Al Hospital

Esta vez, Su Wan no dijo nada más. Tocó su estómago suavemente. Aquí había una pequeña vida.

Sin embargo, Su Wan no esperaba que Qin Lan llegara tan rápido.

A menos de una hora después de que terminó la llamada, Qin Lan mandó a alguien a traer bolsas.

Su Wan estaba sorprendida. Miró a Qin Lan confundida. —Mamá, ¿te mudaste el centro comercial entero aquí? ¿Por qué compraste tantas cosas?

—Así es. No puedo permitir que te golpees con algo. Tenemos que instalar relleno suave en los rincones afilados de esta casa. También tienes que prestar atención a tu dieta. He contratado a unas tías para que se encarguen de la comida para tu embarazo.

En efecto, había tres o cuatro tías de mediana edad paradas detrás de Qin Lan. Qin Lan presentó a las tías a Su Wan una por una.

Su Wan estaba atónita.

—¿Por qué necesitaría estas cosas estando embarazada? Ella podría hacerlo por sí misma. —Mamá…