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Capacidades

¿Acaso esto era una broma?

Claro que no.

Pero me hubiese gustado que lo fuera a pesar de no tener ni pizca de gracia.

- No soy un cultista, si lo fuera no hubiera liberado a los rehenes.

Ante mis declaraciones el grupo de ninjas ni se inmuto, de hecho, desenfundaron todo tipo de armas japonesas mientras intentaban rodearme.

Pude notar como varios de ellos tenían armas coloridas expulsando elementos mágicos desde sus hojas.

Hay alrededor de veinte o treinta ninjas aquí, sin mencionar los que pueden estar afuera…

Una figura femenina con una daga esmeralda en mano y una larga espada colgando en su espalda dio un paso al frente.

- … ¿Quién eres?

Su voz carecía de cualquier empatía, de vez en cuando me hablaba de esa forma, pero este nivel de frialdad no era algo de lo que podría reír.

… Ouch…

Mi corazón se estremeció un poco.

- … Kitzin…

Molly miró a los alrededores.

Las paredes y pisos estaban destrozados, estatuas de hielo y marcas de quemaduras se encontraban esparcidas en todos lados junto con los cientos de litros de sangre seca en los cadáveres que conocieron su final.

- …Que masacre.

Disgusto, horror, furia.

Su voz transmitió todo eso con unas pocas palabras.

- Todos ellos jugaban con la vida, es lógico que algún día alguien jugaría con la suya.

Y era verdad.

Tanto los prisioneros como yo vimos cómo se regocijaban ante los gritos de dolor. Cómo se excitaban al abusar de inocentes. Cómo mataban por sus rituales o por un simple impulso.

Puede que la vista fuese horrible desde los ojos externos.

Pero no me arrepentía.

Y seguro que los prisioneros no lloraran las muertes de sus captores.

Tal vez no haya sido lo correcto. Pero fue lo que tuvo que hacerse.

Y aún si no lo fuera.

Yo podría seguir adelante.

Caminé cerca de un cadáver, lo levanté por su cuello y activé Putrefacción.

Su rostro de piel gris se derritió, sus ojos, lengua y cerebro se volvieron una masa liquida que cayó al suelo con un sonido húmedo.

No podía ver sus rostros debido a un pedazo de tela escondiéndolos, pero los movimientos de sus torsos remarcaron lo acelerada que se estaba volviendo su respiración.

Había logrado ponerlos un poco nerviosos.

Entonces activé Intimidación a su máxima potencia y lancé los restos del cadáver a sus pies.

- Si no quieren acabar igual, quítense de mi puto camino.

Respiraciones agitadas, piezas de metal agitándose junto con los cuerpos temblorosos de sus portadores, pies que poco a poco retrocedían.

Había destruido la voluntad de pelear de los ninjas.

No hagan esto más difícil y háganse a un lado.

Mis pensamientos estaban especialmente dirigidos a la única persona que seguía como si nada.

Molly sacó un pergamino pequeño de su cintura y lo lanzó al aire.

- Pies de Benkei.

El pergamino se desintegro y se convirtió en brillantes pétalos de bailaron sobre las cabezas de los ninjas.

- Magia de hielo y fuego de largo alcance, ataques mentales, magia de corrosión que se activa con el contacto, grandes aptitudes físicas, eso ya te hace bastante fuerte.

Un estudio detallado de mis capacidades me fue escupido en la cara como si nada.

Mis adversarios recuperaron la compostura.

Tap* Tap*

No.

Ahora estaban más dispuestos a pelear que nunca.

Sus pesados y confiados pasos acechándome querían ahogarme en la intimidación.

- Sin embargo…

Todos los ninjas se prepararon para abalanzarse.

- Subestimarnos será tu mayor error.

¡ROOAAAAA! *

Junto con rugidos de guerra dispuestos a repartir justicia, la pelea inició.

Mierda… Eso fue genial...

Sin embargo, mi sonrisa estúpida y mente distraída estaba lidiando los sentimientos fuera de lugar emanando de mi corazón.

- ¡ORRAA!

Las garras metálicas de un ninja venían por mí.

- Tch.

Recordando que me encontraba en una mala situación, usé los nudillos endurecidos de mis guantes para rechazar el ataque golpeando las mismas garras a un lado.

- ¡¿Hrgh?!

Thump*

- Golpe crítico.

- Tajo cruzado.

Después de patear la barbilla del ninja, otros dos con kunais y dagas en sus manos intentaron atacar desde mi punto ciego.

Haciendo gala de mi nueva memoria muscular, evité el ataque haciendo una voltereta inversa.

Estando en el aire empuje las cabezas de mis atacantes contra ellos mismos.

Bonk*

Ambos cayeron al suelo después del sonido de metal chocando.

- ¡Esos movimientos! ¡¿Acaso es un hombre bestia?!

- ¡No importa lo que sea, vamos a acabar con él!

- Atrapen.

Arrojé el cuerpo inconsciente de los tres ninjas a su grupo.

Los atraparon sin problemas, pude sentir cómo la sed de sangre de cierta persona disminuía con eso.

Tal vez pueda salir pacíficamente.

Tres figuras femeninas sosteniendo un arma que parecía un frisbee en cada mano se posicionaron a mi alrededor en forma de triángulo.

"Habilidad conjunta; Abejorro rojo". Las tres figuras me lanzaron sus armas al mismo tiempo.

O no.

Los extraños platillos metálicos fueron envueltos en llamas mientras volaban por el aire.

- Muro de hielo; Tres muros.

Trate de protegerme de sus proyectiles, pero en cuanto sus armas tocaron el hielo lo rebanaron como si fuera mantequilla.

Y yo pensando que mi hielo era fuerte…

Había ganado algo de confianza, pero la batalla contra el demonio y estas mujeres la estaba aniquilando.

Usando los nudillos y la punta de mis botas, fui golpeando y desviando cada rueda de fuego que se acercaba, aunque cada vez que lo hacia las figuras atrapaban y lanzaban el arma nuevamente, aumentando su velocidad y frecuencia poco a poco.

En algún punto intenté tomar su arma, pero el fuego lo hizo una tarea algo dolorosa.

- Habilidad de arco; Tiro pesado.

Entre la tormenta de ataques flamígeros, una flecha fue dirigida a mi pierna acompañada de un poderoso silbido.

¡Cling! *

- ¡Hrgh!

La armadura lo resistió, pero igual sentí que el disparo casi me mueve un hueso.

¡¿Están intentando arrancarme la pierna o qué?!

- ¡¿De qué está hecha esa ropa?!

- ¡Sigue disparando, puede que no la rompieras, pero sin duda lo sintió!

- ¡Entendido!

No podía arriesgarme a que en uno de esos disparos destrozaran la máscara, y estaba comenzando a cansarme.

Veamos qué puedo hacer con esta nueva fuerza.

Habiendo acostumbrándome al patrón y velocidad de los discos, levanté mi pierna y con una patada de hacha detuve las armas impactándolas una por una contra el suelo.

- ¡Imposible!

Eventualmente detuve todas.

- ¡Fuego!

Una lluvia de flechas estaba por caer sobre mí.

Con mis pies levanté los discos flameantes y los pateé a las flechas, haciendo una pequeña brecha por donde moverme.

Corrí al trio de ninjas.

Mientras lo hacía tomé algunos cuchillos y se los arrojé al mismo tiempo que me enfrascaba en una lucha cuerpo a cuerpo con la primera.

- ¡Cuidado!

Tonk* Tonk*

Ningún cuchillo alcanzo carne, pero eso estaba bien, ya que mi objetivo era separarlas, no matarlas.

El ninja lanzo un derechazo seguido de una patada lateral, esquive el puño y cuando pase por debajo de su pierna atore mi pie con el suyo, después jalé.

- ¡Mierda!

El ninja dejo de sentir sus pies en la tierra, estuve a punto de golpear su pecho para dejarla sin aire, pero las flechas acercándose no me lo iba a permitir.

En vez de golpearla sostuve sus muñecas y me puse detrás de ella.

- ¡Alto al fuego!

"Habilidad conjunta; Caparazón de escarabajo".

¡Tink! * ¡Tank! *

Sus compañeras, queriendo evitar que las flechas alcanzaran mi nuevo escudo humano intervinieron bloqueando y cortando las flechas con kunais, el brillo de su filo dejo un patrón circular con cada movimiento.

- Mira, les importas, que lindo~.

Moleste un poco al ninja.

- ¡Maldito!

Claro que se molestaría, con su creciente batalla por intentar librarse y las constantes pataletas dirigidas a mi entrepierna, me hicieron apretar mi agarre en sus muñecas.

- Hrgh…

- Las niñas malas merecen ser castigadas~.

Levante mi mano y la puse sobre su cuello.

- ¡Suéltala!

Las flechas habían terminado.

Un ninja estuvo por enterrar su arma en mi rostro, pero puse el de su compañera para entorpecerla.

Obviamente se detuvo.

- Bye~.

Aprovechando su momento de vacilación enterré mi pie en su estómago.

- ¡¿Geha?!

Salió volando directo a su compañera.

- ¡Te tengo!

Como era de esperarse de un hombre bestia, logró atrapar a su camarada siendo empujada solo un poco.

- Cough* Cough*

- Tranquilízate y respira lento.

El ninja que restringía volvió a pelear, su ira casi saliéndose de sus orejas.

- Duerme un rato.

Solté sus manos e inmediatamente puse mis brazos en su cuello, haciéndole una llave.

- Hagh* Kgh* Ahg*

- Shhh~.

Después de unos segundos de estrangularla, su cuerpo dejó de moverse, ante esto la levante y la arroje a sus compañeros.

- Sigue viva, solo está inconsciente por la falta de aire.

GRRRRR*

Muchos rugidos me respondieron.

Todavía quedaban bastantes ninjas, y me estaba quedando sin aliento, pronto estaría demasiado cansado como para huir, era momento de acabar con esto como fuera.

- Alto.

La voz de Molly congeló a los ninjas.

Entonces se dirigió a mí con pasos lentos mientras guardaba su daga y tomaba su espada.

- ¿Qué tienes contra los cultistas?

- No mucho, solo estoy cumpliendo deseos y pagando favores.

- ¿Cómo llegaste aquí? ¿Cómo es posible que alguien de afuera los haya encontrado antes que nosotros?

- Veo gente muerta, ellos me lo dijeron.

- … Ah sí.

- …

Tan fría como siempre.

- Hay cierta persona que tengo que vigilar.

Una hoja rosada, el mango que bajo ninguna circunstancia sería cubierta por sus dos manos era de jade, y la guardia tenía la forma una flor rosada, la longitud era casi tan larga como la persona empuñándola.

Un peligroso escalofrió recorrió mi espalda.

Solo necesite una mirada para saber que no podía ganar.

- Asi que acabaré con esto de una vez.

- … Bueno, ya somos dos.

Vaya… Hace tiempo que no me siento tan… Pequeño…

Era demasiado absurdo, el aire en un solo instante se volvió pesado, mi cuerpo estaba temblando por la innegable posibilidad de una muerte segura.

Supongo que es momento de probar eso…

- Aquí voy.

Molly opto una postura baja con su nodachi sobre su hombro, con eso supe que solo necesitaría de un movimiento para partirme a la mitad.

También supe que a sus ojos la pelea contra mí solo le tomaría un corte rápido.

Me sentí frustrado.

- Yo también…

Abrí los brazos y me preparé para cualquier efecto secundario.

- Cocytos.

FFFFFZZZZZZZHHHHHH*

Una violenta ventisca salió desde los bordes de mi cuerpo congelándolo todo.

- ¡Todos! ¡Detrás de mí!

Molly volvió a lanzar un pergamino.

- Amaterasu.

El pergamino se desbarato y la imagen de una hermosa mujer de largo cabello negro vistiendo un fino kimono blanco y rojo con corona dorada envolvió a los ninjas en un anillo de fuego dorado.

Yo mientras tanto, fui drenado de casi todo mi maná.

Thump*

- Haah* Haah*

Con mi rodilla en el piso y mi cabeza dando vueltas, aprecie los efectos de mí habilidad mientras buscaba un vaso de ensayo con liquido azul.

La habitación que era alrededor de seiscientos metros cuadrados fue cubierta en su totalidad por el hielo.

Pero había algo extraño.

La imagen de la mujer desapareció junto su fuego.

- ¡Reporte!

- S-Sin bajas, cinco fuera de combate, los demás estamos bien.

- Jefa… El hielo… ¿Esos son rostros?

Uno de los ninjas apunto al suelo.

Siguiendo su dedo los demás se percataron de una bizarra realidad.

- … Por la diosa…

Toda superficie cubierta por el hielo formaba patrones similares a rostros en llanto.

Estaban tan bien esculpidos que te harían pensar que los rostros fueron arrancados y pegados al hielo.

Krrrrrk* Ckreack*

- ¡¿Qué es eso?!

Ckreack*

- ¡Por ahí también!

Crush*

- ¡Allá!

Los dedos y las voces perdían su dirección entre el crujiente hielo.

HHHHHHHHHIIIIIIIHHHH*

Un rugido, o puede que sería mejor decirle suspiro. En cualquier caso, era un sonido que no te gustaría escuchar detrás de ti.

Molly miró en dirección del ruido hueco y lo único que salió de su boca con voz irritada fue:

- No muertos…

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