Mientras Quinn estaba en el décimo castillo, no quería ser visto por ninguno de los demás. Después de todo, no planeaba quedarse aquí por mucho tiempo. Sabía cuánto respetaban los vampiros a los líderes y cuánto les levantaría la moral si él estuviera aquí, pero no quería darles falsas esperanzas. Saber que todo iba bien y que no había habido problemas era suficiente para Quinn.
—Bryce no les informó a los demás de mi regreso, ¿verdad? —Quinn se preguntaba mientras bajaba las escaleras del castillo con Kazz. Había pasado un tiempo desde que los dos hablaban, pero desde la pelea con Bryce y el tiempo que había pasado con ella, sentía que ahora los dos estaban en terreno neutral.
Al menos ya no eran enemigos que intentaban arrancarse la garganta.
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