—¿No se suponía que el joven maestro era alérgico a las mujeres? ¿No se suponía que debía tener una reacción alérgica al contacto con las mujeres? ¿No se suponía que debía considerar a las mujeres como veneno?
Al pensar en la extraña enfermedad de Ashton Heath, el Mayordomo Rowan fue el primero en verificar si presentaba alguna señal de una reacción alérgica. Sin encontrar ninguna anormalidad, aún preguntó ansiosamente:
—Señor Ashton, ¿necesitamos llamar al Dr. Lancaster de inmediato?
El extraño padecimiento del joven maestro siempre había sido tratado por el Dr. Lancaster, quien conocía su condición mejor que nadie.
—No es necesario —respondió Ashton Heath con una mirada fría.
—Pero, Sr. Ashton, tu salud...
—No hay problema —cortó el joven maestro.
El Mayordomo Rowan abrió los ojos de nuevo, demasiado asombrado para hablar.
在webnovel.com支援您喜歡的作者與譯者