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Después de que Lu Ming se lanzó, recogió algunos cristales de refinamiento de sangre.
—Nido, ¿cómo es que esos dos grandes maestros marciales son tan poderosos?
Afuera, los guerreros del reino Gran Maestro estaban atónitos.
Después de que Lu Ming y Xie nianqing entraron, vieron una amplia escalera que conducía al segundo piso.
Sin dudarlo, los dos subieron corriendo y encontraron que había estantes vacíos en el segundo piso. Al lado de los estantes, había algunos cadáveres secos. Era obvio que habían sido asesinados y su sangre había sido extraída para formar cristales de refinamiento de sangre.
Era obvio que todo aquí había sido saqueado por la gente que había entrado primero.
—¡Apúrate, date prisa y vete! ¡Pierdete!
—¡Muere!
—¡Eres tú quien va a morir!
La escena era un caos. Todos querían subir corriendo, así que naturalmente era caótico. Siete u ocho personas estaban luchando.
¡Hu!
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