ANTHONY
Hice mi duelo leyendo el diario de mi padre al completo, alejándome de Gabriel. Orfen tenía razón, ahora que conocía toda la historia de mi padre era consciente de ello.
Fausto fue un horrible monstruo que se deleitó torturando a mi padre. No sabía los detalles como en éstos momentos los conocía a todos.
Le había enviado una carta a Gabriel diciendole que ya no quería verlo más. Fue lo más duro que tuve que hacer ya que en verdad lo amaba con cada fibra de mi ser.
Sentía que mi corazón estaba siendo despedazado. Nunca más volvería a sonreir, ni amaría a nadie más. Gabriel siempre será mi más grande amor.
Gabriel
He leído el diario de mi padre al completo y en verdad no me imaginaba tanto dolor de su parte.
Mi pobre papá padeció lo indescifrable, al punto de no entender cómo es que aún sigue cuerdo. Por dios Gabriel, tu padre en verdad fue un monstruo y lamento en el alma haberme enamorado del hijo de ese monstruoso demonio.
Te amo Gabriel Sensi pero eres su hijo, el causante del intenso dolor de mi papá y de Orfen. Por eso no voy a seguir viendote, no quiero ser aquel que siga despedazando el alma de mi padre.
Al fin de cuentas Mefis Von Fisher es un ángel en comparación a Fausto Sensi.
Adios Gabriel Sensi, mi único amor.
Anthony
Le pedí a mi mayordomo que enviase la nota a mi amado Gabriel. No podía evitar llorar, sentía el intenso deseo de arrojarme a la cama y no levantarme nunca más, o de suicidarme.
No tenía idea de cómo seguir adelante sin mi tan amado Gabriel. Dios, pero si se parece más a Orfen que a su propio padre. No obstante Fausto es su padre biológico y quien lo crió.
Cuando el mayordomo me anunció que ya hubo mandado la carta a los Sensi, lloré amargamente sintiendome desolado.
Dejé ordenes estrictas a mi mayordomo de no permitirle a Gabriel ni a Mefis entrar a mi mansión. Me arrojé a la cama sujetando el diario de mi papá y lloré hasta quedarme dormido.
Cuando desperté era de día, mi mayordomo me dijo que había pasado un día entero y que Gabriel intentó entrar a aquí a verme más de cinco veces. Tuvo que amenazarlo con llamar a la policía si seguía intentando.
Me duché para renovarme. Almorcé sin ánimos de nada. Guardé el diario de mi papá en un sitio seguro y sagrado para mí. Luego fui a verlo. Necesitaba hablarle, disculparme con él.
Fuera nevaba, me coloqué la capucha y subí al carruaje. Llegué más rápido de lo que imaginé. Me identifiqué como el hijo de Liam Archer e inmediatamente me llevaron a él.
Orfen no se despegaba de su lado. Estaban en la mejor habitación del lugar. Mi papá, por suerte, estaba consciente solo que no soportaba la realidad que lo rodeaba.
— Orfen, leí su diario
—¿Completo?
— Si — mi voz se me quebró y las lágrimas humedecieron mi rostro — Dejé a Gabriel, tenían razón.
Orfen respiró profundo y aliviado. Me llevó junto a mi padre quien al verme se pudo tenso. Yo corrí a él y lo abracé con fuerza mientras lloraba y le decía:
—Lo siento papá, lo lamento tanto. Tenías razón, tenías toda la razón en oponerte a mi relación con Gabriel.
—¿Anthony? ¿Hablas en serio?
— Papá — sujeté sus mejillas mirándolo a los ojos — Tranquilo, no te angusties más, acabo de cortar mi relación con Gabriel. Ya no es nada mío.
—¿En serio?
— Si papá, me alejé de quien amo con cada fibra de mi ser por tí. Leí tu diario papá, ahora lo entiendo todo.
Él me abrazó con fuerza para luego respirar hondo, y decirme.
— Gracias hijo, sé lo que significa para tí.
— Por eso vuelve a casa conmigo papá. Alice murió....
— Alice ya descansa en paz hijo, me costó entenderlo pero lo hice al fin.
Orfen entraba con los documentos que le permitían a mi papá ser libre.
— ¿Vendrás a casa conmigo entonces papá? Te prometo ser un buen hijo, no seré como Alice pero...
— Mi niño, eres mi único hijo y no pienso perderte a tí también. Perdoname tú a mí por ser tan mal padre.
Nos volvimos a abrazar ambos. Por primera vez sentía a Liam ser mi padre. Por primera vez comprendía a mi hermana Alice. Vivir solo para hacerlo felíz es mi obligación.
— Todo quedó atrás papá ¿cierto?
— Cierto Anthony, muy cierto.
— Vamos a casa entonces.
— Liam podrá salir recién mañana de aquí, aquí tengo la autorización definitva del doctor.
— Regresa a casa hijo, mañana iremos Orfen y yo — me dijo Liam — Y gracias por comprenderme...yo...yo entiendo lo que sientes por Gabriel, no creas que no...sé que Mefis te lastimó...también sé que el sobrino de Orfen sigue el mismo camino de Fausto. Pero lo supe estando aquí. Lo siento mi pequeño. Mefis es un monstruo y no debes estar a su lado, pero Gabriel es el hijo del mosntruo.
— Si papá, lo sé. Ya no es nada mío puedes confiar en mí.
— Confío en tí mi pequeño. Ahora regresa a casa, este no es sitio para tí.
— Ni tampoco lo es para tí papá. Ya pasaron varios días...
—Era necesario mi niño, tenía que estar aquí o...o....
— O se habría suicidado — prosiguió Orden abrazando a mi papá con intenso amor que podía notarse — No te preocupes Anthony, mañana a la mañana iremos a casa al fin.
Respiré aliviado y me despedí de ambos. Salí del lugar, pero alguien me sujetó con fuerza por detrás y me tapó la boca impidiendome gritar. Luego me sujetó y me arrastró hacia un carruaje que no ví su escudo familiar.
Me arrojaron al interior de ese carruaje que inmediatamente se puso en marcha. Estaba en extremo asustando.
Quise abrir la puerta para arrojarme aunque el carruaje se encuentre en movimiento, cuando su voz me detuvo.
— Yo en tu lugar no lo haría Anthony.
Las sombras cubrían el interior del carruaje pero reconocí su voz.
—¿Gabriel? — dije entre incrédulo y asustado.
— Así es — Gabriel se asomó a la luz de la luna y recién pude ver su rostro — Al fin te puedo ver Anthony — en verdad estaba pálido pero su mirada se veía fría y vacía.