Raydon finalmente emergió de la oscura cueva y regresó al familiar mercado subterráneo que parecía sacado de una novela de fantasía. Esta vez fue directamente a la tienda de Fang, sin mirar los otros puestos. Lo primero que quería hacer era vender las cosas que tenía.
Tan pronto como entró en la tienda, Raydon fue recibido por la misma escena de siempre. Lo único diferente era que había más cajas dispersas, y contenían diferentes materiales además de varias partes de monstruos provenientes de varios monstruos que estaban exhibidos en estanterías. La única diferencia significativa era que esta vez, había un extraño trabajando en el mostrador.
—¿Necesitas algo? —Desde el rincón de su ojo, el vendedor en el mostrador preguntó a Raydon antes de volver al libro que estaba leyendo.
—Sí, quiero vender algunas cosas. —Raydon continuó después de echar un vistazo rápido alrededor como si buscara algo—. La última vez que vine había otra persona aquí.
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