Olaf se estremeció, y como Capitán del Equipo de Cazadores durante tantos años, sintió por primera vez que la muerte estaba tan cerca.
Volteó la cabeza para ver que era Greg Jensen quien lo estaba arrastrando.
En ese momento, las cejas de Greg estaban fuertemente fruncidas, mirando pensativamente en dirección a donde las Bestias Feroces habían huido.
Siguiendo su mirada, Olaf sintió un escalofrío en su corazón nuevamente; la dirección que habían tomado las Bestias Feroces era exactamente donde ellos acababan de planear retirarse.
Si no hubiera sido por Greg llevándolos a correr hacia el oeste, todos ellos podrían haber terminado aplastados en el lodo.
Olaf sintió una inmensa sensación de alivio, agradecido de haber traído al joven consigo, o si no, podrían haber encontrado su perdición ese día.
Extrañamente, ¿cómo detectó el joven el movimiento de la marea de bestias?
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