No me quieres

—¡No! Hermano Chen, ¡no puedes irte! —Qin Shuang de repente empezó a llorar. Este llanto dejó a Xue Xi un poco atónita. Sentía que las cosas habían sucedido demasiado rápido y no podía aceptarlo.

—¡Las piernas de Feng Yan se debilitaron y casi cae al suelo! —Miraba fijamente al médico y a la puerta de la sala de emergencias con incredulidad. Había solo un pensamiento en su mente. ¿Cómo... Cómo podía ser esto?!

—Xiao Chen no era esa clase de persona. Hace cinco años, cuando empujó a Xiao Chen, no era alguien que haría algo tan extremo. —Si hubiera sabido que Xiao Chen terminaría así, no lo habría empujado. —Feng Yan apretó los puños. —Si algo realmente le sucedió a Xiao Chen, nunca se perdonaría... No, tenía que pagar por la muerte de Xiao Chen...