En cuanto a Steffanie, debería haber compartido el mismo camerino con otras cuatro actrices. Sin embargo, habiendo crecido malcriada y consiguiendo todo lo que quería, imploró a su padre que solicitara al equipo de filmación que le proporcionaran su propio camerino.
—¡Tsk! ¡Qué pretenciosa! —reprendió Steffanie—. ¿A quién está tratando de impresionar? ¡Solo es una niña de papá de algunos viejos verdes que solo querían probar cuerpos jóvenes como el suyo! ¡Tan barata y todavía piensa que es tan grandiosa!
—Pero no creo que el rumor sea cierto —murmuró el gerente de Steffanie.
Steffanie la miró fijamente. —¿Qué?
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