Nadie le debe nada a nadie más

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Después de perseguir al pescado durante mucho tiempo, Shuang Yun de repente sintió que el anillo contractual en su dedo anular se calentaba.

Sus instintos le decían que Huanhuan estaba en peligro.

Ya no le importaba el pez que movía su cola frente a él. Inmediatamente saltó a tierra, se convirtió en un lobo blanco escarcha plateada y corrió de vuelta a lo largo del río.

—¡Lin Huanhuan en efecto ya no estaba allí!

Movió su nariz y siguió el aroma que ella había dejado atrás. Finalmente, encontró un balde de madera en el suelo junto al río lleno de peces, pero de Lin Huanhuan, ni rastro.

—¡Además, había olido el frío aroma de la serpiente en la escena!

—¡El tipo que secuestró a Lin Huanhuan debe ser una bestia serpiente!

Shuang Yun no se atrevió a perder más tiempo. Inmediatamente siguió el rastro y corrió hasta la cueva.