¡Y una vez más, has actuado imprudentemente!

—¡Señor Avalanzo! —En cuanto Everly lo vio, corrió hacia él y saltó a sus brazos, abrazándolo fuertemente—. T-tú estás bien. Estás bien. —Sollozaba sin control, sumida en una profunda inquietud y apretó más el abrazo.

Una media sonrisa apareció en el rostro de Valerio, y la abrazó, acariciando suavemente su pelo.

—Estoy bien, Everly. ¿Y tú? ¿Estás bien? —preguntó con preocupación, y Everly asintió con la cabeza frenéticamente.

—S-sí. Gracias a ti, estoy bien. —rió entre lágrimas, y la sonrisa de Valerio se ensanchó.

—Ven, vámonos. —Se deshizo del abrazo y agarró su mano.

Juntos con Alex, bajaron las escaleras, listos para partir.

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Luthier se levantó del suelo y se limpió la sangre de los labios con el pulgar.

—¡Hijo de puta! —maldijo con la respiración agitada y comenzó a golpear la pared con furia.