Cuando la niña se despertó, toda la atención se centró en ella. John silenciosamente se puso sus zapatos y calcetines y dejó la multitud, alejándose de la orilla. Ahora que la niña había sido salvada, era hora de que él se retirara.
La enfermera, que había ayudado a la niña a recuperarse, se volvió entusiasmada para agradecer a John por su acto heroico, pero solo para sorprenderse de que él había desaparecido.
—Extraño, ¿dónde está el hombre que acaba de salvar a la niña? —La enfermera se levantó y miró a su alrededor, pero no había señal de John en la multitud.
Los espectadores se dieron cuenta repentinamente de que el héroe había desaparecido.
—Bien hecho, eso es hacer una buena obra sin dejar nombre.
—¡Esto es un acto de salvamento! Debería ser elogiado. ¿Por qué se fue así sin más?
—Quizás le gusta mantener un bajo perfil —sugirió alguien.
Sin embargo, otra persona levantó su teléfono y le dijo a la enfermera,
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