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Cien maneras de matar—-2

—¡Achís! —Mo Qiang se frotó la nariz mientras pensaba: «Alguien debe estar maldiciéndome». Y lo más probable es que ese alguien fuera uno de sus maridos, ¡por los que no había pedido! Miró a la ardilla voladora en su regazo y luego preguntó:

— ¿No podrías haber elegido otro cuerpo? ¿Como uno que no tuviera marido o al menos uno que estuviera un poco domesticado?

Pequeña Jiao, que estaba construyendo un castillo de arena en el campo que ya no estaba yermo, se detuvo y luego resopló al decir:

— ¡Ya te he dicho, no había otras opciones! Si las hubiera, habría elegido a alguien como Mo Xifeng y así al menos habríamos ahorrado tanto esfuerzo.

—¿Nuestro? —Mo Qiang resopló mientras purificaba otro cubo de agua y luego lo vertía en el gran contenedor que Mo Xifeng había encontrado vete a saber dónde, arqueó la espalda y luego murmuró:

— ¡Soy yo quién está haciendo todo el trabajo para subir los puntos de favorabilidad!

—¿Quién fue la que te dio el poder para hacerlo? —Pequeña Jiao bufó mirando a su sierva con los bracitos cruzados y una ceja levantada—. Si no fuera por mí, estarías ardiendo en el infierno siendo perseguida por—

—Cadáveres de animales y hadas con lanzas... sí, ya me lo has dicho muchas veces —Mo Qiang terminó por Pequeña Jiao con voz seca mientras rodaba los ojos; sinceramente, si hubiera sabido que tendría que trabajar como una esclava de esta manera, habría pensado dos veces antes de aceptar este trato.

«¿Quizás quedarse en el infierno siendo perseguida por cadáveres de animales no es tan malo como creo?», Mo Qiang pensó mientras llenaba el gran contenedor con el último cubo de agua que había purificado y se desplomó en el suelo negándose a mover siquiera un dedo mientras anunciaba tercamente:

— Eso es, no puedo hacer más... ¡si quieres más agua, pues mejor mátame ahora!

Mo Xifeng, que estaba sembrando las semillas de los árboles de arce, levantó la cabeza cuando oyó el grito de su hermana y salió de los campos hacia el lugar donde yacía su hermana. Miró el agua clara en el contenedor que había traído del almacén y asintió para sí misma:

— Esto es suficiente mientras lo usemos con cuidado, estoy segura de que podremos utilizarlo durante una semana.

Eso era por supuesto si lo usaban con cuidado, pero ella sabía que una vez su familia descubriera que su hermana ahora podía purificar el agua y hacerla limpia, estaban seguros de que la usarían como un purificador de agua. Pero no había necesidad de decirle esto a Mo Qiang.

—¿De veras? —Mo Qiang preguntó mientras se volvía a mirar a Mo Xifeng, quien asintió en respuesta, solo entonces Mo Qiang suspiró aliviada ya que al menos podrá tomárselo con calma durante los siguientes días. Luego se volvió a mirar los campos y preguntó:

— ¿Se han sembrado las semillas?

—Las he sembrado y también ordené una valla eléctrica para la seguridad y la até, es barata pero estoy segura de que sonará la alarma en caso de que alguien intente entrar —la forma en que habló parecía como si Mo Xifeng estuviera segura de que alguien intentaría entrar en sus campos.

Al ver su aspecto solemne, Mo Qiang quiso preguntar quién sería la atrevida mujer que se atrevería a entrar a escondidas en sus campos pero luego oyó gruñir su estómago y se ruborizó de vergüenza.

—Oh, mátenme ahora mismo —Mo Qiang, acostumbrada a comer tres platos al día, no pudo adaptarse a comer nada más que gachas aguadas que tenían el arroz de peor calidad o alguna solución que sabía más bien rara, por lo que apenas comía nada en la mesa del comedor.

Mo Xifeng miró a su hermana ruborizada y luego dijo seriamente:

—No importa cuáles sean tus razones hermana, aún deberías comer hasta saciarte. Con la cantidad de trabajo que estás haciendo, la comida que comes es realmente muy poca.

—Lo sé, hoy terminaré mis comidas —aunque Mo Qiang estuvo de acuerdo, juró en silencio que iba a mejorar la condición de las comidas que estaba comiendo—. Pero no creo que pueda moverme.

No estaba mintiendo, todo su cuerpo le dolía y, por lo que podía ver, ese cuerpo suyo no estaba acostumbrado a trabajar para nada, con todo el trabajo que le había empujado a hacer... tal vez había utilizado en exceso este frágil cuerpo.

Mo Xifeng miró a su hermana cuyo cuerpo entero temblaba y suspiró antes de decir:

—No te preocupes, te llevaré a casa.

Mientras hablaba, avanzó y luego levantó a Mo Qiang que estaba en el suelo y la colocó en su hombro mientras recogía el enorme contenedor con su otra mano libre también.

Mo Qiang:

.....

¿Qué clase de ajuste de personaje tan injusto era este? ¿Por qué era que su hermana menor era tan fuerte como un trol pero ella era tan frágil como una princesita? ¡No es de extrañar que esos tres eligieran a Mo Xifeng en lugar de a esta mujer! ¡Con su fuerza, no podría haber satisfecho a ninguno de ellos! ¡Qué inútil!

—Hermana, ¿en qué estás pensando? —Mo Xifeng notó la mirada oscura en la cara de su hermana y no pudo evitar preguntar.

Mo Qiang, que estaba siendo cargada en el hombro de su hermana pequeña, sonrió con un toque lastimero y luego dijo con una voz melancólica:

—Sólo pienso que Dios es realmente injusto.

Hoy su imagen como la hermana mayor cayó —no, simplemente se desmoronó y luego se desintegró en la nada. Querido Dios, solo abre un hoyo y déjame saltar dentro.

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