El amor asombroso, puro y sincero de Ran Xueyi.

El familiar aroma amaderado y mentolado mezclado con un olor masculino único que provenía de Song Yu Han hizo que una ebria Ran Xueyi se volviera más dócil. En todos estos años sin él, ella había estado en guardia a cada segundo, pero al estar a su lado, todas las defensas que había construido alrededor de sí misma como un muro de hierro para evitar que otras personas entraran en su vida lentamente comenzaron a agrietarse.

Pronto, el polvo y los guijarros de ese muro se desmoronaron al suelo sin hacer ruido. 

En este momento, Ran Xueyi estaba verdaderamente ebria y confundida, pero aun así, todavía reconocía los brazos del hombre que había extrañado tanto durante tres años. 

— ¿Dónde has estado? —preguntó Ran Xueyi.

—He estado cerca de ti —le acarició el pelo Song Yu Han.

—¿De verdad? Entonces, ¿por qué no te vi por ahí?

—Porque me estaba escondiendo.

Ran Xueyi echó su cabeza ligeramente hacia atrás para mirar su rostro e inclinó su cabeza mientras parpadeaba.

—¿Por qué?