Había un hombre en su cama!

Yang Ruqin frunció el ceño cuando vio su pantalla en blanco. Después de llenar de mensajes el teléfono de Feifei y de intentar llamarla varias veces, ¡ella no respondía! Conociéndola, todavía está acurrucada en su cama sin planes de despertarse hasta bien entrada la tarde.

—¿Por qué duerme tanto? ¡Si no es que necesite más belleza! —Yang Ruqin refunfuñó, saliendo de la lujosa furgoneta negra hecha para las celebridades más importantes.

Se puso sus enormes gafas de sol negras justo cuando el viento comenzó a soplar, haciendo que su cabello ondeara.

La gente en las calles la miraba con la boca abierta. Como era de esperar de una supermodelo de renombre mundial. Incluso en su vida diaria, mientras seguía su rutina habitual, parecía que estaba posando para un anuncio publicitario.

Yang Ruqin apretó los labios, empujó unos mechones de cabello hacia atrás mientras agarraba su teléfono para volver a enviar un mensaje a Feifei.