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Una estrella fugaz

Jake parece tener un sin fin de limusinas iguales porque en la que íbamos era idéntica a la anterior. —¿Éste es otro auto?—

—Lo es— Leía el diario, con unos lentes.

—Te veo con lentes a menudo. ¿Usas lentes de contactos afuera?—

—Sí, es mucho más cómodo— Tal vez por ello es que no se percató de la presencia de los otros dos disparadores el otro día.

—Mhm...— Un fuerte latido me hizo encogerme. ¡Mierda! ¿Me había llegado el celo? Vaya peor circunstancia.

—¿Julen?— Rebusqué en mi bolso algún inhibidor. Ninguna inyección y cero pastillas, pero habían anticonceptivos. Al menos podía tomarlos por si acaso, tal vez disminuyan mis feromonas levemente.

—¡Detén el auto... Y bájate!— Demasiado tarde, Jake ya estaba apretando sus dientes y le corría una ligera gota de saliva debido a mi celo. —¡Jake, reacciona!— Mis feromonas llenaron el pequeño espacio y empezaba a perder la razón. Por lo que el alpha tampoco aguantó más y ya me había tirado sobre el asiento con brusquedad. —Ah... No... Jake, no...— Él trataba de resistir. Sus ojos estaban asustados y al mismo tiempo agitados.

Subió el costado de su chaqueta hasta su nariz. —¿Por qué no dijiste...?—

—No era mi fecha... Ha estado irregular... Esta es la primera vez que llega tan repentinamente...— Articulé atontado.

—Mhp...— Hacía todo lo posible por calmarse, pero en un mar de hormonas, ya era increíble que hubiera vuelto en razón. Sin embargo, yo la iba perdiendo.

—Jake...— Mi piel ardía, mi respiración lo ansiaba. Su escencia dulce y apaciguadora crecía, al igual que mis deseos. —Jake...— Él estaba completamente aterrado, cuando normalmente debería ser al revés. —¿Acaso nunca has visto un omega en celo?— Sonreí. Mi cordura se había esfumado.

Y atacó, desgarró mi ropa sin consideración. E incluso mis pantalones los hizo trizas, dejando solo mis zapatos y calcetines. Su lengua se deslizó por mi torso y un gemido salió de mis labios. Abrió mis piernas, llevando su boca a mi entrada.

—¡Uhg! ¡No...!— Su lengua estaba dentro de mí. —¡Ah!— Agarré su cabello, mientras me hacía el oral. ¿No qué normalmente un alpha solo te viola? —Jake... ¿Qué haces...? Ah...— Se relamió los labios y comenzó a meter sus dedos en vez de su lengua. —¡Ah! ¡Ahg!— Sus dedos eran largos y ásperos. Me sostuvo desde atrás, aún metiendo sus dedos con una desmedida velocidad, mientras lamía tras mi cuello y oreja. —¡Me voy a venir!— Y como avisé, pasó, pero él solo sacó sus dedos para volver a meterlos. —¡No! ¡Ah! ¡Ah...! ¡Maldita sea!— Me aferré al asiento. ¿Cómo es que tres dedos eran suficientes para hacerme venir? —¡Para... ah...!— Lo miré furioso, dejando caer lágrimas.

—¡Deja de meter tus putos dedos y solo follame!— Lo agarré de la camisa.

—P-pero...— Apretó sus colmillos. Él todavía no perdía el control.

—¡Hazlo...!— Nuestros ojos se unieron en un profundo deseo sexual.

Lo primero que hizo fue besarme con sus ardientes labios, me aferré a él, y luego de compartir por unos minutos saliva con nuestras lenguas, me empujó sin delicadeza sobre el sillón, observándome con salvajismo. Desabrochó su corbata y abrió el cierre de sus pantalones, junto al botón.

Es la primera vez que tengo sexo con un alpha, y realmente no me disgustó, a pesar de sus gestos bruscos, era gentil con mi cuerpo. Movía su miembro eréctil lentamente dentro de mí, a la vez que mis caderas ansiaban que acelerara con potencia.

Me avergonzaba que sus ojos se mantuvieran en mí, sin despegarse de mis expresiones. Ambos sudabamos y yo gemía cada vez que la metía con fuerzas. —¡AH! ¡Se siente rico!— Agarró mi cintura embistiendo con dureza. —¡Uhg...!— Es demasiado bueno, voy a derretirme en este paso.

Besaba mi cuello y dejaba marcas en mi espalda. Iba todo bien, hasta que tocaron la ventana.

—¿Señorito?— Se separó de mí para gritarle al hombre.

—¡NO NOS MOLESTEN!— su perfume era delicioso, incluso cuando se enojaba.

Me tiró contra el suelo del auto y volvió a introducir su pene, sin embargo esta vez fue mucho más violento. —¡AHH!— No se estaba conteniendo ahora, me devoraba como una bestia, incluso levantó mis piernas, para acariciarlas y morderlas. —¡Nhg...! ¡Es doloroso!— Las lágrimas se deslizaban junto a mis gritos.

Se acercó a mi rostro y lamió mis gotas con dulzura, continuó mirándome, bajando el ritmo de sus embestidas. Besuqueó mis labios dándome tranquilidad, incluso sus feromonas se calmaron y me abrazaban con fuerza.

—¿Duele?— Preguntó cerca de mi oído y moví mi cabeza en señal de que no. —Bien— Sonrió provocándome un orgasmo.

—¡...Ahm!— Aún no acababa, así que continuó. Trasladando mis piernas de posición según le convenía y las flexionaba a la vez que arremetía con fuerza. Llenándome de marcas hasta los muslos. —¡Jake!— Exclamé en mis últimas fuerzas y él se vino justo después de mí.

Tanto el suelo y el asiento de la limusina eran un desastre. —Julen...— Acarició mi rostro. Estaba mareado, así que fui cerrando los ojos lentamente.

Para cuando desperté me encontraba en el cuarto del hotel. —¡Auch...!— Tenía punzadas por todo mi cuerpo, sobre todo en mis piernas. —Maldito fetichista...— Gruñí viendo los parches sobre las mordidas.

—Lo siento...—

—¡Oh, santo cielo! ¿¡Qué mierda haces aquí!?— Estaba al lado.

—Dormiste por un largo rato, yo estaba preocupado... Esto es mi culpa... Así que yo... Yo... ¡Me haré responsable!—

—¿Responsable?—

—Sí, ya que yo tuvo sexo contigo a pesar de que estabas en celo... Y me vine dentro como dos veces...—

—No recuerdos que te hayas venido una segunda vez— Él tosió, y mi cerebro encajó piezas. —¡Tú... Maldito pervertido del averno!— Lo jalé de la ropa. —¿¡Me lo hiciste desmayado!?—

No respondió, así que lo sacudí.

—¡¿Qué eres?! ¿¡una bestia?!—

—Técnicamente un alpha...— Lo callé con un grito.

—No puedo creerlo... ¿Qué te sucede? ¿Me violarías dormido?—

—Julen, lo lamento mucho, pero no te preocupes, voy a casarme contigo para que no se produzca un escándalo de tu embarazo— Tomé la biblia de mi velador y se la tiré por la cabeza.

—¿Tú eres idiota? He estado tomando anticonceptivos desde que llegué a aquí y antes de hacerlo tomé una gran dosis de emergencia— Aclaré. —Estoy rodeado de alphas, aveces el supresor no funciona, así que tomo por prevención—

—Y-ya veo... Pero, aún debo hacerme responsable—

—Deja de joder, aveces estas cosas solo suceden, déjalo pasar— Puso una expresión desesperada.

—Pero, tú saliste lastimado, Julen— Tironeó su pelo.

—Jake... Si tanto quieres hacer algo por mí... Entonces... Solo se me ocurre que retrases la filmación. No podré trabajar en este estado— Mis piernas estaban todas parchadas y me sentía debilitado. —Quiero plazo de una semana, mi celo será la excusa. ¿Podrías llamar al director por mí? Si lo hago yo no tendrá la misma reacción— Tomé mi teléfono y coloqué el contacto.

—Lo haré— Respondió entristecido. Y marcó el número para contarle que no podría ir a trabajar. La llamada de un alpha por un omega siempre es bien recibida.

Mi gato se acostó a un costado mió. —Hey, Gigi estaremos juntos por una semana. ¿No es grandioso?—

—Julen... ¿Tú aún conservas la opinión que tenías de mí en un principio?— Me reí por la forma atemorizada en la que preguntó.

—Jake, todos lastimamos a los que amamos... Pero, yo no soy alguien que amas ¿O sí?— Me apoyé provocativo sobre la cama. —¿En serio ibas a casarte conmigo solo por un incidente como éste?— Arqueé la ceja.

—Sí, tanto tu reputación como la mía se vería en juego—

—Aunque hubiera quedado embarazado, Jake, no es una buena idea casarte con alguien que no amas, así que no vuelvas a sugerirme algo así— Ordené.

—Está bien...— Acaricié a mi gato y sonreí.

—¡Qué bien que lo entiendas!— Él jugó con las puntas de su chasquilla.

Jake pasó el resto de la semana como mi esclavo, No tengo otra forma de llamar a sus actos, ya que si me quejaba de algo, él inmediatamente saltaba en mi auxilio.

—Tengo sueño, arrópame— Dije y él me tapó correctamente.

Mi productividad se basó en jugar en mi celular, ver doramas, estudiar mi guión y comer. Me aproveché totalmente del pobre alpha. Pero también se divirtió, vio los programas conmigo y conversábamos.

—Si ese idiota hubiera sido sincero desde el principio, no tendría problemas con ese imbécil— Criticó

—Yo comprendo por qué es así, es demasiado orgulloso para aceptarlo. ¿No te has sentido así?—

—Creo que no—

—Yo siempre, es difícil ganarle a mi orgullo... Ahora trato de ser más sincero, pero tengo una perra personalidad, así que nada que hacer— Opiné.

—Yo creo que eso es parte de tu encanto... Y eres una persona fiel, así que no deberías llamarte perra—

—¿Solo se definiría para alguien que es promiscuo?— Pregunté.

—Yo creo...—

—¿Alguna vez llamaste así a alguien?—

—Lo hice, con Sieg muchas veces... No soportaba que me engañara, sé que no pasaba todo el tiempo con él, pero siempre se acostó con otras personas. No comprendo por qué hizo eso... Supongo que solo quería hacerlo con alguien que le recordara a Fred, solía meterse con betas, por lo que era difícil saber si tuvo sexo con alguien.— Confesó.

—¿Es por eso que esta habitación era para Sieg? Se me hizo curioso que no compartieran cama—

—Éramos así, a veces solo dormíamos... Cuando éramos más jóvenes estoy seguro que nos quisimos, pero en cuanto nos hicimos adultos, la magia desapareció. Solo estábamos juntos por costumbre, y ambos idealizamos nuestra unión. La pareja perfecta de alpha y omega... Solo eso éramos a la vista de todos— Encendió un cigarro.

—Es casi imposible amar a alguien sin problemas... Ya ves todo lo que me sucedió a mí, al final escapé hasta aquí solo— El castaño dejó salir el humo.

—Bueno, no estás solo...—

—Sé que tienes la promesa de cuidarme, pero no es necesaria. Jake, estoy bien por mi cuenta, agradecería que no te forzaras a hacerme sentir bien— Colocó el cigarro en mi boca.

—Cuando Elián me preguntó, pensaba no aceptar, iba a solo dejarte a los cuidados de unos guardaespaldas...— De repente rió. —Pero, eres sumamente simpático—

—¿Tú estás bien de la cabeza? ¿Simpático? ¿Yo?— Escupí el humo en su rostro.

—Eres agradable— Me quitó el cigarro para devolverme la jugada de tirar el humo.

—¿En serio?— Tomé el cigarro y lo besé exhalando el humo dentro de su boca —Pues, tú eres insaciable— Él tosió ligeramente.

A veces teníamos conversaciones así de atrevidas. Luego de mi recuperación solíamos juntarnos en la terraza y charlar. También jugábamos juegos de mesa, donde obligaba a los guardaespaldas a unirse. Gracias a todos esos acontecimientos, yo volví a sonreír como hace tiempo.

Me miré de nuevo en el espejo, no estaba seguro de haber elegido el traje correcto para la junta familiar de Jake. ¿Estaba bien que fuera con el regalo que iba a ser para Sieg?

—¿Ya estás listo?— Abrió la puerta.

—Lo estoy, o eso creo... ¿No son muy anchas las mangas?— Él se quedó embobado. —Hey, Tierra llamando a Jake—

—¡Te ves precioso!— Alcé las cejas.

—¿En serio?— Giré frente a mi reflejo. Pantalones que se van ensanchando al final, con el mismo efecto en las mangas, que al caminar podías confundirlo con un vestido. Además de usar zapatos con plataforma. Cuando vi el conjunto realmente creí que era una falda, bueno se mueve como una.

Lo acompañé hasta la mansión de su abuelo, donde ya había estado antes. Al llegar vi una aglomeración de personas afuera vestidas elegantemente. —Tus familiares son muy bonitos— Deslumbraban con sus atuendos de primera calidad.

Al bajar Jake me tendió su mano y caminé agarrado a su brazo. Enseguida los rumores se extendieron hasta adentro. Por suerte, ya estoy acostumbrado a ser el centro de atención, pero me di cuenta que muchos portaban armas en sus trajes, me ponía intranquilo, hasta que veía al alpha que todos respetaban a mi lado.

—¿Viste?—

—Pensé que vendría solo...— Susurraban.

—Por su puesto que no, para alguien como el jefe cambiar de omega no debe ser la gran cosa.—

—Pero, el jefe es muy leal a las tradiciones de fidelidad—

—No les prestes atención— Me decía Jake, pero yo ya había oído cada murmullo con mi súper oído.

—Imposible, los chismes son para devorar— Reí malvado.

—¡Jake!— Se acercó un viejo.

—Abuelo, es un placer verte—

—Estoy algo muerto ya—

—Aún eres joven— Bromearon.

—Veo que trajiste a un jovencito bastante jugoso— ¿Hay solo viejos verdes en su familia?

—¡Vaya, Jake!— Saludó alguien aproximadamente de nuestra edad. —Veo que no has estado perdiendo el tiempo—

—Primo... Espero tu negocio esté llendo bien—

—¿Lo viste en las finanzas? Bueno, han estado yendo bien las ventas marítimas— Concluyó. —¿Por qué no me presentas a la belleza que te acompaña?— Parece que todos aquí son unos lanzados, al menos los alphas masculinos.

—Soy Julen Zsickon, es un placer conocerte...—

—Tom, ese es mi nombre— Estuvo apunto de besar mi mano, pero Jake me movió hasta su otro brazo.

—¿Por qué tan tacaño, Jake? ¿Temes que te lo quite?— Sonrió arrogante.

—Ningún alpha desea presentar a su omega— Su comentario me hizo sonrojar, a pesar de que todo esto era una actuación.

—¿Qué hay de diferente del anterior? Aún recuerdo que aquel pelirrojo aceptaba jugar con nosotros— Las feromonas de Jake, me dieron escalofríos. —Eh... Bueno... Si me disculpan— Huyó.

—Lo siento, Julen... ¿Mis feromonas te afectaron?—

—Oh, solo fue repentino.—

—¡Ahaja! Has cambiado, Jake— Se reía el abuelo. —Antes nunca te había visto sacar tu instinto de alpha sobreprotector—

—Han pasado muchas cosas, no voy a permitir que Julen hable con mis estúpidos primos— Frunció el ceño y habló con molestia.

—Ya va a empezar la cena, deberían ser los primeros en sentarse— Jake se sentó en un extremo y yo al lado. Los padres de Jake se sentaron al frente y su abuelo al otro extremo.

—¡Bienvenida familia!— Saludó cuando los principales de los Zuzunaga se habían sentado, los sobrantes estaban en otras mesas. —Es una lástima que no hubiéramos podido vernos antes, parece que los del mercado del noroeste siguen enojados con nosotros— Los alphas se rieron, no habían otros omegas. E incluso los empleados betas eran inusuales.

—Aún no puedo creer que atacaran al jefe, deben no tener cabeza— Comentó una mujer alpha.

—¡Ahaja, sí! Meterse con el jefe no es una buena idea—

—De todos modos, jefe... Parece que no tuvo problemas en encontrarse otra zorra— Oigan, tendré boca de perra, pero definitivamente no soy una zorra.

Jake encendió un cigarro. Todos lo miraron y empezaron a murmurar. —¿Encendió solo el cigarrillo?—

—¿No qué el omega debería traer un encendedor y encenderlo por él?—

—El anterior traía un encendedor para prender el cigarro del jefe— ¿Qué acaso Sieg era un esclavo?

Jake sujetó mi rostro y me besó dejando salir el pestilente humo en mi boca, un amargo que se combinaba con su escencia. Y continuó juntando nuestros labios, para pasar a chocar lenguas. Mi escencia se escapó sutilmente ante su despiadado beso. ¿Se da cuenta de lo que hace en frente de toda su familia?

—¡Oh, vaya!— Su madre se tapó la boca encandilado. Y los demás tenían una expresión distorsionada, aunque su padre y abuelo solo reían.

—No se atrevan a hablar así de él de nuevo— Aterrorizó con la mirada.

¡Vaya junta fue esa! Nos fuimos en ese mismo instante. Y al estar lo suficientemente alejados del edificio mi víbora interior salió a la luz.

—¿¡Qué diablos!? ¿Por qué me besaste? Ahora ellos creerán que vas en serio conmigo—

—Bueno, yo...—

—¡"Bueno" nada!— Le grité. —Jake, no volveré a acompañarte a estas putas reuniones—

—¿Qué? ¿¡Por qué!?— Agarró mi brazo antes que huyera. —Yo creí que teníamos algo—

—¿Algo? ¿Jake, de qué estás hablando?—

—Tuvimos sexo y después de eso tú me besaste— Dijo.

—¿Y qué?— Hablé con mi anticuado tono frío. —¿Quién dijo que somos algo? ¡Sí, tuvimos sexo! ¡Sí, te besé! ¿Y qué?— Sus feromonas revelaron un extraño miedo. —Jake, tú ni siquiera me amas— lo apunté. —Así que no digas que sientes algo por mí, cuando aún vives en el pasado y seguramente solo soy el remplazo de tu ex esposa— Mis propias palabras entraron como una cuchilla a mi corazón. Y no entendía por qué, nosotros solo pasamos unos buenos momentos juntos, nada más.

Avancé a la salida del jardín delantero de la mansión, a pesar de que estaba sudando en frío, y tenía un sabor ácido en la boca.

Hasta aquí habían durado nuestros momentos felices. Él se dará por vencido con nuestro jugueteo y volverá solo.

—¡Julen!— ¿Va a correr detrás de mí?

—¡No lo hagas más difícil!— Salí corriendo. Pero, ese tipo corría rápido como una bestia, mierda, olvidé que él hacía las maratones con Elián y era el segundo más bueno de su grupito.

En un momento me alcanzó y ambos salimos rodando por el terreno al suelo. —¡Puto animal! ¿¡Tenías que agarrarme así!?—

—Julen...— Se abrazó a mi torso sin dejar que me moviera.

—¡Quítate!— Traté de empujarle.

—Julen...— Nombró sin parar, mientras lloraba.

—¿Qué se supone que haga contigo?— Me ensucié hasta el rostro. —Creo que me rompí la pierna—.

—¿Estás bien?— Comenzó a examinar mis piernas. Y al tocar mi tobillo solté un chillido.

—¡Ahg! Mira lo que hiciste, idiota... ¿No podías esperar a que me cansara de correr? ¡Mejor aún! ¿¡Por qué no solo te quedaste parado ahí!?—

—No podía... Es solo que tú...—

—¿Yo?— Ya estaba aburrido de que hablara a medias.

—Solo quédate a mi lado... Si quieres puedo darte dinero. ¡Lo que sea!—

—Tú sí que estás desesperado— Suspiré. ¿Con qué loco me metí? —Jake, escucha, me vale verga tu dinero— Hablé con voz clara. —¿Qué mierda quieres de mí? No sé qué se les pasa a los alphas por la cabeza...—

—Julen, yo prometo nunca más volver a besarte y mucho menos tocarte.. Pero, en serio... Me he sentido tan solo todo este tiempo... Y tú has sido el único que me ha hecho sentir mejor... Gracias a tí no tengo que pensar en los errores que cometí, no tengo más pesadillas de mi divorcio, porque sé que al siguiente día podré verte y conversaré contigo, aunque sea de algo relacionado a Dios, que no entiendo... Pero, te ves tan brillante cuando hablas de teología que algo de ese brillo me llega— Confesó.

—Bien, me das lástima, así que continuaré siendo tu acompañante... ¡Pero, no somos nada más que socios de ahora en adelante!—

—Lo entiendo—

—¡Entonces, trato!— Le di un apretón de manos. —Ahora, vas a tener que llevarme, dudo que pueda levantarme— Él se agachó, para que subiera a su espalda. Y caminó conmigo encima. —¿No estoy pesado?—

—Eres ligero como una pluma... Me sorprende un poco—

—Jake... Lo que dijiste antes. ¿Era verdad?—

—¿Me ves cara de mentiroso?— Reí porque usó mis mismas palabras.

En verdad, estaba conmovido, y su voz no me hacía vacilar, él fue sincero con lo que sentía, podía estar seguro de eso.

Unas cuantas lágrimas salieron, yo no quería aceptar mis sentimientos por él, ninguno de ellos. —Si me enamoro de tí va a ser tu culpa... Y más te vale que te hagas responsable... No puedes dejarme después de aferrarte a mí en estos meses—.

—Me haré responsable de tí— Contestó animado.

Tenía miedo de enamorarme de Jake, ya que como él dice "Aveces amar no es suficiente" ¿Entonces estaría bien con que solo me gustara? Creo que de esta manera nosotros estábamos bien. Solo siendo compañeros.

Los guardaespaldas se encargaron de nosotros cuando llegamos al auto. Karol se preocupó de revisar mi tobillo herido. Ella identificó que me esquincé. Por suerte, ya estábamos terminando de grabar la telenovela, así que en dos semanas asistiría a mi último rodaje.

—Estarás a cargo de mí de nuevo— Le sonreí malicioso al alpha y él se sonrojo ligeramente.

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