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Capítulo 20: El Asalto

Cuando llegaron a la sección cuatro, la película acababa de empezar y decidieron instalarse en los asientos del fondo de la sala para ver mejor la película.

Empieza la película y Manoel se da cuenta de que ella tiene frío y dice:

- ¿Tienes frío?

- Sólo un poco, pero se me pasará pronto.

- Lo arreglaré.

Se quita el abrigo y se lo da para que no pase frío.

Ella sonríe y dice:

- Gracias- Y le besa en la mejilla.

Manoel sonríe y le coge la cara con las dos manos y le dice:

- Cada vez que haces eso, me dan ganas de besarte.

Y Nayara dice:

- Entonces bésame.

Manoel se acerca a Nayara y la besa, acariciándole la cara y susurrándole:

- Te quiero.

Ella le devuelve el beso diciendo:

- Yo también te quiero.

Manoel termina de besarla y dice:

- Si dices que sí, te haré muy feliz. Sé que quieres esperar un poco, pero sin ti mi vida no tiene sentido.

Nayara le mira más detenidamente, respira hondo y dice:

- He decidido que ya está bien de dar tiempo al tiempo, porque yo tampoco soporto más estar lejos de ti.

Y Manoel dice:

- ¿Así que aceptas ser mi novia?

- Sí, acepto.

Los dos sonríen y se besan. Tras el beso se dan cuenta de que la película ha terminado y salen de la sala y se dirigen hacia el Patio de Comidas.

Una vez allí, deciden comprar una pizza: mitad de pepperoni y mitad de bacon y una botella de Coca-Cola para acompañarla. Veinte minutos después llega la pizza y meriendan en silencio, pero al cabo de unos minutos Manoel dice:

- ¿Puedes prometerme algo?

- Sí, ¿qué quieres que haga?

- Si me pasa algo, ¿me prometes que intentarás ser fuerte y volver con ese tío al que tanto quieres?

- ¿De qué estás hablando?

- Sé que aún lo amas, crees que no, pero aún sientes algo por él y siento que no estaré contigo por mucho tiempo. Tal vez sea sólo yo, pero no suelo equivocarme en mis predicciones.

- No te va a pasar nada Manoel. Deja de decir eso por favor.

- ¿Pero si pasa? Por favor, promételo.

- Vale, lo prometo.

- Bien, ¿vamos a la sala de juegos? Te encantarán los juguetes de allí.

- Sí, vamos.

Salen del patio de comidas y van a la sala de juegos. Manoel compra cuatro boletos y utiliza dos de ellos para conseguir un osito de peluche para su amada, pero desgraciadamente no lo consigue.

Luego deciden apostar en un juego que requiere mucha fuerza. Nayara juega primero y acierta el 20% y saca ocho boletos de la máquina. Entonces aparece un hombre muy fuerte y acierta el 80% y sólo salen tres boletos. El hombre se echa a reír y dice:

- Jaja, dudo que aciertes más que yo.
Manoel coge el mazo y golpea dando un 40%, pero en vez de salir pocos 'billetes', acaba ocurriendo al revés y empiezan a salir más de treinta 'billetes' y el hombre se va furioso del lugar. Entonces le dan los 'tickets' al encargado y los cambia por golosinas como piruletas, bicicletas, caramelos y dos pequeños juguetes de plástico, una araña y un dinosaurio negro, que acaba regalando a un niño que vio mirando a través del cristal, pero no había suficientes 'tickets' para ganar.

***

Salen del cine exactamente a las doce y media de la noche y se dirigen al aparcamiento. Le da el dinero al chico en el acto y se lo cuenta después a Nayara:

- Nayara, agárrate fuerte porque voy a ir muy rápido.

- Así está bien.

Pero en el momento en que iba a arrancar la moto, aparece un coche, todo negro del que salen cuatro tipos encapuchados y uno de ellos dice:

- Bájate de la moto.

Manoel en vez de hacer lo que le pedían, decide reaccionar ante el asalto y el hombre se le acerca por detrás y le sujeta. Intenta defenderse, pero llegan los otros hombres y lo agarran fuertemente y le disparan en la cabeza, matándolo. Nayara logra escapar, escondiéndose detrás de una pared, pero oye el sonido del disparo y ve que Manoel está muerto y empieza a llorar, pero sabe que si hace ruido, ella también podría ser la próxima víctima. El miedo de que vengan a por ella la golpea, pero intenta no pensar en eso ahora, sino en el hecho que acaba de suceder.

Camina por la calle y coge el móvil, pero no hay cobertura y decide coger un Uber que encuentra parado en la esquina. Dice el destino de su hostal y vuelve a casa llorando todo el camino.

Cuando llega a casa, llama a la policía y les cuenta lo sucedido y los agentes le piden que tenga cuidado y que no camine sola para no correr riesgos. Ella hace lo que le piden y cierra la puerta de su habitación y envía un mensaje a sus amigos, pero ninguno contesta por la hora y cuando piensa en darse por vencida, recibe un mensaje de Natanael por WhatsApp que dice:

"¿Puedo verte mañana?"-01h00

Ella sonríe y dice:

"Sí, pásate por casa"-01h02

Por un momento piensa que puede ser el destino, pero decide no decir nada más en el mensaje y se tumba en su rincón a llorar por lo sucedido.

Trata de dormir, pero parece que no puede, porque, solo viene a su mente la escena del amanecer al ver a Manoel siendo asesinado y no poder hacer nada para salvarlo. Se echa a llorar y va al baño a darse una ducha, se pone un pijama rosa con encajes a los lados y se tumba en su cama y piensa: "¿De qué quiere hablarme Nathaniel?".

Nayara se acuesta a las tres de la madrugada y se despierta con el móvil despertándola a las nueve de la mañana. Intenta comer, pero no puede y opta por comer sólo una manzana y un zumo de uva.

Coge un conjunto de la bolsa que ha organizado para la mudanza: leggings negros, camiseta rosa de tirantes y sandalias bajas rosas.

Nayara manda un mensaje a Nathaniel, que le dice:

"¿A qué hora vienes?".

Nathaniel responde en menos de dos minutos:

"Salgo de casa ahora".

Mientras Natanael no llega, Nayara decide ordenar el albergue, después de todo, dejará este lugar e irá a la nueva casa, pero sus pensamientos siempre van a Manoel y termina llorando de nuevo.

Cuando estaba acostada en la cama, escucha que alguien toca la puerta, se levanta de la cama y atiende y encuentra a Natanael recargado en el marco de la puerta vistiendo jeans, blusa verde y una gorra blanca común.

Nayara lo invita a pasar y se sientan en la silla. Natanael la mira y le dice:

- He venido a ver cómo estás y siento que no estás bien. Anoche soñé contigo y en el sueño estabas muy decaída, pero tenía miedo de que no quisieras hablar más conmigo, así que me tomé mi tiempo para darte noticias.

- Bueno no lo estoy, pero tal vez un dia estare mejor, pero no tenias que tener miedo de hablarme, porque yo no te ignoraria, solo que antes no hablaba, porque tu novia parece ser muy celosa y ese dia me miro con cara de enojo.

- No le hagas caso, ya no tenemos nada entre nosotros.

- ¿Qué quieres decir con que ya no tenemos nada el uno con el otro? ¿Habéis roto?

- Sí, pero ¿por qué no estás bien?

- Manoel...y...el...mo...murio-dijo sollozando y empezando a llorar de nuevo.

Nathaniel se acerca a Nayara, se inclina cerca de ella y le seca las lágrimas y le dice:

- Trata de calmarte ángel, estaré aquí para lo que necesites ¿de acuerdo? No te dejaré, aunque me lo pidas.

- Gracias por todo. Te hice daño y aún así estás aquí conmigo.

- Nayara, tú no me hiciste daño, tú no tuviste la culpa ángel. Ven aquí - la atrae en un abrazo diciéndole - Yo estaré aquí contigo, ¿de acuerdo? ¿Necesitas ayuda con algo?

-le dice-. De hecho, hoy me mudo a la nueva casa, pero no estoy de humor para eso, pero necesito salir de aquí hoy.

- Te ayudaré si quieres.

- ¿De verdad?", pregunta sorprendida.

- "Sí", esboza él una media sonrisa.

Nathaniel la abraza, le acaricia el pelo y le susurra:

"Nayara, te quiero, por eso me separé de ella".

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