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Capítulo 87: Prisión

Debido al limitado espacio terrestre que posee Japón, el gobierno ha recurrido a la construcción de islas artificiales.

Estas islas son distritos comerciales, áreas urbanas, aeropuertos y centros de entretenimiento.

Hace cinco años se usó una de estas islas para un nuevo proyecto, una de las tres prisiones más importantes del mundo y el lugar especializado para presos con pena de muerte.

Es extraño un país donde existe la pena de muerte tiene muy pocos presos, pero allí esta la trampa.

A pesar de que en Japón hay crímenes sexuales todos los días, la cantidad de presos es muy poca ya que las víctimas no denuncian los crímenes ya que esta es una sociedad donde si una mujer es abusada ella será criticada como una zorra.

Si bien crímenes como el acoso en transporte publico no es merecedor de pena de muerte y en realidad la pena de muerte casi no se ocupa ya que es solo para crímenes que están prácticamente al nivel de traición a la patria, lo cierto es que detrás de escena hay cosas sombrías.

La pena de muerte es una excelente herramienta para eliminar a personas problemáticas.

Desde enemigos políticos, reporteros que sabían demasiado o policías que se metieron con la persona equivocada, la pena de muerte se ha usado para eliminar personas inocentes en lugar de verdaderos criminales.

En esta prisión, los prisioneros se dividen en dos grupos;

1) Elites: Personas de alto estatus y recursos financieros.

Pueden ser políticos y empresarios que están bajo investigación de fraude, asesinato o violación.

Estas personas reciben un trato preferencial comparable a un hotel de cinco estrellas y serán liberados después de un par de años cuando la sociedad deje de prestar atención dando la ilusión de que todos somos iguales ante la ley.

2) Escoria: Criminales que cometieron crímenes atroces, pero no tienen un fuerte respaldo que los proteja.

Estas personas son tratadas como juguetes y esclavos para el entretenimiento de los Elites, carceleros y otras personas de alto estatus los cuales pagan para ver eventos donde los criminales son asesinados de forma inhumanas.

Aquí también se clasifican las buenas personas que intentaron denunciar a los criminales con alto estatus y conexiones.

Cada día tengo menos fe en la humanidad.

Actualmente estoy un cuarto para interrogatorios, o eso creo.

Estoy sentado en un cómodo sofá de cuero mientras Honda me da un masaje en los hombros.

Esto definitivamente no parece una prisión…

"Fufufu, será divertido follar aquí~" – Medb aprovechó que nadie aquí puede verla en su forma espiritual y comenzó a mirar por lo alrededores.

Ya que pagué el servicio VIP, soy tratado con los mejores beneficios haciéndome cuestionar si esto es una condena o unas vacaciones.

Mientras los presos golpean y violan al inocente policía que puso una multa de transito al hijo de un político, yo que soy un criminal pedófilo estoy recibiendo un relajante masaje en los hombros por parte de una hermosa mujer.

"La vida es injusta…" – Suspiré

"¿Mi masaje es insatisfactorio para el señor Yamada?" – Honda se detuvo y acercó su rostro para mirarme a los ojos haciendo que sus pechos presionaran sobre mi cabeza.

"Ejem, nada de eso, solo pensaba en lo trágico que es no haberte conocido antes" – Respondí con una sonrisa forzada.

"Ya veo" – Honda asintió y siguió masajeando mis hombros, aunque ahora presionaba sus pechos con mi cabeza dándome la sensación de estar en una suabe silla de masaje con una agradable almohada.

Antes de que pudiera quedarme dormido, la puerta de la sala de interrogatorios se abrió y una hermosa mujer de cabello azul entró a la sala.

Ella tenía un uniforme de policía color vino con muchas decoraciones llamativas… No sé cómo describir su apariencia, pero pude reconocerla, ella es Momoko Hyakushiki del anime Nanbaka.

Antes de llegar a esta prisión, investigué sobre el personal así que no me sorprendió ver a Momoko, aunque su mirada es muy intimidante en comparación al anime.

Momoko entrecerró los ojos al verme. – "Parece que estas demasiado cómodo a pesar de ser solo un preso"

Sonreí con ironía, pienso lo mismo.

"El señor Yamada no es un prisionero, solo está bajo investigación preventiva así que el señor Yamada no debe ser clasificado junto a la otra escoria" – Honda habló con apatía mientras seguía masajeando mis hombros.

La mirada de Momoko se volvió mas aguda.

Según la información que obtuve a través de los contactos de la familia Shinomiya, Momoko es la alcaide de esta prisión y a pesar de que este lugar está lleno de corrupción y maltrato humano, ella es una de las pocas personas realmente honestas que busca castigar a los verdaderos criminales.

Le tengo genuino respeto y admiración a esta mujer ya que, si no fuera por ella, esta prisión se habría convertido en el patio trasero del Club de Caballeros y otros grupos corruptos.

Tristemente y a pesar de sus esfuerzos, ella está siendo presionada constantemente por los altos mandos del gobierno e incluso escuché que ella tuvo que mudarse a esta prisión ya que hubo mas de 8 intentos asesinados en su contra solo este año.

Viéndolo así es normal que ella me odie ya que parezco cliché de millonario corrupto que escupe en la ley.

Mientras yo estaba ocupado en mi monologo interno, Honda y Momoko tenían un concurso de miradas intimidantes y parecía que en cualquier momento podrían empezar a pelear.

"Ejem" – Tosi para interrumpir el ambiente tenso. – "Entonces señorita, ¿En qué puedo ayudarle?"

Momoko dejó de mirar a Honda y me miró con desprecio.

Es bueno que mi trauma hacia las miradas de desdén ha disminuido o podría volverme impulsivo por el enojo.

"Sé el tipo de persona que eres" – Momoko me miró con hostilidad, su mirada era digan de un asesino serial. – "Debes comprender algo, no importa quien seas, no importa cuanto dinero tengas, mientras estes aquí solo eres un prisionero y no estas por encima de la ley"

Bueno, ya humillé al teniente de la policía, pero es mejor quedarme en silencio.

Momoko no dijo mas y salió de la sala después de darme una última mirada de desprecio.

"Si el señor Yamada lo desea, puedo golpear a esa mujer sin repercusiones legales" – Honda habló con calma.

"Te tomas muy enserio tu trabajo de ser mi escolta…" – Sonreí con ironía y luego suspiré. – "No le causes problemas a esa mujer, es más, me gustaría que busques la manera de apoyarla"

Honda asintió. – "Ya veo, los rumores de que el señor Yamada es masoquista eran ciertos… Esta bien, hablaré con madame Tachibana"

Suspiré con cansancio. – "No soy masoquista…"

"El señor Yamada no debe preocuparse" – Honda volvió a masajear mis hombros. – "Sin importar cual sea el gusto del señor Yamada haré mi mejor esfuerzo para complacerte"

No recuerdo que esta mujer tuviera esta clase de personalidad en el anime Nisekoi, pero tal vez estoy olvidando algo ya que no recuerdo todos los animes que vi.

Ya que aún no aparece alguien que me muestre cual será mi celda quise bromear un poco con Honda. – "Ya que lo mencionas… Me gustan las mujeres amorosas que actúan de forma adorable con una mirada amorosa"

Ya que Honda tiene la expresividad de un cubo de hielo, sería interesante verla romper esa apariencia de estatua sin emociones.

Honda dejó de masajear mis hombros y se paró delante de mí, luego se arrodilló en el suelo y se puso en una posición similar a un gato mientras levantaba la mano. Su mirada era gentil y con una voz adorable ella dio el golpe final. – "Nya~"

"Tu fetiche por las mujeres gato es extraño, y para que lo diga yo deberías preocuparte" – Medb me habló con ironía. – "Por cierto, te estas sonrojando"

¡No estoy sonrojado! ¡Aaaaaahhhhhh!

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(Perspectiva 3° persona)

Mientras Satou se divertía haciendo estupideces, en la oficina del alcaide había un ambiente tenso.

Momoko Hyakushiki estaba mirando una serie de archivos.

Antes ella fue informada de la llegada de un prisionero con trato preferencial, Satou Yamada.

Según la información, Satou estaría durante un mes en prisión como una forma de prisión preventiva ya que se registraron señales de lavado de dinero y evasión de impuestos dentro de la academia a su nombre.

Momoko sabía que esas eran estupideces, en esa prisión las personas con tratamiento preferencial eran gente que cometió crímenes graves, pero estaban bajo la protección del dinero y conexiones influyentes.

Momoko estaba furiosa por esto, pero ella sabía que no podía luchar contra el sistema con su propio poder.

Momoko nunca cedió ante los sobornos y amenazas incluso en su tiempo como policía de transito por lo que su vida ha estado en peligro desde que comenzó a ascender de puesto.

Cuando ella se volvió la alcaide de esta prisión, los atentados contra su vida y amenazas se volvieron algo cotidiano. Esto llegó al punto en que ella estaba aliviada de no tener familia y evitaba hacer amigos por temor a que sus seres queridos se vuelvan los objetivos de las personas que la han estado amenazando.

A pesar de todo, Momoko no odiaba su vida, incluso cuando ella no podía combatir toda la corrupción de Japón, ella al menos podía limitar las acciones de las personas corruptas dentro de esta prisión lo que para ella era una pequeña victoria.

Momoko despreciaba a Satou más que a otros políticos y millonarios en esta prisión ya que ella escuchó rumores de que Satou era sospechoso de promover la pornografía infantil, tráfico de personas y actos de agresión sexual contra mujeres menores de edad.

Por si eso no fuera suficiente para hacerla enfurecer, cuando ella era adolescente ella estudió en la Academia Yamada por lo que saber que el fundador de su alma mater era un pedófilo la hizo perder fe en la humanidad.

Momoko suspiró después de leer el archivo sobre Satou. En el archivo no había ninguna señal de los rumores que ella escuchó, pero eso no le hizo creer que Satou era inocente pues ella ya había varios casos de hijos de personas importantes que violaban mujeres y solo recibían un pequeño castigo bajo el cargo de robar una lata de refresco en una tienda o algo igual de trivial.

Mientras Momoko buscaba cualquier posible evidencia para demostrar los crímenes de Satou, se escuchó que alguien llamaba a la puerta de su oficina.

Momoko guardó los archivos, preparó su expresión profesional y habló con calma. – "Puedes pasar"

Lo que ella no sabía es que su expresión profesional era intimidante como si ella fuera a matar a alguien mientras que su voz tranquila era de pura frialdad. Debido a esto es que todas las personas pensaban que Momoko era una mujer aterradora.

La puerta se abrió dejando entrar a un hombre calvo con una cicatriz en el rostro.

Este hombre era Hajime Sugoroku, uno de los guardias mas fuertes de la prisión y uno de los hombres mas intimidantes entre presos y guardias.

A pesar de que Hajime era un hombre intimidante y malhumorado sin amigos, Momoko estaba perdidamente enamorada de él.

Debido al peligro constante que ella ha experimentado, su corazón solo puede enamorarse de un hombre fuerte que pueda protegerse a si mismo y que además sea justo e incorruptible.

"¿Qué ocurre?" – Momoko preguntó con frialdad mientras internamente gritaba como una niña enamorada que ve a su ídolo.

"La celda del nuevo prisionero ha sido preparada" – Hajime habló con seriedad mientras intentaba no mirar los ojos de Momoko.

Hajime estaba sinceramente asustado de Momoko ya que ella podía rebajar su sueldo si descubría que él fuma en áreas donde está prohibido fumar.

Momoko frunció el ceño y asintió. – "Lleva al prisionero a su celda"

Aunque ella quería hablar con Hajime, el trabajo era importante y ella quería buscar más información sobre Satou.

Hajime se sintió aliviado de no tener que interactuar con la aterradora mujer por lo que se apresuró a ver al nuevo prisionero. A él no le importaba lo injusto que era el sistema judicial al permitir que un prisionero tenga condiciones privilegiadas, a Hajime solo le importaba hacer su trabajo.

Mientras Hajime se encargaba de asignar su celda a Satou, una noticia importante se difundió entre los prisioneros.

50 millones de dólares, condonación de todos los crímenes pasados y libertad de impuestos durante veinte años. Esa era la recompensa por la cabeza de Satou.

El contrato declaraba que esta recompensa solo está disponible durante un mes, en cuanto al método usado para el asesinato, no hay restricciones.

Prisioneros y guardias comenzaron a emocionarse mientras planeaban la forma de obtener ese dinero.

Mientras la mayor parte de la prisión planificaba como matar al gordo calvo, Satou suspiró mientras estaba en su celda.

"Mi deber es cuidar del señor Yamada en todo momento" – Honda habló apáticamente.

"…" – Satou suspiró. – "Pero esta es mi habitación, ¿Acaso dormirás aquí?"

"Mi deber es proteger al señor Yamada y satisfacer los deseos del señor Yamada" – Honda volvió a responder con apatía.

Satou suspiró pesadamente.

"No te preocupes" – La voz alegre de Medb solo podía ser escuchada por Satou. – "Puedes follarme mientras ella duerme, será más emocionante~"

"…" – Satou se quedó en silencio negándose a admitir que le gustaba la idea.

"No es sano reprimir los deseos sexuales, chirp, solo ten en cuenta la importancia del momento y lugar, chirp" – Beni se unió a la conversación.

Satou miró la expresión indiferente de Honda y decidió no preocuparse demasiado, ella solo era su guardaespaldas.

Así empezó el primer día de Satou en prisión.

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