```
—¡Daphne!
```
```
—¡Mierda! —maldijo Jonás, tosiendo mientras intentaba sacudirse el polvo de la cara.
```
```
—Quédate detrás de mí —dijo Atticus, sin atreverse a quitar sus ojos del kelpie ni por un segundo—. Es peligroso.
```
```
—Pero ―
```
```
—Ya sé que es tu amigo —continuó—, pero es obvio que Nereo no es él mismo ahora.
```
—Nereo —invocó Daphne—, soy yo, Daphne.
Ella ni siquiera sabía si llamarlo funcionaría. Nereo parecía fuera de sí, posiblemente controlado por la perla que acababa de incrustarse en su cuenca del ojo. Cuando Daphne pronunció su nombre, la luz del ojo de color rosa titubeó por un segundo, pero rápidamente volvió a su máxima intensidad.
—¿Nereo? —intentó de nuevo—. ¿Puedes oírme?
Si podía, ciertamente no lo demostró. Nereo dio un paso adelante con cuidado, cauteloso de la llama brillante en la palma de Atticus. Cuanto más se acercaba, más grande crecía el fuego; era la forma de Atticus de advertirle que no se acercara demasiado.
在webnovel.com支援您喜歡的作者與譯者