-Señora, ya es muy tarde. ¿A dónde va con la señorita Laura?
La señora Lorena sabía que el medico ya se había enterado que ellas iban a irse. Aseguraba que no pudieran salir de allí. Sin embrago, ella había pasado por muchos asuntos complicados en las últimas épocas. Ella sonrió y dijo tranquila:
-Laura está un poco mejor. Quiero llevarla al patio para que le dé el aire, ya que ha estado aquí durante mucho tiempo.
-Perdone señora. Laura no puede salir del hospital después del anochecer. Su resistencia es muy baja y, además, mañana tenemos que operarla, así que tengo que darle una inyección. Tenemos que rebajar la posibilidad de peligro. -después que el medico termino de hablar, entraron dos enfermeras impidiéndoles avanzar el paso.
Laura tenía miedo a la inyección, pero sabía que era beneficioso para su salud. La señora Lorena la protegía con su espalda.
-Ya es muy tarde, ¿verdad? Si queréis darle la inyección a Laura, esperad a que mi hijo regrese. Además, la operación es muy importante, así que firmaremos el documento y luego debemos saber cuáles son los medicamentos que vamos a usar.
Laura estaba sorprendida por lo que había hecho la señora Lorena, dado a que ella la estaba defendiendo totalmente. Parpadeo y la miro y supo que estaban en un ambiente tenso.
-No pasa nada, estoy acostumbrada. Ya no me duele. -Laura pensó que Lorena estaba cuidando de ella, así que rápidamente respondió. Pero hizo que la señora Lorena se sintiera triste.
La señora Lorena sonrió y le dijo a Laura:
-Se que se siente después de una inyección. Es mejor que esperemos a que llegue tu padre y luego veamos si debemos hacerlo o no, ¿vale?
- ¡Muy bien! -Laura se sintió feliz después de que le dijeran que no hacía falta la inyección.
Viendo que la señora Lorena no le permitía hacer su trabajo, el medico estaba un poco enojado.
-Señora Lorena, esta es solo una inyección ordinaria. Si la señorita Laura no la toma, probablemente no dormirá tan bien como antes. Laura esta en este hospital desde el día en que nació, conocemos muy bien su condición. Por favor, hoy le tenemos que dar esta inyección y así podremos cuidar de su cuerpo detenidamente. -Mientras hablaba, unas enfermeras intentaban separarlas. Desde su punto de vista, la señora Lorena no podía aguantar su fuerza en conjunto.
En ese momento, la señora Lorena saco una pistola de su bolsillo y les apunto.
- ¡No toquéis a Laura! No tengo miedo de vosotros. En estados unidos tengo el poder de usar una arma de fuego. Puedo defenderme y alegar legítima defensa. Laura es de mi familia, puedo escoger el tratamiento. Incluso si vosotros sois médicos, tenéis que ajustar el tratamiento según nuestra voluntad, ¿verdad? -ella los trato con la resistencia. El arma era legitima y tenían mucho miedo de ella.
-Señora Lorena, no se preocupe, solo es un tratamiento. No asuste a Laura.
La señora Lorena estaba confundida por lo que había dicho el médico. Todo eso era para proteger a Laura, aunque ella no quería asustar a la niña ellos insistían en hacerlo. Ella ya había pasado por muchos contratiempos en el campo empresarial, naturalmente sabia cuáles eran sus intenciones.
¿Por qué insistían en darle la inyección a Laura? Recordó la llamada de Álvaro antes y ya percibía lo que significaba. Solo que había perdido un valioso tiempo para haber podido llevarse a Laura de allí.
- ¿Fuera de aquí! ¡Vamos a descansar! -dijo con un tono frio, apuntándoles con la pistola. Dado que tenían miedo salieron de la habitación rápidamente.
La señora Lorena rápidamente cerró la puerta. Laura la miro sorprendida y no sabía lo que estaba pasando, así que pregunto:
- ¿Estáis jugando?
-Si, estamos jugando a policías y ladrones. ¿Te parece divertido? -consoló a Laura, para que no le tuviera miedo.
Laura estaba realmente asustada antes, porque Lorena estaba muy enfadada. Sin embargo, al escucharla decir que estaban jugando, inmediatamente se puso feliz.
- ¡Perfecto! ¿Puedo jugar con la pistola de juguete? -cuando Laura iba a coger la pistola, la señora Lorena la guardo bien.
-Esto no es un juguete. Quiero jugar con ellos con más entusiasmo ahora, pero no sé si vas a querer.
- ¿Cómo? -eso despertó el interés de Laura y miro a la señora Lorena con esperanza.
La señora Lorena abrazo a Laura.
-Laura, en mi corazón, tú siempre serás un tesoro para toda mi vida. Te amo. -lloro la Señora Lorena.
Laura la abrazo rápidamente y dijo:
-Yo también te amo, abuela. Después de la operación te acompañare al parque. Siempre has bailado muy bien, ¿verdad? Quiero ser bailarina profesional en el futuro.
- ¡Bien! -la señora Lorena abrazo fuertemente a Laura.
Sabía que era imposible que las dos salieran de allí. Álvaro les había dicho que salieran enseguida, lo que significaba que estaban en peligro. Adriano y Josué ya habían salido y sería difícil que ellos regresaran para salvar a Laura.
En ese momento ella tenía que estar en la habitación para engañarlos, así que Laura tendría la oportunidad de salir con éxito. La señora Lorena soltó a Laura y sonrió antes de decir:
-Voy a bajar esta sabana desde la ventana. ¿Podríamos salir con ella?
- ¿Por qué lo hacemos? -Laura pregunto mientras parpadeaba.
La señora Lorena sabía que esta era una manera peligrosa. Laura tenía mala salud y estaban en un segundo piso. No podía confirmar si Laura podría llegar al suelo con seguridad, pero no tenían otra opción.
Ella amablemente toco la cabeza de Laura y dijo:
-Porque quiero que crean que estamos aquí, luego escaparía de aquí en silencio. Eres muy valiente, puedes bajar y llegar al suelo, ¿verdad? Luego puedes buscar a tu padre para que el me salve. ¿Pero quiero saber si te atreves a hacerlo?
- ¡Si! -le parecía muy interesante.
Desde que nació no había pasado nada interesante en su vida. Todo era aburrido. Por su mala salud, no podía hacer muchas cosas. Pero quería probarlas sin duda, porque era su naturaleza. Como la señora Lorena le había dicho que eta un juego emocionante, sin duda ella quería jugar.
Al ver el estado de Laura, la señora Lorena dijo en voz baja:
-Excepto tu padre, no debes creer a nadie más. Busca a tu padre directamente en la entrada del hospital, ¿vale?
- ¿Y la señora Lluvia? -Laura recordó a Lluvia. A veces le hacía compañía. Aunque recientemente no venía, todavía era posible que se encontrara con ella.
La señora Lorene negó y dijo:
-No importa quien sea, no puedes confiar. En este juego solo estamos tú, Adriano, Josué, tu padre y yo. Somos un grupo, los otros nos están rastreando. Si los ves, escóndete. Después que salgan, buscas a tu padre, ¿vale?
- ¡Bien! Abuela, no te preocupes. ¡Definitivamente ganaremos! -Laura tenía muchas ganas de intentarlo.
La señora Lorena tiro las sábanas por la ventana, estaba nerviosa, pero no había otra manera. La gente de fuera parecía llamar a la puerta de nuevo. Ella no sabía de qué estaban hablando, pero sabía que no les quedaba mucho tiempo. Beso la frente de Laura y dijo:
-Recuerda cariño, no te sueltes. Incluso si estas cansada, puedes descansar un rato, pero no puedes dejarlo ir. Si te caes aquí abajo, no podrás aguantar el dolor.
-Lo sé, abuela. Yo puedo conseguirlo, he visto a Eduardo subiendo por la ventana. Aunque no soy tan fuerte como el, creo que puedo hacerlo. -Laura estaba tan emocionada que subió por la ventana con la ayuda de la señora Lorena.
Había un viento frio afuera y a causa de eso tembló. Inconscientemente miro hacia abajo y se sintió muy asustada. El edificio era muy alto.
- ¡Abuela! -Laura estaba un poco preocupada y grito llorando.
A la señora Lorena le dolía el corazón, pero solo sonrió y dijo:
-Laura, puedes hacerlo, no tengo dudas, no podemos perder este juego.
- ¡Si! -Laura asintió y luego empezó a bajar lentamente.
Ella nunca había hecho nada parecido antes. En un principio, estaba un poco emocionada, pero luego se sintió agotada por esto. Sus manos parecían ser incapaces de sostener las sábanas, todo su cuerpo se balanceaba en el aire y tenía ganas de llorar.
Viendo la situación, la señora Lorena estaba muy preocupada, pero solo dijo en voz baja:
-Laura, ¡animo! Estoy esperándote para que me salven.
Cuando Laura recordó a Eduardo y Samara que estaban esforzándose para resolver sus asuntos, siguió bajando. Sus manos fueron heridas, pero ella siguió bajando. Sudo mucho pero no dijo una sola palabra, poco a poco llegaba al suelo.
La señora Lorena iba a llorar.
-Perdóname Laura, has sufrido mucho. -la señora Lorena se tapó la cara y miro a Laura bajar lentamente, esa imagen hacía que le doliera mucho el corazón.
Laura no sabía cuánto tiempo había escalado, pero cuando finalmente toco el suelo, sonrió feliz. Ella lo había conseguido, había bajado desde el segundo piso.
- ¡Abuela! -Laura grito hacia la habitación.
La señora Lorena la miro y sonrió:
- ¡Corre!
-Espérame. -Laura se dio la vuelta y corrió, pero de repente cayó al suelo. En ese momento, la puerta de la sala se abrió de repente.