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Segundo Tío tomó dos mil yuanes para gastos médicos y repartió miles a cada una de las personas lesionadas. El resto del dinero se dividió entre las casas acorde al daño sostenido a sus acres de tierra.
Cuando se sumaron los números, cada casa había recibido una suma bastante considerable de dinero, lo que alegró a todos sin fin.
Greg Jensen se quedó de pie observando, compartiendo su felicidad con su propia sonrisa.
La Familia Jensen tenía esta única virtud: se mantenían unidos y cada uno de ellos tenía un corazón bondadoso.
Después de hacerse pasar por tonto durante tantos años, no solo nadie pensaba en invadir la tierra y casa de su familia, sino que también frecuentemente cuidaban de él también.
Por esta razón, Greg estaba feliz de hacer lo que pudiera para hacer sus vidas un poco más fáciles.
La Señora Hall, como la viuda de la Familia Jensen, también tenía su tierra de cultivo cerca y esta vez también recibió una buena cantidad de dinero.
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