—El alba asomaba por la ventana del dormitorio principal en el tercer piso de la casa de la manada.
Damon y Talia no habían dormido nada, y por primera vez desde que estaban juntos, la falta de sueño no se debía a la copiosa cantidad de placeres carnales.
Cuando el Doctor Travis llegó a la casa donde estaba Marcy, hizo un chequeo rápido para confirmar que su condición había mejorado significativamente y que debería despertarse pronto.
Sabiendo que Damon y Talia tenían mucho en sus manos, Travis se ofreció a quedarse con Marcy para que la pareja pudiera ir a la casa de la manada y descansar.
—Contactaré con ustedes si hay algún cambio —dijo Travis—. Es lo menos que puedo hacer por mi Alfa y Luna. Por favor, permítanme contribuir...
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