¡Mi Reina, estoy equivocado!

—¡No te desmayes ahora! No tengo suficiente fuerza como para darte una conmoción. No te preocupes, ¡me contuve hace un momento!

Shen Qianrou se quedó congelada a mitad de camino, sin saber qué hacer.

Shen Fanxing soltó una carcajada antes de que su mirada volviera a Lin Feifei.

Lin Feifei ya estaba aterrorizada por la escena que acababa de presenciar. Al ver la mirada fría de Shen Fanxing, su rostro se palideció aún más.

—Shen Fanxing, no me toques, ¡o no te lo voy a perdonar!

—Tú no me lo vas a perdonar en el futuro, pero ahora, yo no te voy a perdonar…

Shen Fanxing habló pausadamente mientras se acercaba un paso hacia ella.

Asustada, Lin Feifei se agarró la cabeza frenéticamente.

—No, no quiero hacer una reverencia. Diré, diré…

Shen Fanxing levantó una ceja y se detuvo en seco, mirándola desde arriba.

—Entonces dilo.

—Mi… mi reina, me equivoqué.

Los espectadores estaban demasiado avergonzados como para seguir mirando, y algunos ya se habían cubierto los rostros.