—Por favor, respóndeme, Padre —Gavrael suplicó—. El rey recordó que la última vez que le había dicho 'por favor' fue cuando era un niño pequeño. De alguna manera le agradaba que su hijo, como joven, una vez más le pidiera un favor y dijera 'por favor'.
—Está bien. Pero tienes que prometer no hablar con nadie más sobre esto. Nunca con las hadas oscuras.
—¿Por qué?
—Porque está prohibido hablar sobre las Hadas de Luz. Las leyendas cuentan que el Rey y la Reina que crearon el tratado se odiaban tanto, que comenzaron a borrar el conocimiento de su pueblo sobre la existencia de la otra raza para evitar que la próxima generación se pusiera demasiado curiosa e intentara cruzar los portales de nuevo. Ambos gobernantes creían que desconocer la existencia del otro sería la mejor manera de que las dos razas detuvieran las guerras entre ellas. Y por eso las hadas oscuras, excepto los reyes, no saben nada sobre las Hadas de Luz.
—H-hadas de luz…
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