Viggo en sus últimos días libres reunió a Semiramis, su madre y padre. Los cuatro estaban en la biblioteca del segundo piso con largas estanterías barnizadas al natural llenas de libros. Las murallas y techo eran blancas mientras que los marcos de las puertas y ventanas eran de un color celeste, todo con la temática de emular la playa de arena blanca y el mar.
Los sillones eran lo mismo, un soporte de madera barnizado al natural, la base del sillón blanca y esponjosos cojines de color celeste y blanco. Semiramis y Viggo estaban sentados en un sillón de tres cuerpos del lado izquierdo mientras que Hephaestus y Kain del lado derecho.
Semiramis llevaba puesto un quitón blanco con bordes dorados mientras su largo cabello oscuro estaba ordenado en una coleta. A su lado, Viggo llevaba puesta la ropa de noble de color negra con bordados blancos. Por otro lado, Kain y Hephaestus vestían casi igual. Ella con blusa blanca, pantalón ajustado y botas negras. Kain con camisa blanca y pantalón negro.
—Los reuní aquí para hablar de negocios, son mis padres, pero también son los principales herreros de Orario— dijo Viggo levantando las manos a la altura de las costillas y mostrando la palma de sus manos en un gesto de sinceridad. Existía otro dios de la herrería en Orario, pero no era familiar de Viggo y tampoco tuvo tratos con él en ningún momento, así que se podía decir que no le importaba dicho dios.
Semiramis sonreía mirándolo desde el lado con sus elegantes ojos de iris amarillo, rostro ovalado y mirada sofisticada. Por otro lado, Kain y Hephaestus sentados al frente escuchaban a su hijo. Kain miró la mesita de vidrio que los separaba, vio un vaso con jugo y lo tomo. Hepahestus a su lado le dio una ligera palmada en la pierna y Kain levantó las cejas en un gesto de confusión.
Viggo continuo —he tomado el conocimiento de otro reino y con mis recursos lo he estudiado. Para alcanzar el nivel de herrería optima necesitare por lo menos, diez años más—
—Y no ocuparas las pinturas ni el famoso trono para eso ¿Verdad?— interrumpió Semiramis dándole una mirada significativa que era más que nada, una advertencia. Ella era demasiado consiente de los grandes cambios que había tenido Viggo después de utilizar dichos elementos. Prácticamente maduraba y crecía tanto mentalmente que se volvía irreconocible.
—No los voy a ocupar— dijo Viggo con una sonrisa astuta. Semiramis frunció el ceño, pero asintió. Viggo miró a sus padres y continuo —pero el hecho es que a través de fórmulas químicas se puede mejorar la consistencia de los metales existentes y también puedo extraer un metal llamado vibranium—
Hephaestus de inmediato frunció el ceño entendiendo para donde se dirigía la conversación. A su lado, Kain llevo su enorme mano y la puso sobre la rodilla de ella. Hephaestus lo miró y Kain le dio una mirada significativa como si le indicara que fuera paciente.
—El hecho es el siguiente ¿Cuál es la factibilidad de incorporar en estos momentos dichos procesos químicos?—
Hephaetus cruzo su pierna derecha por encima de la izquierda y dijo —¿Cuánta es la mejora del metal?—
—Con un proceso meticuloso hecho por alguien que entienda de ciencia, un treinta por ciento— respondió Viggo
—¿Eso quiere decir que a pesar de que tú tendrás el monopolio en la fabricación de dicho químico, además se necesita un especialista en el proceso?—
—Es como todos los procesos de forja, necesitas entender el proceso de lo que estás haciendo—
—¿Cuándo te volviste tan bueno en herrería como para hablar así?— preguntó Hephaestus —que yo recuerde la última vez que estudiaste con tu padre fue hace más de un año. Tú y Tatsumi templaban culebras en lugar de espadas—
—Madre, lo he estado estudiando durante los últimos diez días con la ayuda de los elementos—
Semiramis reaccionó de inmediato y le dio manotazos en el hombro —me prometiste que no utilizarías esas cosas, pero me mentiste ¿Por qué? ¡¿Por qué?!—
—Porque es necesario— dijo Viggo cubriéndose con los brazos —solo estuve estudiando herrería en el trono del soberano, no afecta mi cuerpo físico, no envejecí—
Semiramis dejo de golpearlo y le dio una mirada inconforme —nosotros dos vamos a tener una larga conversación— murmuro en un tono de voz mordaz. Miró hacia otro lado y se cruzó de brazos.
Viggo la abrazó por la cadera, pero ella lo aparto en un estado molesto. Viggo soltó un suspiro y miró a sus padres —bien, lo que les he dicho es lo que es— dijo —podemos mejorar la fortaleza de las armaduras. Yo puedo producir dicho químico que se hace a través de un meticuloso proceso. Las armaduras serán más flexibles y duraderas—
—¿Solo puedes afectar a las armaduras?— Preguntó Hephaestus
—Sí, de momento solo a las armaduras, pero eso ya es un gran avance. En cinco meses más podre afectar la durabilidad de las armas. Eso quiere decir que perderán su filo con menor frecuencia y habrá menos peligro de que se rompan—
Kain levanto la mano interrumpiendo a la madre y al hijo. Ellos lo miraron, Viggo asintió y Kain dijo —primero, tu preocupación viene del daño que le puede generar a la economía ¿Cierto?— Viggo asintió y Kain continuo —en ese caso ¿Cuánto de ese químico es lo que puedes producir? ¿Otros lo podrían producir? ¿Corres riesgo de que roben la formula?—
Viggo sonrió y negó —al menos, que yo sepa, considerando que tú y mamá son los mejores herreros de Orario, dudo que alguien pueda imitar en el corto plazo dicho químico. Se hace con un proceso rúnico y una serie de máquinas de fabricación extranjera. Los enanos de este mundo son habilidosos, pero no se pueden comparar con los de Svartálfaheim—
—Eso suena interesante— dijo Kain con una amplia sonrisa
—No te enseñare— dijo Viggo —esto es algo mío y no lo pienso compartir con otros. Si quieres puedes intentar desentrañar los secretos de los químicos, pero es mi única ventaja contra ustedes como herrero—
Kain soltó una risita y asintió divertido. Viggo podía ser un adulto, además de ser padre y esposo, pero todavía seguía siendo un niño que no quiere estar a la sombra de sus padres. Kain no se lo tomo personal, cada uno tiene sus propios trucos y Viggo necesitaría los propios en el futuro.
—Entiendo— dijo Kain —pero no has respondido ¿Cuánto es lo que puedes producir?—
—Por ahora solo puedo considerarme un herrero principiante, me falta mucha, pero mucha práctica, así que a lo sumo diez kilos. Lo que ayudaría a fortalecer unas tres armaduras—
Hephaestus y Kain soltaron un suspiro de alivio. Un químico que podía hacer a las armaduras más flexibles y duraderas ya era un cambio. Si se producía en masa corría el riesgo de alterar toda la economía de Orario, pero en esas cantidades solo se puede considerar insignificante. La propia Hephaestus que constantemente estaba haciendo trabajos para los grandes aventureros lo podría vender como un extra al explicar los beneficios y vender sus armaduras a un mayor precio. Treinta por ciento de más durabilidad significa que los aventureros de alto nivel tenían treinta por ciento más de posibilidades de sobrevivir. A ese tipo de gente no le importaría pagar un poco más por dicha ventaja, el problema venía para cuando Viggo pueda producir el químico en grandes cantidades.
—Ok, vamos a hacer esto— dijo Hephaestus —yo comprare el químico y a cambio tú nos enseñaras a mí y Tsubaki a realizar el proceso. No lo venderás a nadie más y cuando lo puedas producir en grandes cantidades, hablaremos también Goibniu, seguro que le encanta tu nueva adición a la herrería de Orario. Por último, cuándo puedas producir armas y armaduras por tu propia cuenta, las venderás bajo mi nombre—
—No pienso compartir mi herrería con este mundo, a lo sumo crear una que otra arma o armadura para mi familia, pero eso es todo— respondió Viggo. Kain y Hephaestus lo quedaron mirando confundidos. Viggo continuo —la verdad es que no voy a tener tiempo para esas cosas. En estos momentos hablo de este negocio con ustedes porque necesito dinero si quiero avanzar con los proyectos que tengo en mente—
Kain y Hephaestus soltaron un suspiro al escuchar a su hijo. Ellos eran herreros de profesión, eran orgullosos de su trabajo e incluso Kain era receloso de hacer armas para algún aventurero con la consigna de "mis armas no son para novatos". Ahora que su hijo estaba mostrando interés en la herrería esperaban que él se dedicara a la profesión, tenían muchas ganas de enseñarle todos sus conocimientos, pero parece que nada de eso pasaría.
—Bueno, lo que sea— dijo Kain —había preparado hace mucho tiempo esto para ti, pero dártelo ahora no te hará daño— hizo un ademan con la mano derecha y saco un grueso libro con la herrería del mundo oscuro, como crear la ascuas y reforzar las armas hasta crear verdaderas armas mata dioses —ten cuidado con esto— dijo con una mirada solemne —puede que este al mismo nivel que lo que encontraste a donde fuiste de viaje. Son mi compendio de herrería, métodos de forja y algunos artefactos interesantes—
—En ese caso— dijo Viggo algo incomodo al recibir algo de su padre de forma tan seria.
Sin embargo, Kain le tendió el libro, negó con la cabeza y le dijo —dijiste que era tu ventaja sobre mí, si es así, no te deshagas de ella. No seas tonto, hijo, por solo el hecho de pensar que algo es injusto. El mundo está lleno de injusticia y muchas de las ventajas que deseamos para nuestra familia, son una gran parte de esas injusticias. Sin embargo ¿Dejarías de darle a tus hijos lo mejor solo porque las otras personas lo están pasando mal?— Viggo negó y Kain continuo —por eso, si tienes una ventaja sobre los demás, no la compartas. Es parte de tu fuerza, tus trucos y habilidades que solo tú posees. Cuando otros lo alcanzan significa que perdiste tu ventaja y todo lo que tienes puede ser ocupado en tu contra—
—Entiendo, padre— dijo Viggo tomando el libro de Kain y guardándolo en su propio anillo —lo tendré presente—
—¿Cuándo vas a producir dicho químico y nos vas a enseñar a ocuparlo?— preguntó Hephaestus
—Será en un mes, por ahora necesito afinar el proceso. No te preocupes, estará listo para ese momento—
—Como eres mi hijo lo haremos por comisión— dijo Hephaestus bajando su pierna derecha y cruzo la izquierda —el treinta por ciento extra que saque de la armadura será tuyo. Se agradecido, no todo el mundo podría tener un trato tan bueno—
—Gracias, madre, es de mucha ayuda— dijo Viggo
—¿Y? ¿Para qué quieres tanto dinero?— preguntó Hephaestus
—Tengo una serie de proyectos, todos grandes y que ayudaran a la ciudad, pero para eso necesito dinero. Te diré de eso en detalle después, por ahora quiero mostrarles algo— respondió Viggo. Él levantó su palma mirando al techo y saco de su anillo un enorme ultra espadón con runas en el centro de su hoja. Viggo lo sostuvo en su mano derecha y miró a sus padres. Ambos miraron el ultra espadón con el ceño fruncido.
—¿De dónde demonios sacaste eso, muchacho?— preguntó Kain con el ceño fruncido. Dicha arma estaba imbuida con la fuerza de las almas. Se podría decir que fue hecha con una herrería maldita.
—La obtuve de unos guerreros, tengo varios de ellos— respondió Viggo, se la tendió a Kain y este último la sostuvo en su mano mientras Hephaestus la miraba desde lejos —eran los devotos del dios rey de aquella tierra, se hacían llamar viajeros. Me parece un buen ultra espadón. Tú y mamá tienen algunos en sus herrerías, pero nunca me llamaron la atención. Sin embargo, este último me provoca un sentimiento nostálgico, no sé porque—