PREPARAR ALMUERZO

Ethan hizo lo que dijo. No dejó ir a Erika hasta que empezó a notar que su cuerpo se debilitaba. Ella había agotado su energía.

—Déjame explicar. Ella vino aquí sin avisar e intentó convencerme de transferir las propiedades a su nombre. Yo no quería estar de acuerdo. Eso era lo que me estaba susurrando al oído. Intentaba amenazarme diciendo que te mataría a ti, a Luca, a Juan y a Jake si no hacía lo que ella decía, así que estaba tratando de controlar mi ira. Nunca te engañaré, Erika. Necesitas creerme.

Ethan lo soltó de un tirón. Las palabras salieron disparadas de su boca con prisa, como si perdiera unos segundos más antes de explicarse, ella probablemente estallaría y lo dejaría quemarse hasta quedar crujiente.

Decidió mirarle la cara.

Erika había dejado de luchar, pero eso no significaba que las lágrimas hubieran dejado de brotar en sus ojos.

Las lágrimas simplemente caían y caían sin control.