Ran Xueyi se sentía tanto feliz como triste después de hablar con su abuelo. Estaba llena de felicidad al saber que, incluso si todo el mundo se volviera en contra suya, sus abuelos todavía estarían allí para ella. Sin embargo, no podía deshacerse de la sensación de tristeza en lo más profundo de su ser.
Sus abuelos ya no eran jóvenes y ambos se habían retirado debido a su enfermedad. Su abuelo padecía cáncer en etapa dos. Aunque el médico especialista que contrataron para su abuelo les dijo que la célula cancerígena no era maligna y podía ser tratada y no era mortal, Ran Xueyi aún no se sentía consolada.
En cuanto a su abuela, Ran Xueyi sabía que la anciana se sentiría desolada si descubría la verdad de que había sido engañada por todos los demás. Además, su abuela también sufría de dolores corporales y no podía salir mucho debido a eso. Por lo tanto, la anciana tenía que permanecer dentro de su mansión en la provincia de Xi'an.
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