Terminando sus quehaceres

Fueron unas pocas horas agonizantes, pero eventualmente se completó sin incidentes. A simple vista, Z parecía un chico promedio de 15 años que acababa de tener el entrenamiento de su vida. Su cuerpo estaba cubierto de copiosas cantidades de sudor, pero aparte de eso parecía completamente normal.

Los increíblemente poderosos agentes curativos habían logrado que no solo no quedaran signos de sus diversas goteras e inyecciones, sino de cualquier corte o deformidad que hubiera sufrido durante el proceso.

Estaba respirando pesadamente y sus ojos estaban cerrados. Todo parecía perfectamente normal. Eso sería si no miraras el resto de la habitación. El suelo estaba rojo con sangre y vísceras. Había impurezas inusuales que habían sido removidas de su cuerpo, mayormente en forma de granos negros pero algunos habían salido en la forma y tamaño de guijarros.

Aunque eso estaba lejos de todo lo que Z había sufrido, era tanto del proceso como Lex estaba dispuesto a recordar.