Despertando

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Song Yan esperó mucho tiempo pero no recibió ninguna respuesta. Justo cuando pensó que su pequeña paciente no despertaría hoy, sintió un ligero movimiento en su mano.

Preocupado de alucinar debido al cansancio, miró atentamente la delgada mano. Ni siquiera se atrevía a parpadear por miedo a perderse el movimiento. Después de un rato, los dedos de Li Shu se movieron de nuevo. Esta vez, los movimientos fueron mucho más claros que antes.

En un instante, una brillante sonrisa apareció en su rostro apuesto, y soltó un suspiro de alivio. A pesar de llevar mascarilla, sus ojos estaban brillantes y sus cejas relajadas.

Tomó su mano con fuerza, apoyó su frente sobre las manos entrelazadas y dijo: "Gracias por despertar, Li Shu".