dolor para mí mismo, sería genial volver a cerrar mis sensores de dolor, pero sabía más que nadie que eso era una maldición.
Nunca sabrás cuando ya no puedas más y caerás como un títere sin su titiritero.
Acercándonos más a la fuente, pude ver cómo una chica vestida de tunicas blancas con bordes azules, yacía sentada en la misma fuente a la que nos dirigíamos.
"Vamos onichan, ya mismo llegamos" decía la niña provocando un ligero dolor por todo mi antebrazo al ser estirado.
"Ay..., no tan fuerte Naru" decía tratando de calmar a la hiperactiva niña que me lastimaba sin que ella se diera cuenta.
Al llegar a la fuente, tomamos asciento mientras que la chica de tunica, nos sonrió cálidamente.
"Mucho gusto" dijo la chica provocando que una de mis cejas se alzara.
"Ehmm, me preguntaba si conocen dónde se encuentra una iglesia por aquí cerca, creo que me perdí un poco" volvió a hablar la chica está vez poniéndose de pie y revelando algunos mechones de pelo rubio.
Naru, quedó ligeramente fascinada al ver a una niña con el mismo color de cabello que ella, solo que esta monja tenía el cabello más lacio y menos en punta que la menor.
"Una iglesia... creo saber dónde se encuentra" dije sin apartar la mirada de la linda chica frente a mi.
"Oh eso es maravilloso, podrían los dos guiarme por favor?" Habló la muchacha sonriendo cálidamente mientras retiraba por completo el manto que reposaba sobre su cabeza.
"Claro" respondí secamente.
"¡Oigan! Yo también estoy aquí" gritó la niña sintiendo como era opacada por los diálogos de los mayores.
"O por su puesto, ¿también quieres acompañarme?" Preguntó la chica acariciando ligeramente la cabeza de la niña.
Ella asintió y obligando a mi cuerpo a ponerse de pie, fuimos en la dirección en dónde creía yo que estaba la iglesia.
Aunque tenía los recuerdos de este cuerpo, era igual de malo que yo en reconocer las calles de la ciudad, no salía mucho y no era muy sociable... Supongo que no éramos tan diferentes después de todo.
....
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Después de unos minutos.
("¡Estamos perdidos"!) Pensé mientras trataba de orientarme por la ciudad.
Naru y la chica congeniaron bien al parecer, se llevaban muy bien a pesar del hecho de que recién se conocen.
"(¿Será porque ambas son mujeres?... O por qué amabas son rubias?)" pensé en un intento de adivinar el verdadero motivo de su amistad recién creada.
"Por cierto, disculpe mis malos modales, pero, ¿podría darme su nombre buen señor?" Habló la chica ligeramente avergonzada, la espontaneidad de la niña a su lado, le había hecho olvidar la etiqueta básica.
"Oh sí, me llamo Alex Kuroichi, y ¿el tuyo cuál es? Pregunté secamente mientras aún trataba de orientarme.
"Mucho gusto Kuroichi-san, mi nombre es Asia" contestó felizmente la chica, haciendo que Alex, volviese su mirada a ella.
"El gusto es mío Asia" contesté sacando un ligero rubor en la monja.
Naru, por su parte, se volvió a sentirse excluida.
Formando un puchero en su rostro, miró fijamente la cara de Alex esperando una compensación por haberla ignorado.
" Jaja... ¿Que tal si vamos por un helado primero?" Pregunté en un intento de salvaguardar mi vida, no quería que Naru me odiase por ignorarla...
"¡Si!, de fresa por favor onichan" satisfecha con la ofrenda, Naru se alegró gratamente.
Miré fijamente a Asia, esperando la respuesta de una pregunta no formulada.
Asia parpadeó ligeramente mientras intentaba buscar una forma de negar la cortesía que le brindaba el chico.
"Te traere uno de chocolate" dije dándome la vuelta sin mirar atrás, estaba claro que la chica se quería negar.
Al llegar al puesto de helados más cercano, pude ver dos cosas que me llenaron de satisfacción y un ligero resentimiento por partes iguales.
La primera fue ver cómo una cruz se alzaba en el horizonte entre medio de unos árboles, y la otra fue de ver al pervertido merodeando por la zona.
Pidiendo los helados de las chicas, pedí uno de fresa para mi también.
Pagué por las golosinas y mire de un lado a otro tratando de localizar a las rubias.
Después de unos pocos segundos las ví, ellas estaban sentadas en un banco cerca al lugar de dónde me encontraba.
Volviendo con las chicas, pude ver cómo una alegre Naruko y una tímida Asia me veían expectantes por la golosina congelada que les traía.
"Este es para ti Naru, y este es para ti Asia" hablé cortésmente mientras entregaba las golosinas a sus nuevas consumidoras.
"Gracias onichan!" "No tenías el porque que hacerlo, pero... Muchas gracias de todas maneras" hablaron ambas chicas respectivamente mientras recibían sus helados.
Después de comernos el helado, me levanté de mi cómoda asiento de madera con mucho dolor dibujado en mi rostro, esto no se le escapó a la monja que ahora sentía que le debía algo a su guía.
"Estás bien Kuroichi-san? Pareces muy adolorido" habló sin rodeos la muchacha recorría mi cuerpo con su mirada en busca de alguna herida visible, lo más probable era de que sus heridas se concentraban en el torso.
"Oh, no es nada, solo un pequeño dolorcito" respondí sin darle mucha importancia al asunto.
Pero antes de poder volver a hablar, sentí una cálida sensación recorrer mi cuerpo, era parecida a la sensación que me brindaba mi hombro al estar en situaciones de gran estrés, pero, está se sentía diferente.
Baje mi mirada, para solo ver con asombro, como una luz verde emergía de las manos de la monja y con ella, sentí como mis heridas se estaban curando a un ritmo anormalmente rápido y eficiente.
Decidí estar en silencio mientras la monja hacia su trabajo.
Después de un par de minutos, la chica se limpió el sudor en su frente con una de las mangas de su túnica y me dió una sonrisa encantadora.
"Ya deberías estar bien Kuroichi-san" habló la chica sin dejar de sonreírme.
"Aunque no pude curarte del todo, lo siento.." agrego la monja con un decaimiento palpable en su estado de ánimo.
"Algunas heridas ahora te quedarán como grandes cicatrices en tu cuerpo" continúo la chica mientras daba una profunda reverencia hacia mi en señal de disculpas.
Tomando uno de sus hombros, la levanté gentilmente mientras le sonreía pícaramente.
"No te preocupes por cosas tan pequeñas Asia, las cicatrices son los trofeos de mis victorias" respondí vivazmente mientras los ojos de Naruko brillaban en un tono malicioso.
"Gracias por curar a mi onichan Asia-chan, ahora podremos jugar todo lo que queramos!" Vociferó la niña con gran júbilo en su voz.
Asia y yo parpadeamos en un intento de procesar la información y maravillarnos de lo tierna que era está chamaca, ambos compartimos una mirada y nos reímos de la escena.
Caminamos un rato, y ví una vez más como Issei seguía caminando por la zona, era raro, parecía que estaja buscando algo o a alguien.
"(¿No debería estar en clases justo ahora? ¿Rías lo habrá enviado a una de esas misiones?)" Me pregunté a mi mismo mientras señalaba en dirección al chico que coincidentemente estaba frente a la cruz sobresaliente de la copa de los árboles.
"Por cierto, Naru, Asia, no se acerquen a ese idiota, es un sucio pervertido que probablemente, embarazará a su propia mano" hablé con una expresión inexpresiva señalando la nuca del muchacho que seguía sin prestar atención a nadie mientras se sumergía a su mundo de perversión.
Ambas chicas asintieron mientras dejaban una nota mental de no acercarse a esa escoria.
"Ah cierto, la iglesia está por allí" señalé a la cruz sobresaliente, pero, ahora había un obstáculo con la forma de un pervertido.
"No te preocupes, onichan esta aquí para protegerte de ese pervertido" aseguró la niña mientras tomaba a la chica desde su túnica sacando una ligera risita de la monja, quién como agradecimiento, acarició gentilmente la cabellera de la niña.
Al caminar en esa dirección, pudimos pasar sin problema alguno al lado del chico que empezó a ver con lujuria a algunas chicas de la zona.
Caminaron un rato más antes de que se separaran, y, tomando caminos completamente diferentes, se tuvieron que despedir mientras dejaban una promesa para jugar con Naruko algun día.
Yo por mi parte le agradecí por curarme y la invite a comer en un puesto de comida legendaria que solo hay aquí en Kouh.
La respuesta de la monja antes de alejarse fue la de un asentimiento y una sonrisa.
Cuando regresábamos, un Issei salvaje apareció.
"¡Oye Kuroichi! ¡al fin te encuentro!" exclamó el pelimarrón mientras se acercaba .
"(!Joder se dió cuenta de mi!)" Pensé para mis a dentros mientras soportaba un suspiro pesado.
"Hey pervertido como has estado" hable en un tono desinteresado mientras sentía los pequeños brazos de Naru apretándose en mis piernas.
Era claro que tenía un poco de miedo a este pervertido.
"Lo que sea, Rias te está buscando para saber el por qué te atreves a faltar tanto a la escuela" aseguró el chico confirmando mis preocupaciones.
"(Maldición, y ahí van mis vacaciones...)" Pensé mientras lanzaba el suspiro que contenía, una ola de estres está por llegar a la bahía Alex.
Queriendo salir de la situación rápido, creyendo que solo venía por información, decidí dar un resumen de lo que sucedió.
"Un ángel caído me atacó y me dejó muy herido " hablé provocando una ligera risa burlona del muchacho.
"Jaja, acaso no puedes con esos angeles? Yo me enfrente a uno también y la espanté yo solo" afirmó el muchacho mientras seguía conteniendo una risa.
Naruko quiso salir a mi defensa pero se lo impedí, no quería que esto se volviera más molesto y dejé al pervertido este en su pequeño mundo de fantasia eroticofestivo.
"Entonces, ya te dije el por qué no he ido, así que adiós" dije en un intento de salir de la conversación y volver a casa.
Pero el pervertido me tomó del hombro e hizo que volteara mi mirada hacia él.
"Rías quiere que vayas en persona" afirmó el muchacho, confirmando mis sospechas y dejándome sin vacaciones.
"Si si, iré a dejar a mi hermanita a la casa y después iré" dije en tono monótono mientras me retiraba de la escena.
Por su parte el pelimarrón se enojo conmigo, por mi falta de modales a lo que pensaba el que era superior a mí, pero me valió madres y me fui.
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Una vez llegamos a mi casa, dejé a la chica intranquila en la sala colocando unas películas infantiles, con la promesa de llevarla a comer ramen de Ichiraku's si se portaba bien, me retiré rumbo a la escuela
No quería perder tiempo yendo al parque y buscar al pervertido que muy probablemente me esté esperando allí.
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Varios minutos después / Antiguo edificio de la escuela y sede del club de ocultismo.
Me encontraba en la entrada mientras golpeaba ligeramente la puerta esperando que me dieran permiso para entrar.
"Adelante " se escuchó una voz femenina que para mí pesar, reconocía muy bien.
Al entrar me fijé que sólo estaba la chica detrás de su escritorio con algunas pilas de papeles.
Mi yo interior deseo que ella no estuviera aquí, pero mi suerte es terrible.
Al verme Rias me frunció el seño, sus pensamientos eran claros como el agua, ella debió pensar sobre cosas estúpidas relacionadas a mi ausencia.
Ignorando su seño fruncido, me senté en el sofá grande en medio de la habitación.
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Un pequeño silencio se formó mientras ella no dejaba de mirarme fijamente, esperando una respuesta a una pregunta jamás formulada.
Suspiré profundamente y me senté derecho en el sofá.
"Falté a clases porque un ángel caído me atacó" respondí desinteresadamente mientras veía el seño fruncido de la niña.
"Ya veo, creo que sintió lastima por ti, ya que veo que sigues con vida" habló la chica volviendo a sus papeles.
Quise responder sarcásticamente, pero el solo mencionarlo, haría que un dolor en mi pecho me haga arrepentir de mis acciones.
Un incómodo silencio volvió a aparecer en la habitación mientras los minutos pasaban.
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Algunos minutos después que parecieron eternos para mi, uno a uno, empezaron a llegar los miembros restantes, de entre ellos, Issei que me miró con ira clara en sus ojos por volver solo, y el rubiecito hizo lo mismo, sólo que, tenía una razón complemente diferente a la del pervertido.
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"Ahora que ya estamos todos aquí presentes..." empezó a hablar Rías mientras se levantaba y movía seductoramente sus caderas para placer del pelimarrón y del rubio también al parecer.
Ambos eran simples corderos controlados por la lujuria infundada de una mujer con más tetas que cerebro.
"Quiero felicitar a nuestro nuevo peón Issei-kun por despertar su sacred gear exitosamente hace unos días" habló la mujer con clara alegría en su voz.
Todos excepto yo, empezaron a aplaudir como si esto fuera la cuarta maravilla del mundo.
Yo me quedé callado curioso de lo que significaba un sacred gear.
La mujer me miró con aires de suficiencia mientras me señalaba con el dedo.
"A diferencia de ti, que no has despertado aún tu sacred gear... De verdad que eres un desperdicio de pieza" continúo la mujer provocando un vena palpitante en mi frente.
Respiré profundamente y me puse de pie en toda mi altura.
"Yo también desperté mi sacred gear" afirmé mientras una luz proveniente de mis antebrazos empezó a emerger casi de la nada.
Todos se quedaron callados al ver el espectáculo de luces.
Y después de la luz, unos guantes de cuero con placas de bronce viejo y desgastados aparecieron en mis brazos.

Todo estuvo en un silencio incómodo, hasta que de un momento a otro, Issei comenzó a reírse al ver la forma tan humilde de mis guantes de cuero viejo.
Su risa se contagió con el resto de la nobleza a excepción de la enana peli blanca, ella me miraba con curiosidad.
"Veo que tú sacred gear es igual de inútil que tu jajaja" se rió Rias provocando una mayor histeria al resto de su nobleza.
Esto me hizo enojar aún más, tratando de revelar el nuevo cántico que aprendí hace no mucho, levanté ambos brazos.
Pero mi intento fue interrumpido por un aplastante dolor en mi pecho, era tan insoportable que hizo que volviera a tomar asiento, esto era absolutamente molesto.
Después de que las risas de los idiotas se calmase por completo, Rias tomó la palabra.
"Bueno, dejando de lado el espectáculo, quiero decirte Issei-kun que tú sacred gear tiene un poder descomunal al tener uno de los emperadores dragón dentro de ti" habló la mujer pegando uno de sus pechos al brazo del hormonal chico.
"¿Que es este sacred gear? y... ¿¡¿Podré convertirme en el rey del harem con esto?!? Preguntó el joven mientras disfrutaba el contacto con su dueña.
Al oir la primera pregunta, me quedé ligeramente curioso por ello, al punto de ignorar la segunda pregunta del imbécil.
"Bueno, Issei-kun, un sacred gear es la manifestación del alma de un ser humano elegido por Dios, es un arma o un elemento de apoyo que en muchas ocasiones, sirve de arma para matar a seres sobrenaturales o incluso a un dios."
....
Con esta información tengo más claro a qué se refería mi papá con el legado de un dios caído en desgracia, necesito ir a la biblioteca para consultar más sobre Heracles.
Por fin está mujer que se hacía llamar mi ama, me dió un buen regalo en forma de valiosa información, y decidí seguir escuchando.
"También puede venir como línea de sangre o ser la misma reencarnación de un semi dios o de un héroe de leyendas antiguas" habló la mujer sin despegarse del chico, el cuál prestó nula atención a lo que decia Rias por estar concentrado en la suavidad de los pechos de la mujer.
Ignorando el resto de información, relacionada con ser el rey del harem, ahora tenía más que claro que estos guantes que tengo, son el mejor regalo que pude haber tenido de mi padre, no solo es un objeto, es su voluntad.
"He recibido una misión directa desde el infierno, y, como demonios encargados de Kouh, nos encargaron el deber de exterminar a un demonio renegado".
Sonriendo para mí mismo, decidí volver a prestar atención porque acaba de decir algo que me llamó la atención, era sobre un demonio corrupto o ¿algo asi?.
"Rias-sama, que es un demonio renegado?" Preguntó Issei sin apartar la mirada de Rias y de Akeno que estaba al lado de ella.
Ignorando como su peón miraba a su reina, Rías se aclaro la garganta.
"Un demonio renegado nace cuando mata, escapa o desobedece las ordenes de su rey, volviéndose un monstruo carnívoro sin razón ni escrúpulos" contestó la chica moviendo la cadera para la alegría del pervertido.
"(Será la sensación de dolor algo relacionado con convertirme en un demonio renegado?)" Me pregunté a mi mismo terminando con más dudas que respuestas.
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Después de unos minutos, Rías mandó a su reina a crear un círculo mágico con un escudo extraño, el círculo mágico aparentemente funciona como vía de transporte llevándonos a la ubicación dada por el infierno.
Después de ayudar a Issei a usarlo debido a su aparente falta de poder demoníaca, me miró fijamente teniendo la intención de dejarme atrás, pero, por alguna razón a regañadientes Rías me dejó usar también el círculo mágico.
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Habíamos llegado a un lugar lleno de árboles frondosos, no reconocía el lugar, miré de un lado a otro tratando de guiarme, pero todo estaba cubierto por las frondosas copas de los árboles.
Sabía que si hablaba no recibirá respuesta alguna, así que decidí quedarme callado por el momento y seguí al grupo dentro de la mansión.
En el camino, Rias empezó a hablar sobre el juego de piezas de un tablero de ajedrez.
Este estaba estrechamente relacionado a la nobleza de cada demonio, en resumen...
Los peones son la pieza más débil sin nada en especial, pero cuentan con la característica de poder ascender a cualquiera pieza que desee a excepción del rey.
Siempre que llegue a territorio enemigo, lo cual, tomando en cuenta todo, parece ser una gran hazaña.
Una torre sobresalía por su gran poder y defensa.
Un caballo por su parte, sobresalía por su increíble velocidad y versatilidad a la hora de atacar.
Un alfil en cambio, tenía el dominio en la magia de tipo apoyo para el equipo... O algo así le oí, mi atención se centro en ver los cuadros viejos que decoraban el inmueble.
Una reina, era de las piezas más poderosas por su gran dominio sobre el poder demoníaco y la magia.
Y por su puesto, el rey, quién poseía el poder más alto de todo su lado del tablero.
Suspiré para mis adentros mientras resumía lo mejor que podía la información tan vaga que me dió está mujer.
Después de unos segundos, el demonio renegado apareció.
Pero para mí sorpresa, Rias lo utilizó para explicar de mejor manera el funcionamiento de la piezas a su amado Issei-kun... Ja! Me da asco el solo verlo.
La chica llamada koneko, terminó siendo la torre del equipo, ¿Quién diría que una niña tan pequeña como ella sería tan fuerte y tan resistente?, su gran fuerza casi destroza al demonio con puro daño físico.
El chico rubio que me golpeó antes, usaba su gran velocidad para distraer al enemigo, y, usando su espada, provocaba fuertes cortes en su piel expuesta e indefensa.
La mujer de pelo azabache empezó a sonrojarse mientras atacaba a la criatura con sus rayos, era claro que era la reina, su expresión mientras miraba al pobre Demonio retorcerse me hizo odiarla, era una sádica igual que esos malditos ángeles caídos.
Después de un rato de tortura, Rias por fin hizo acto de presencia mientras demostraba el por qué era la reina de esta nobleza.
Demostrando una magia de destrucción, prácticamente evaporó al demonio renegado, haciendo que pase a mejor vida... O caiga en el infierno, lo que suceda primero.
Después del espectáculo, Issei se acercó a su reina.
"Oye Rias, entonces que pieza soy" dijo Issei con aparente nerviosismo y emoción por saber que pieza era.
"Eres la que yo considero la pieza más fuerte... El peón" habló Rías sin prestar mucha atención a su peón.
Por su parte el subnormal se deprimió, era obvio que el imbécil no entendió o simplemente no escuchó la explicación de Rias, de seguro fue por qué estaba viendo el trasero.
Suspirando para mis adentros, decidí intentar saber que pieza era.
"Y yo q pieza soy Rias"Sama"" hable mientras pronunciaba el sufijo de su nombre con completo sarcasmo.
Rías no lo notó de inmediato, o simplemente no se dió cuenta, pero, el rubio a su lado sí se dió cuenta de mi burla hacia su ama, y en fuerte arranque de velocidad, se abalanzó sobre mi sosteniendo una espada en sus manos.
Según la explicación de Rías, él era un caballero que se especializaba en la alta velocidad.
Pero lo que ví, fue algo completamente diferente.
Era algo completamente decepcionante este susodicho caballero o caballo, era demasiado lento y predecible para mis ojos.
Miré a mi costado, y pude ver el feliz rostro de Rias y Akeno, aunque, la pelinegra parecía disfrutar más de lo normal lo que veía.
Con un pesado suspiro, me equipé con mis guantes y con un solo movimiento de mi puño, rompí por completo la hoja de la espada que hiba directamente a mi cabeza.
Sin detener mi arranque inicial, fui a golpearlo en el plexo solar para hacer que callera inconsciente.
Pero, en el momento del impacto, sentí un fuerte dolor en mi pecho, el cual conocía muy bien.
Pero aparte del dolor de siempre, sentí un hormigueo casi como si electricidad recorriese por mi cuerpo.
Y así era, volteando mi mirada, pude ver a Akeno extendiendo una de sus manos mientras que la otra estaba posada en una de sus mejillas con un fuerte sonrojo en ellas.
"Fufufu, eso no se hace inútil-kun" dijo la mujer pelinegra disfrutando el castigarme con uno de sus rayos
La miré fijamente por un momento, antes de que Rias le detuviese levantando una mano.
"Basta ya akeno, deja de jugar con el inútil con suerte" afirmó Rias empezando a caminar en dirección al casi inconsciente rubio, tomándolo de su mano, ella lo llevó junto con ella.
Ella vió por sí misma como yo destruía la hoja de una espada a altas velocidades y dejaba incapacitado ligeramente a su caballo, pero, no le importó y lo atribuyó a la suerte.
Suspirando, los seguí al circulo mágico grabado en el suelo.
"Por cierto Kuroichi-san, tu pieza es la torre" dijo Rias haciendo que me quede levemente sorprendido y empecé a recapitular todos los beneficios y contras que esto representaba.
Asintiendo para mí mismo, me dispuse a entrar pero una mano me detuvo.
"Debido a que agrediste a Kiba-kun, quedas castigado y tendrás que volver a casa caminando."
Afirmó la mujer mientras se hiba sin dejar rastro.
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Me quedé sin palabras mientras una ira incrementaba en mi interior.
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Después de un largo camino por fin encontré la dirección correcta y pude volver a Kouh, pero, mientras caminaba por los callejones me encontré con un sujeto extraño
Tenía un cabello plateado y una sonrisa macabra pintada en su cara, sosteniendo un arma de fuego.
Quise ignorar esto, ya que en mi barrio, era normal estar así para evitar que te roben, pero en un momento a otro, este cabrón me disparó cuando estaba distraído, impactando de lleno en una de mis piernas.
Al ver el éxito de su ataque furtivo, el hombre se jacto de su hazaña.
"Jajaja maldito demonio que se sintió ser atravesado por mí, el gran exorcista Freed" empezó a reírse el sujeto ahora llamado Freed mientras desenfundaba un extraña arma luminiscente.
Estaba de rodillas por el disparo en el muslo, y teniendo poca o ninguna oportunidad de escape, activé mi sacred gear mostrandole al sacerdote loco mis guabtes de cuero.
El por su parte empezó a reir fuertemente de la vista humilde de mi arma.
"Jajaja ¿A eso le llamas sacred gear? No me hagas reír, acaso vas a aburrirme hasta matarme explicándome el como cultivar un tomate? Jajaja" despotricó el imbécil mientras cargaba hacía mi.
Aprovechando mi superioridad en fuerza física, desvíe la espada que se abalanzaba a mi dirección, pero al hacerlo, tontamente deje desprotegido mi abdomen, estaba claro, necesito entrenar y volver a mi viejo estilo de combate.
El descuido fue aprovechado por el loco, y recibí una fuerte patada en la zona del estómago, haciendo que me quede ligeramente sin aliento, estaba claro que el golpe no fue tan fuerte como la viga de luz que me lanzó esa mujerzuela o los golpes que recibí de la criatura con apariencia de león, pero aun asi dolió.
Quedando ligeramente aturdido, el sacerdote se rió una vez más y levantando su arma, se dispuso a matarme.
CONTINUARÁ.