Lanzando barro? Puedo revolcarme en él ——2

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Por otro lado, la señora Lian insistía en que Mo Qiang había hecho todo deliberadamente y atacado a su esposo porque quería avergonzarla a ella y a su marido. La señora Lian mantenía que ella no tenía nada en contra de Mo Qiang ya que admitía que estaba equivocada, pero el ataque de Mo Qiang a su esposo era un nuevo bajo.

—¡Cállate, señora Lian! ¿Quieres decir que mi hija, que tiene tres hermosos tritones listos para servirla, atacando a tu esposo? ¿Por qué no vas y le lavas la cara a tu esposo y te fijas bien en su rostro? ¡Incluso si mi Qi Qi estuviera teniendo una pesadilla no se atrevería a atacarte a ti ni a tu esposo! ¿Qué tonterías estás diciendo? —Wen Gui no podía soportar escuchar más las tonterías que salían de la boca de la señora Lian.

¿Su hija? ¿Su hija bonita y hermosa caería tan bajo como para atacar a ese viejo y arrugado frijol? ¿A quién estaban tratando de engañar?