4 Meses Después.
El cuerpo desmembrado comenzó a convertirse en polvo, de igual manera las extremidades que traían las sombras se deshicieron y se juntaron con el resto del polvo en un torbellino.
—Con un demonio!—Decía el recién formado Daniel—Que les e dicho a los 3 eh!
Pero los regaños de Daniel eran ignorados y en lugar de sentirse reprendidos preferían felicitarse entre ellos por haber logrado desmembrar a Daniel. Las sombras en realidad eran unos trillizos que forman parte de la raza de los demonios conocidos como bestiales seres que tienen rasgos animales pero que poseen características humanoides.
Al notar que era ignorado Daniel no soporto mas y no tuvo más remedio que regañarlos más energéticamente.
—Ro! cuantas veces te lo tengo que decir, deja de ser influenciado por tu hermana, tu no eres así—Exclamo Daniel.
Ro es un pequeño niño tímido que aparenta una edad de 8 años, su cabellos son desalineaos, un poco largos apenas llegando a la nuca y de un color plata. De entre su alborotada cabellera sobresalen dos orejas puntiagudas, como las de un lobo, cubiertas de un fino pelaje del mismo color que el cabello pero con un color mas gris en las puntas. Sus ojos son grandes y de distinto color, el derecho de un color miel brillante y el izquierdo de un purpura opaco. Sus brazos están cubiertos con un fino pelaje plata pero sin cubrir sus manos y llegando hasta los hombros, de igual manera sus piernas siguen el mismo patrón llegando el fino pelaje hasta su cintura. Su cola es larga y esponjada que sale directamente de su espalda, su largo llega al nivel de sus rodillas y esta cubierta con un pelaje de la misma tonalidad que el cabello. Siempre viste una camiseta negra de manga larga, con un pantalón gris, largo que cubre hasta sus pies.
—Pe-pe-perdona Daniel es que ella insistió y hasta me amenazo—Contesto Ro casi al borde del llanto.
—Sabes que debes de aprender a decir que no—Continuo más tranquilo Daniel.—¿Y tú que tienes que decir a tu favor Cer?
Cer es una tierna niña un poco mas baja de estatura que Ro, tiene una trenza amarrada con un cinto rojo que descansa sobre su hombro derecho, su cabello es de un color negro con un fleco que cubre parte del lado derecho de su cara, sus Orejas son iguales a Ro y el pelaje concordaba con el de su cabello, aunque en las puntas se aprecia color negro mas claro casi grisáceo, de igual manera sus ojos son de diferente color, el izquierdo de color miel brillante y el derecho de purpura opaco. Sus brazos están cubiertas con un fino pelaje azabache brillante, cubriendo ligeramente sus manos formando un triangulo, donde la punta casi llega hasta donde inician sus dedos ademas el fino pelaje continua hasta casi llegar a su codo, de igual manera en sus piernas el fino pelaje cubre hasta antes de llegar a los dedos de sus pies y también llega hasta antes de llegar a la rodilla. Su cola también tiene un pelaje esponjoso del mismo color que su cabello pero esta se enrosca desde la base hasta la punta. Va siempre vestida con un vestido blanco de una sola pieza que llega hasta la espinilla y una sudadera rosa de cuello levantando que cubre ligeramente su boca.
—Yo solo quería jugar un poco con Daniel—Contesto tiernamente la linda Cer
—Bueno si quieres jugar puedes decirme, no hay necesidad de arrancarme un brazo—Daniel toco ligeramente la cabeza de Cer y continuo—¡Peeeeeroo! tuuuu Be, tu definitivamente no creo que tengas excusa.
Be es la mas alta y rebelde de los trillizos, su cabello es en su mayoría lacio pero al llegar a las puntas estas forman unos ligeros rulos ademas, es de un color negro desde la raíz hasta la mitad después se difumina en un color plata y es tan largo que llega justo antes de donde inicia su cola, la cual es larga llegando hasta el suelo. Tanto el pelaje de sus puntiagudas orejas como el de su cola ademas del pelaje fino que cubre sus manos y piernas de la misma manera que Cer, siguen mismo patrón de colores como el de su cabello pero a diferencia de sus hermanos el color de sus ojos son iguales, ambos de un purpura opaco. Be siempre viste camisetas sin mangas de un color rojo con algunos detalles en negro al igual que unos guantes de medio dedo y un short que apenas sobrepasa sus rodillas.
—Yo que?! Siempre dices que la culpable soy yo, si quien te arranco la cabeza fue Ro —Contesto desafiante Be
Ah ok entonces no importa—Contesto sarcásticamente Daniel—CREES QUE ESO ES LO QUE IMPORTA!
Gracias al cometario de Be los trillizos comenzaron a discutir.
—Ya basta! ya que están aquí saquen la basura—Ordeno Daniel.
—¡¿EHH?!—Contestaron al unísono los 3 niños—No queremos.
—¿A no? y que tal si les diera un punto de favor eh?
—¡En serio!—Gritaron los 3 mostrando unos brillantes ojos de interes.
—Pero solo hay dos bolsas así que uno de ustedes se quedara sin punto—Al momento que Daniel dijo esto ultimo, unas miradas desafiantes se cruzaron entre los 3, ellos sabían lo valiosos que son esos puntos por lo que una batalla por tomar las bolsas comenzó.
Daniel no pudo ocultar la mirada de satisfacción por lograr que le hicieran sus tareas.
—¡Hola hola!—Con un fuerte golpe, alegremente Virgilia abrió el portón. Al instante lo trillizos vieron la oportunidad de salir con las bolsas, la desesperación por ganarse el punto fue tan grande que ignoraron por completo a Virgilia, casi pasándole por encima.
—¡¡MALDITOS CHIQUILLOS!!—dijo molesta Virgilia—Que no ven lo difícil que es lucir así de despampanante.
—Hola Virgilia, bienvenida—Saludo alegremente Daniel.
—Yo no se como as logrado controlar esos tres perros maleducados—Contesto furiosa mientras sacudía el polvo de sus vestido y acomodaba su cabello—Recuerdo que el primer día Be te arranco la cara de un zarpazo y mira ahora sacando la basura.
—Bueno si—contesto apenado Daniel—también sin olvidar que cada ves que les hablaba me cortaban la cabeza o me arrancaban la lengua.
—HA HA HA tienes razón era super divertido, como la ves que comieron la cabeza o cuando te partieron en dos. Pero mi momento mas divertido fue cuando llegue y te encontré empalando en la entrada, casi me orine de risa.
—Si ahora que lo dices, no fue facil.
—Pero—Interrumpió seriamente Virgilia—A pesar de que ellos te mostraran ese desprecio nunca te rendiste, te esforzaste en llegar al corazón roto de esos 3 niños, Lucifer no se equivoco contigo.
Escuchar esas palabras llenaron de alegría a Daniel, el no había entendido en sus totalidad la situación pero al ver los ojos tristes de los niños algo muy en su interior lo entristeció. Los escucho llorar todas las noches, desear que su padre regresara y con cada lagrima, cada deseo era un motivo por el cual es se esforzaba mas en llenar ese vacío no quería que esos niños lloraran más, quería solo verlos sonreír.
—Bueno no me puedo llevar toda la gloria, también es gracias a los libros que me conseguiste, no debió de ser fácil encontrarlos y mas en el infierno
—A eso, los conseguí en el mundo humano
—¡QUEEEE! ¡¿Los robaste?!
—Claro que no, los tome prestados.
—Se muy bien que es una mentira
—Ya supéralo lo que importa es que te funcionaron, ademas—dijo en voz baja Virgilia—El dueño no creo que los necesite.
En ese momento los Trillizos regresaron con una enrome sonrisa.
—Adivina que Daniel—decía entusiasmada Be—entre los tres llevamos las bolsas. Cada uno la tomo de un lado y eso cuenta cómo llevarlas por lo que ahora tienes que darnos un punto a cada uno.
Al escuchar esto un golpe de nostalgia le llego a Daniel. Los primeros días ellos eran hostiles, competitivos, no existía la cooperación en su naturaleza pero a pesar de eso Daniel se esforzó leyendo y estudiando en los libros que le trajo Virgilia buscando la forma de acercase a ellos y a pesar de las distintas maneras en las que el fue rechazado, el nunca se rindió el solo quería verlos sonreír, así que poco a poco y sin darse cuenta, ellos empezaron a abrirse, a ayudarse, a mostrar esa sonrisa que era la mayor recompensa que Daniel había obtenido.
—Tienes razón Be—Contesto alegre Daniel—Ro, Cer, Be, buen trabajo se ganaron un punto.
—¡GENIAL!—Los tres gritaron y brincaron alegremente festejando su logro.
—Gracias Virgilia—Continuo Daniel—Ya me siento con más confianza, sé que podré manejar a los otros 6 hijos que me faltan.
—Te equivocas, los trillizos valen solo como 1, te faltan 8.
—Oh claro valen por uno… Espera, ¡¡QUEEEEEEEEEEEEE!!
CONTINUARA.