Flamma había probado derrotas varias veces en el pasado.
Sin embargo, estas derrotas no eran de aquellos que tenían la misma edad que él.
A menudo se enfrentaba en combates de práctica con los Señores de la Guerra Orcos, de manera regular para perfeccionar sus habilidades en el combate. Por supuesto, los entrenamientos tenían sus limitaciones porque los Señores de la Guerra Orcos no se esforzaban al máximo por miedo a herirlo accidentalmente durante sus encuentros.
Debido a esto, Flamma realmente no comprendía lo que significaba luchar de verdad contra oponentes fuertes.
Los jóvenes Orcos a los que había vencido, aunque eran fuertes, todavía eran más débiles que él. Esto lo dejaba insatisfecho la mayoría del tiempo.
La opción de luchar contra monstruos también existía, pero ya que había varias personas asignadas para protegerlo, realmente no había enfrentado una situación en la que su vida estuviera verdaderamente en juego.
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