Sueño extraño

—Bella, ¿por qué aún no estás dormida? —preguntó Tristan al unirse a ella en la cama.

Después de acostarse de lado, se giró para enfrentarla. Admiraba en silencio su belleza mientras esperaba su respuesta. Pero cuando vio sus cejas ligeramente fruncidas, comenzó a preocuparse.

—¿Por qué está enojada? —se preguntaba, intentando descubrir si había hecho algo mal.

...

Los ojos de Bella se estrecharon cuando vio la apariencia de Tristan. La vista de él recién salido de la ducha hizo que su corazón se hinchara.

Sus ojos no abandonaban su rostro. Vio su cabello aún mojado brillando bajo la suave luz de la lámpara de la mesita de noche, y su rostro limpio irradiaba. No pudo evitar pensar para sí misma:

—¡Dios! ¿Por qué se ve aún más encantador?

Estar acostados tan cerca el uno del otro de esta manera, Bella podía oler su fragante jabón. El aroma fresco de mentol lentamente disipaba su somnolencia.