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Un deseo

Po se había dado cuenta de lo que sentía hacia Shen. Recuerda que fue consciente de sus sentimientos cuando una noche, oyó sonidos extraños provenientes de la habitación de Shen, temiendo que se tratara de otro atentado, se dirigió allí, notó que la puerta estaba ligeramente abierta. 

Con sigilo avanzó, pero a medida que se acercaba, un rubor intenso cubrió sus mejillas, pues era evidente lo que sucedía allí dentro. Se detuvo a centímetros de la entrada, temiendo ver. 

Entonces una lucha desesperada se libró en su mente, una parte le decía que se retirara, que sería lo más adecuado. Pero, una ignorada parte que acababa de surgir, le susurraba que se acercara y viera. 

Con los latidos del corazón acelerados y sintiendo que ardía en todas partes, en silencio se asomó. Lo que vió allí quedaría grabado para siempre en su memoria. Un hermoso y delicado cuerpo níveo, con partes sonrosadas, labios cereza, pezones rosa, ojos cristalinos, piernas esbeltas. Su mirada parecía saltar de un punto a otro, para terminar siempre en el mismo lugar, la expresión de placer y súplica que se dibujaba en el rostro de Shen adornado por su desordenado cabello largo. Los sonidos de sus gemidos parecían envolverlo y encapsularlo en aquel instante que sintió eterno. Supo, entonces, que una parte de él emergió salvajemente dentro suyo. Daría lo que fuera por ser él quien lo sostuviera, provocar esos estremecimientos, ser el responsable de su erección decorada con el líquido preseminal, besar sus labios cereza para poder saborearlos hasta que pierdan su color. 

Después de aquel evento, por un tiempo se alejó de la pareja, no podía soportar velos, intentó convencerse de que esos sentimientos no eran reales, no debían serlo. 

— ¿Piensas continuar con tu ayuno? —, dijo Shen a sus espaldas, sorprendiéndolo y provocando que de un pequeño respingo, 

Shen se acercó a él, se sentó a su lado. 

— Fue un día como este cuando atacaron tu aldea, lo lamento Po. —. Shen bajó la mirada y soltó un suspiro. 

— No es tu culpa

— Pensé que eso era lo que te molestaba. Sé que no creciste junto a tus padres, sé lo duro que puede ser eso. Si necesitas algo, lo que sea, no dudes en decírmelo, haré lo que pueda para ayudar. —, soltó un nuevo suspiro, le rozó el hombro en señal de apoyo y se alejó. 

No podía soportarlo, no podía permanecer allí, era tiempo de irse. Po preparó lo necesario para un largo viaje. Por un tiempo viajó sin rumbo, hasta que finalmente encontró un trabajo estable, conoció a un hombre amable que decía recordar a su hijo muerto al verlo. Lo alojó en su casa, le enseñó a cocinar y en seguida Po sintió que aquellos años junto a Shen sólo eran un sueño lejano. 

Sin embargo una serie de eventos poco probables lo llevaron a ser elegido "guerrero dragón" al irrumpir en la ceremonia y ser elegido por Oogway.

Habían pasado ya varios años, fue cerca a sus 22 cuando un rastro del pasado apareció, recordándole todo y reviviendo sus deseos de antaño. 

Estaba volviendo a casa cuando una anciana le pidió ayuda y en pago le ofreció beber te con ella. por supuesto aceptó. 

— Haz crecido bastante 

— ¿Me conoce? —, dijo bebiendo con indiferencia su te.

— Por supuesto, conozco al guerrero dragón y quien fue antes de serlo. —, Po se detuvo en seco y con sospecha, como si uniera puntos, exclamó: 

— !Eres tú¡ —. dijo, mientras su rostro se tornaba oscuro— Tú provocaste la muerte de mis padres y que arrasaran con mi aldea. 

— Sí, y soy también la única que puede darte lo que más deseas

— No hay nada que pudiera querer de tí, más que acabar con tu vida.

— ¿Seguro? 

— El príncipe Shen es una persona encantadora, incluso hoy, todavía mantiene la vitalidad de antaño. ¿Por qué se distanciaron? —, dijo con una sonrisa de satisfacción al ver el rostro de Po duda. — ambos guardaron silencio, Po perdido en sus recuerdos y la vieja divina planificando su siguiente movimiento. 

— Ah, el amor, a veces puede llegar a ser una tortura, no hay vuelta atrás una vez que se enciende. Sin embargo, con un poco de magia todo puede doblarse un poco, modificar un poco los hilos del destino. Después de todo «El amor no exime de amar a quien es amado». No es necesario que respondas ahora, volveré pronto, tengo algunos asuntos pendientes, que este viejo cuerpo no es tan rápido como antes, no te ofreceré lo mismo dos veces hacía que piensa bien en tu respuesta. 

Por supuesto Po desconfiaba de esta mujer, pero el hecho de reflexionar sobre sus posibles dobles intenciones quedó opacado por una luz intensa que se extendía en su pecho, esperanza, ¿Podía Shen sentir lo mismo que él? Si pudiera doblar un poco los hilos del destino, como lo había llamado la anciana, ¿Podría tenerlo?

Reflexionó sobre esto varios días, al toparse nuevamente con la anciana, le dijo que no importa su elección ella pagaría por lo que hizo después de otorgarle lo que quería, ella aceptó. Po subestimó a la anciana y se preparó para ver nuevamente a Shen.

No esperaba que la primera noticia que llegara sobre Po fuera de este tipo. Shen estaba preocupado, hace unos minutos había encontrado una nota en la que la adivina le advertía que la vida de Po dependía de que él se acercara al palacio que había dejado hace tanto tiempo, sólo. 

Shen llegó, con cautela se acercó al palacio, listo para todo. Se topó con la anciana a la cual miró con repudio, esta le dirigió a un salón. Buscó desesperado a Po, temiendo por su bienestar. Finalmente apareció.

— ¿Está bien? No debes bajar la guardia con ella, cuando menos lo esperes te atacará. Debemos ser precavidos al atacar, es sospechoso que esté sola, debe ser una trampa, quédate detrás de mí, yo te protegeré. — se puso entonces en guardia contra la anciana, pero esta no hizo más que sonreír. "¿Por qué Po no parece reaccionar?" este pensamiento apareció cual alarma, había algo mal. Con sospecha giró su cuerpo hasta estar frente a Po.

— ¿Qué está sucediendo? —. dijo con más severidad, miró a Po con ojos agudos, no podía creerlo, "¿Estaba del lado de la adivina? ¿Era el destino irreprimible que le daba otra lección?" pensó mientras sentía cómo su cuerpo se relajaba y perdía la consciencia. Po lo sostuvo con delicadeza. Algo en él no podía evitar aferrarse a este pequeño rayo de esperanza. Lo intentaría, sólo una vez, y si no servía dejaría para siempre este asunto enterrado y aunque le doliera por siempre, jamás volvería a ver a Shen. Una apuesta peligrosa. 

Al despertar Shen se encontraba desorientado, tenía recuerdos vagos de su vida, recordaba sólo algunos eventos, su posición de príncipe exiliado, Po, pero tenía una sensación extraña de vacío. ¿Cómo llegó allí?

Po, se acercó a él en cuanto vio que había despertado, le dijo que tuvo un accidente recientemente y que desde hace un tiempo habían decidido viajar por el mundo juntos pues eran muy cercanos. Al escuchar toda esta información Shen sólo asintió pacientemente. No confiaba en Po, pero tampoco creía que tuviera malas intenciones, pronto debía recordar qué había sucedido. Pero, por ahora le seguiría la corriente y se dejaría llevar por lo que este le deçia. 

Al ver al confundido Shen, Po dudó de su decisión, pero la adivina le había dicho que además de borrar sus recuerdos, haría que fuera más sensible a él, que ese era el impulso que necesitaba para que este se fijara en él. Que eventualmente, se crearían recuerdos falsos que sean coherentes con la realidad que viviera a partir de ahora. 

Sabía que era cruel al hacer esto, planeaba detenerlo si se salía de control. Se convenció a sí mismo que sólo sería esta vez. 

Así, Po procuró estar libre siempre para pasar tiempo con Shen, como mencionó, viajaron mucho. Solían sentarse uno junto al otro a contemplar los hermosos paisajes que se revelaban ante ellos. Po nunca había sido tan feliz. Tener a la persona que quería sin esa molesta coraza que antes solía llevar a todos lados. Conocerlo por fín sin la oscuridad que había teñido su alma, conocerlo puro, como realmente era. 

Antes creyó que eventualmente sus sentimientos por Shens se debilitarian pero con cada día se dio cuenta de que sólo se intensificaban más. 

Por supuesto la vieja adivina no había completado sus movimientos, después de todo el héroe debe matar al villano, no importa cómo. Sembraría aquello que podía extinguir hasta las cenizas cualquier tipo de amor, obsesión. Un amor trastornado, un amor corrompido y cruel. 

Los viajes se detuvieron, Po comenzó a sentir que Shen podría desaparecer en cualquier momento, que podría irse, que podría descubrir todo, que descubriría la verdad y no, no estaba dispuesto a que eso sucediera. Haría lo que fuera necesario para impedirlo. El cambio fue gradual, con el tiempo Po comenzó a tener cambios de humor repentinos. Shen notó esto, intentó averiguar la razón, pero cada vez que creía encontrar la pieza que faltaba en sus recuerdos, estos se presentaban borrosos y le dolía mucho la cabeza. Incluso llegó a forzarse tanto que su presión bajaba, sentía mareos y parecía enfermar en un instante. 

Pronto Po notó la infelicidad de Shen, desesperado comenzó a controlar todo lo que hacía, insulso que quería tener poder por lo que pensaba. Quería controlarlo todo para que no lo dejara, para que no tenga siquiera la posibilidad. 

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