Capítulo 32: Nadie te oirá gritar

*Arealla*

No lo pensé. No tuve tiempo para hacerlo. Simplemente me alejé de él y comencé a correr. Pero no di más de tres pasos, cuando me di cuenta de que no me seguía. Y un momento después vi por qué.

Tres lobos salieron de los árboles frente a mí, todos gruñendo. Los árboles estaban oscuros y negros detrás de ellos, y estaba seguro de haber escuchado más gruñidos provenientes de allí.

Eran enormes. No más grande que Marcus, pero sí más grande que Jason en su forma de lobo.

Me detuve. Mi primer instinto fue cambiar también, pero no había tiempo y no serviría de nada.

Eran tres, cuatro con Jason. Y no había manera de que pudiera hacer nada.

Abrí la boca para gritar, sabiendo que incluso si lo hacía, había muchas posibilidades de que nadie me escuchara de todos modos. Pero ni siquiera tuve la oportunidad. En un momento, Jason estaba detrás de mí y su mano cubrió mi boca.

Luché contra él, pataleando y gritando, pero fue inútil. No era rival para su fuerza. No ahora.