El parque de diversiones (1)

—¿Qué te pasa?

—La pregunta de Damon sacó a Talia de sus pensamientos, y se dio cuenta de que no controlaba su expresión.

—Nada

—Dime —insistió—. Veo que algo te ha molestado. No puedes decir que es nada.

—La sinceridad en su voz la instó a hablar. 

—Me entristece que estés solo.

—Damon soltó una sonrisa—. No estoy solo. Te tengo a ti.

—Talia hizo una pausa mientras miraba sus ojos azul hielo que transmitían mucho de lo que ella no entendía y trató de descifrar mensajes ocultos. 

—¿Es posible...? Tal vez...? ¿Y si...?

—Talia sacudió su cabeza y desechó cualquier pensamiento ambiguo. Alfa Damon probablemente volverá a hacer la broma de la 'esposa', o tal vez esta vez ella será una mascota.

—A eso no me refería.

—¿A qué te referías? —realmente quería saber qué pasaba por su mente.

—Talia pensó por un momento antes de responder—, espero que algún día encuentres a alguien que sea tu igual, sin agenda oculta.

—¿Y si ya la encontré?

—Talia sonrió tristemente.