Lu Ming solo se detuvo aquí. La distancia era suficientemente lejana y la vid de sangre voraz no debería poder alcanzarlo.
—Dandan, ¿qué tipo de tesoro es ese talismán de jade? —Lu Ming le preguntó a Dandan. Estaba muy curioso.
—¡Tómalo y compruébalo tú mismo! —Ella abrió su boca y el talismán de Jade salió volando. Lu Ming lo alcanzó y lo tomó.
Dandan no tenía mucho interés en cosas que no fueran medicina espiritual.
—Dandan, ¡tu fuerza ha mejorado mucho recientemente! —dijo Lu Ming. Anteriormente, Dandan había logrado arrebatar el talismán de jade de la vid de sangre voraz y escapar con facilidad, mostrando sus poderosas habilidades. Lu Ming estaba muy curioso.
—Por supuesto, ¡por eso te pedí que me dieras más hierbas espirituales! Además, la última vez que pasaste por una tribulación, yo tragué algo de tribulación del Trueno. ¡Esa cosa fue muy nutritiva y me ayudó a recuperarme mucho! —Dandan dijo con una mirada de orgullo.
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