Princesa Laetitia

—¿Qué es esto, Ruby?

Ruby tenía un retrato en sus manos que acababa de traer. Íbamos a salir para el banquete en cuatro días. Como íbamos a teletransportarnos, sólo nos llevaría un momento llegar allí.

En el caso de los banquetes reales, otros reales e importantes familias nobles suelen llegar allí dos o tres semanas antes del banquete. Pero Dem dijo que le gustaba llegar justo a tiempo. Y además, como estaba enferma, no podíamos salir antes tampoco. Aun así, íbamos a ir allí una semana antes para que Dem pudiera asegurarse de que mi salud estaba bien para asistir al banquete. Todo era un plan de Dem y no me haría caso, sin importar lo que dijera.

—¿Qué haces? ¿No... es pesado? —pregunté.

—No lo es. Aunque podría parecer débil, en realidad tengo buena resistencia —dijo Ruby con una sonrisa—. Pero necesitamos estar en silencio.

—¿Por qué? ¿No se supone que... me muestres... esto o algo así?