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Capítulo 202: Acto 3 Parte 3

"¿Uh? ¿Estás perdida, pequeña?"

Ryūnosuke sonrió al ver a Rin. Eso quería decir que había una niña más que se unirá a esta fiesta de sacrificios.

Rin, por otro lado, se asustó en el momento en que vio la cara de este tipo. Retrocedió un poco con Kotone en sus brazos y miró a todos lados. Cuando se dio cuenta, vio que había más niños de los que vió cuando llegó. Todos, al igual que Kotone, estaban desorientados y con los ojos vacíos.

"No te asustes. Tu llegada es bastante oportuna. Déjame ayudarte"

Él extendió su mano, pero Rin lo empujó y, en ese pequeño instante, sintió una extraña fluctuación en su prana y el maná en el aire. Sin embargo, esto no le pareció bien a Ryūnosuke.

"No huyas…"

Y comenzó a perseguirla. Extendió su mano para agarrarla por el cabello, pero ella se dió la vuelta y corrió al mostrador. Él la siguió, tropezando con una caja en el proceso. Rin aprovechó esto para lanzarle una botella de vidrio que encontró sobre el mostrador, la cual golpeó a Ryūnosuke en el pecho, dejándolo un poco aturdido.

Ella solo siguió huyendo y Ryūnosuke la persiguió de forma bastante torpe.

'¿Qué hago? ¿Qué debo hacer?'

Se preguntó a sí misma. Mientras huía, vio que aquel hombre tenía un brazalete púrpura en la muñeca izquierda. Ese brazalete brillaba, lo que le dijo a Rin que eso era un objeto mágico ya que la brújula también apuntaba al brazalete. Ató los cabos sueltos con la evidencia que tenía y se dió cuenta que él estaba controlando a los niños con el brazalete.

Entonces, para aprovechar eso, decidió causar más caos a su alrededor para obtener la oportunidad perfecta. Sin embargo, sus manos están temblando. Ella está llena de miedo y eso está entorpeciendo sus planes. Pensó en todas las personas que podían aparecer para salvarla, pero luego negó con la cabeza y se subió al mostrador. Con bastante rapidez, empujó una caja que estaba allí y golpeó el pie de Ryūnosuke.

Él se quejó y Rin aprovecho que este mismo se enojó, entonces lo tomó del brazo y comenzó a inyectar maná en el brazalete.

"Vaya. Me estás ayudando. Gracias"

Pero a Ryūnosuke no le importó. Él quería que el brazalete estuviera lleno de maná. Una niña que usaba magia era una presa perfecta. 

Rin también se dió cuenta de lo que estaba haciendo y comenzó a sentir su mente nublada, pero recordó las enseñanzas de Tokiomi y volvió en sí. Lo irónico de la situación, es que su magia mal ejecutada era la solución.

Comenzó a sobrecargar el brazalete con una mirada determinada.

"Tu… has hecho tantas cosas malvadas…"

Apretó la mano de Ryūnosuke con fuerza.

'Toru… ¿cómo hubieras salido de esta situación?'

Se preguntó mientras las ondas de maná comenzaban a generar viento. El brazalete brilló con intensidad a la vez que el aura de prana en Rin iluminaba la oscuridad del bar. Ryūnosuke se preocupó porque esto se estaba saliendo de sus manos, pero era demasiado tarde.

'No… no puedo vivir preguntándome qué harían los demás. Lo que debo hacer...'

Lo que Rin quería hacer era preguntarse qué haría ella misma en esta situación.

'Dar lo mejor de mi…'

Ella quería ser "perfecta". Y para lograrlo, tenía que derrotar a este loco.

Fue entonces cuando el brazalete explotó, generando una luz intensa que cegó a Ryūnosuke, y empujó a Rin hacia atrás, haciéndola caer de cabeza contra el suelo.

'Duele…'

Se levantó de inmediato y, sin importarle el dolor, levantó la mirada, solo para darse cuenta que los niños habían salido del trance. Ahora lloraban desconsolados, confundidos y temerosos.

"Kotone…"

Kotone también lloraba por el miedo, pero Rin apareció a su lado.

"¿Rin-chan…?"

"No es el mejor momento para llorar"

Se acercó a la puerta y la abrió con fuerza.

"¡Todos, rápido, salgan!"

Gritó. Los niños no esperaron más y huyeron tanto como sus pequeñas piernas con débiles músculos, pero fuertes huesos, les permitieron. Ryūnosuke, mientras tanto, confundido y con su visión distorsionada en tonos extraños, se frotó los ojos y se tambaleó. 

Rin miró por última vez al hombre y huyó junto a los niños.

***

Sobre uno de los edificios, con ojos brillantes en la oscuridad, estaba Toru. Acababa de llegar después de sentir el disturbio que se había formado, pero cuando llegó se encontró con cuatro patrullas y cerca de veinte policías. Había niños arropados con mantas que los protegían del frío de la noche.

"Hm…"

No vio a Rin por ningún lado, pero vio las líneas de muerte de los rastros de maná. Algo se estaba movilizando cerca de allí.

'Que desastre…'

Se percató de que estaba cubierto de sangre, pero no le dió importancia al asunto y se movilizó entre las sombras. No podía entrar en su forma desmaterializada porque la orden de Kirei estaba vigente. Su cuerpo estaba preparado para matar en cualquier momento.

***

Y al mismo tiempo, a unos pocos metros de dónde una de las patrullas de la policía se encontraba, Rin observó a los niños a salvo con una leve sonrisa aliviada. Su esfuerzo valió la pena.

'Tengo que regresar a casa'

Con esto hecho, ella debía volver. Aoi seguramente ya se dió cuenta de su ausencia, por lo que debe estar muy preocupada.

Pero cuando intentaba adentrarse en el callejón para ir a la siguiente calle, algo extraño cayó de arriba. 

"..."

Rin se acercó tímidamente para ver qué era, pero sus ojos se abrieron con horror al ver aquella criatura con claridad.

Parecía una estrella de mar repugnante, con colores extraños, retorciéndose como si fuera un gusano. Rin lanzó un grito ahogado al ver al monstruo y retrocedió. El demonio parecía listo para atacar a Rin, pero algo pasó.

Un fuerte viento explotó detrás de Rin, haciendo que ella instintivamente mirase en esa dirección.

Él estaba cubierto por aquel líquido carmesí. Sus ojos brillaban tenues en la oscuridad del callejón y en sus manos, dos dagas manchadas de sangre.

Fue entonces cuando aquel desconocido que apareció rodeado de misterio se movió en una fracción de segundo y, con sus dagas, cortó al monstruo, haciendo que éste se desintegre envuelto en partículas negras.

'¿Qué…? ¿Qué pasó…?'

Cuando Rin quiso preguntarse qué demonios estaba pasando, sintió un golpe en el cuello. Cerró sus ojos lentamente mientras caía al suelo, y lo único que puedo ver antes de caer inconsciente, fueron los Ojos Místicos de aquel muchacho.

'To…ru…'

"Que tonta eres…"

Toru la levantó entre sus brazos. Le miró la cara y se dió cuenta de que por su culpa, Rin se manchó de la sangre de otras personas. 

"... parece que el tonto soy yo…"

Suspiró dándose cuenta de su error. Frente a él, el clon que lo ayudó a matar al demonio desapareció envuelto en una nube de humo. Con solo ese ataque gastó todo el maná que tenía, por lo que no podía mantenerse activo y desapareció.

"Hm… Ryūnosuke… el Master de Caster está cerca"

Esa información, gracias a uno de sus clones, llegó a su mente. Pero antes de saltar a matar al culpable, tenía que dejar a Rin en un lugar seguro. Sin embargo, en ese momento…

"Alejate de Rin-chan…"

El hombre que los observaba aquel día en el parque apareció. Toru se dió la vuelta con Rin en sus brazos y Kariya vio que este estaba cubierto de sangre humana. Rin no estaba herida, pero esto encendió la ira de este hombre, cuya apariencia, por culpa de la magia de los Matō, se ha estado deteriorando más y más.

"No es un buen momento para entrar en conflicto"

Dijo Toru. Continuó.

"Si yo no hubiera llegado, lo habrías hecho tú. No te preocupes, no busco problemas. Debo aclarar que no le haré daño a Rin-san. Ella debe regresar con Aoi-sama"

Con eso dicho, se acercó a Kariya y le entregó a Rin.

"Tu ropa se manchó de sangre. Lo siento, Rin-san"

"Tu… ¿por qué?"

Preguntó Kariya. Toru no sabía a qué se refería este hombre, pero le respondió lo que él creía que Kariya quería saber.

"Porque hay cosas que no puedo evitar. Algo como mis propios sentimientos. Lleva a Rin-san con Aoi-sama. No te atrevas a hacerle daño a ninguna de las dos"

Se dió la vuelta y, antes de saltar al techo de uno de los edificios, le dijo:

"Seguramente nos veremos más adelante. Así que definitivamente te mataré. Lo haré, como a las personas que he matado esta noche"

Y sin más que decir, desapareció. Kariya se quedó pensativo con Rin en los brazos. Suspiró y luego miró a la niña. Cerró los ojos con dolor. Cargar a Rin hacía que le duela todos los huesos del cuerpo, lo hacía sufrir, pero;

'Todo esto valdrá la pena cuando gane la guerra'

Se adentró en el callejón y antes de pasar a la siguiente calle de camino a aquel parque, el pensó:

"Assassin… no permitiré que me mates. No hasta que Sakura vuelva con su madre y hermana"

***

Después de que la policía llegó, no tuvo más opción que huir. Se escabulló por los callejones con facilidad, y aunque se tropezó con algunas cosas en el camino, no se detuvo. Ryūnosuke suspiró cansado después de todo.

'Haa… maldición. Ese brazalete se rompió. Espero que Caster no se enoje. Perdí tanto está noche… pero no es momento de lamentos. Conseguiré más ahora mismo'

Con toda confianza, logró salir de la ciudad y adentrarse en uno de los bosques cercanos donde está otra de sus bases. A pesar de que perdió contra una niña, eso no lo iba a desanimar. Sonrió relajado porque ahora mismo irá por más niños. Solo hacía falta evadir a la policía y nada malo pasará.

"Jaja. Ya no puedo esperar."

"¿Qué es lo que no puedes esperar exactamente, Ryūnosuke-san?"

Una voz hizo eco en la oscuridad. Justo después de eso, una suave brisa hizo que Ryūnosuke cerrará los ojos por un momento. Cuando los abrió, delante de él estaba una persona cubierta por una capa negra con capucha junto a una bufanda roja y desgastada, quién apuntaba una daga a su rostro. Confundido, él miró a todos los lugares de donde pudo haber salido el tipo misterioso y se rascó la cabeza pensativo.

"¿Me hablas a mí?"

El encapuchado, quien parecía estar manchado de sangre, respondió con una voz susurrante que por alguna razón se pudo escuchar cerca de su oído.

"No hay nadie más aquí. ¿Tú qué creés?"

Ryūnosuke entendió esto. El encapuchado frente a él es uno de los Servants de los que Caster le había advertido. Si Ryūnosuke llegaba a encontrarse con uno de los Servants enemigos, solo tenía una opción.

"Y… ¿qué quieres de mí?"

La pregunta en sí era bastante estúpida, por lo que el encapuchado le respondió con un silencio cruel. Ryūnosuke entonces, recordando claramente cómo usar sus Sellos de Comando, se miró la mano y estuvo a punto de hablar.

El Assassin, Toru, miró a Ryūnosuke como si el mundo fuera en cámara lenta y suspiró. Frente a él estaba un asesino, alguien que ha matado a muchas personas. Viendo su propio cuerpo manchado de sangre, no pudo evitar pensar que tal vez ambos son parecidos. Sin embargo…

"No lo harás"

Dijo Toru moviendo la mano y, con un elegante y limpio corte de la daga, le cortó la mano a Ryūnosuke.

Para Ryūnosuke está fue una experiencia extraña. Se miró la mano y está última ya no estaba allí. En lugar de eso, vio como la sangre comenzaba a salir de la herida, una herida tan perfecta que hasta el corte del hueso era limpio y recto. Vio su mano tirada en el suelo, separada de su cuerpo y entonces sintió algo extraño.

"Haa… es cálida…"

La sangre cálida y roja que salía de su herida le provocó un escalofrío creciente en el cuerpo junto al dolor que le acompañaba.

Toru, mientras tanto, miró la reacción de Ryūnosuke en silencio. Se preguntó si realmente ambos son parecidos. Fue así que un montón de preguntas nacieron en su mente. Él quería saber, él quería preguntarle a un verdadero asesino que significa ser un asesino. 

'Perdí de vista lo que buscaba y me hundí en el placer de la matanza…'

Pensó. Ryūnosuke se agachó y tocó su mano amputada con el dedo de su mano derecha.

"Está fría… y me siento mareado…"

Las reacciones de ese tipo eran muy perturbadoras. Alguien normal reaccionaría gritando de dolor, arrastrándose en el piso con miedo ante el agresor o, como mínimo, intentaría huir, pero eso no fue igual con Ryūnosuke.

'Claro… es por eso… él también es un asesino…'

"¿Por qué?"

La pregunta repentinamente salió de sus labios. Ryūnosuke, quien había amarrado un torniquete hecho con su propia camisa alrededor de su brazo, miró a Toru confundido. Entonces sonrió como si nada pasara y le respondió con gusto.

"¿Te refieres a mis asesinatos? Bueno, me gusta hacerlo. Me gusta matar."

"¿No hay otra razón?"

"¿Por qué tendría que haber otra razón? Cuando una vida se extingue tiene que ser de manera gloriosa y hermosa, placentera en todo aspecto. Generando miedo en el corazón de la víctima, dándole últimas esperanzas para ver cómo caen al suelo; como aves que no saben volar. Matar es lo que le da sentido a mi vida. Es lo que me da todo lo que necesito, todo lo que siempre he deseado"

"Ya veo…"

La descripción fue bastante detallada para Toru. Así que, antes de ejecutar su acto, antes que nada, él quería saber que opina una persona como Ryūnosuke sobre sus emociones a la hora de matar.

"Supongo que algo parecido me pasa a mi…"

La primera vez que Toru asesinó a alguien no sintió absolutamente nada, pero fue después de recuperar sus recuerdos que comenzó a disfrutar de la matanza. Sin embargo, esto iba más allá del simple placer de matar. Era algo diferente.

Cómo si algo le susurrara al oído que siembre el terror y la destrucción en todo lo conocido. Cuando peleaba y causaba destrucción y muerte, una emoción naciente rebosaba con fuerza dentro de su corazón. Era un placer indescriptible que le decía que siga haciéndolo. Era extraño e incluso ahora Toru no sabe qué pensar de eso. Así que se lo explico a Ryūnosuke.

"Un sentimiento que crece en mi corazón… ebulle con fuerza como agua hirviendo. Cuando siento la sangre en mis manos. Cuando siento las almas de las personas danzar a mi alrededor. Mis ojos lo ven, mi cuerpo lo siente. Quiero seguir haciéndolo, quiero matar… quiero destruir… quiero causar Caos, sembrar la discordia en todo. No se si es mi propia mente, no se si hay algo más dentro de mí, pero siento que debo continuar sin importar cuánto sufrimiento yo cause, pues tal vez esa sea la razón de este sentimiento"

Los ojos de Toru brillaron con intensidad. Recordó todos esos momentos. Cada alma que arrancó de los cuerpos de sus víctimas. Cómo le hablaban, cómo lo miraban. Había algo más en él. Algo que él no podía explicar, pero…

Se sentía extremadamente bien… como una adictiva droga.

[El Caos que resuena en tu naturaleza]

Ryūnosuke miró a Toru con ojos iluminados. El discurso de este misterioso encapuchado era…

"Genial… es asombroso… ¡Eres genial!"

Ryūnosuke pensó que Toru era igual que Caster, sin embargo, otra vez la forma de reaccionar de Ryūnosuke fue lo que le dió la respuesta a Toru.

"Ya veo…"

Ninguno de los dos se parece en lo más mínimo.

Ryūnosuke sintió algo extraño después de que Toru hablara. ¿Por qué él tenía la mano levantada hacia la derecha? Él sintió como su mareo aumentaba y un dolor punzante palpitó en su garganta. Cuando se dió cuenta, extendió su mano amputada hacia Toru y vió como la sangre salpicaba desde su cuello.

"Gracias por dejarme algo en claro, Ryūnosuke-san. Ahora descansa. Tal vez las personas a las que causaste dolor te vean con una sonrisa…"

La respuesta que Toru encontró fue…

"Tu sientes admiración por ese tipo de cosas. Yo…"

Toru simplemente siente asco. Entonces intentó recordar…

"¿Qué tipo de expresión tenía cuando fui Alek Gusev?"

Cuando mató a todas esas personas para alimentar su creación, La Luz de la Humanidad, ¿qué tipo de expresión tenía en la cara?

Continuará…

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