Días habían pasado en un torbellino para Heaven. Sus días transcurrían con ella permaneciendo en la habitación privada, Axel haciéndole compañía por unas horas, y cuando llegaba la hora de que se fuera, ella volvía a estar sola. Oso la visitaba de vez en cuando, manteniéndola al tanto de lo que estaba sucediendo afuera. Más específicamente, de la condición de los miembros de la familia.
Se enteró de que Ria ahora estaba bien ya que había recuperado la conciencia por completo. Axel ya había sido dado de alta pero vivía en un hotel cercano. Lionel seguía en coma, pero había mostrado signos de recuperar su conciencia justo ayer. Mientras tanto, Sebastián y Riley se recuperaron completamente gracias a la ayuda unida de todos. Oso no le dio detalles completos del resto, sabiendo que Heaven ni siquiera lo procesaría.
—Y, sin embargo... él todavía no había venido —susurró ella, acariciando su estómago mientras su espalda descansaba en el cabecero de la cama—. Ese idiota.
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