¡Trampa!

Esa niña, Lota, era inocente y decía lo que se le ocurría.

Si se aprovechaba de la admiración de Park Chan-young por ella para atraerlo y, en última instancia, causar su muerte, entonces se convertiría en una asesina. 

Por supuesto, Jordan no quería que una niña tan inocente se convirtiera en una asesina. Prometió: —Lota, no te preocupes. No lo mataré. Solo quiero obligarle a entregar a mi suegra. Es de la familia Park. Si lo mato, será como si los Steele declararan la guerra a su familia. No seré tan imprudente. 

Lota asintió, creyendo en la promesa de Jordan: —¿Tú... tienes suegra? ¿Estás casado?

Jordan sonrió: —Sí, tengo dos esposas. 

Lota se sorprendió: —Vaya, ¿la mayoría de la gente en Estados Unidos es polígama? ¿Con cuántas te puedes casar? ¿Puedes tener otra esposa?

—Uh...

Por un momento, Jordan no supo qué responder. ¿Por qué estaba esa niña tan interesada en el asunto?