Kain estaba a las siete de la mañana en la entrada del hotel Shen, esperando junto a Kokoro, Hana y Mana. Al mismo tiempo, Aoi estaba monitoreando desde el laboratorio subterráneo en la mina de mineral de chakra el despliegue de las arañas de tierra dentro de la cueva, bajo la montaña, a cincuenta kilómetros de la capital del Rayo.
Kain vio dos carruajes tirados por caballos con un hermoso pelaje oscuro. Él negó con la cabeza, demasiado lamentable para ser el clan más poderoso de toda la nación del Rayo.
Al mismo tiempo, la policía militar cuidaba los alrededores y había cortado el tránsito. Eran las siete de la mañana, el transito no era mucho, pero la policía militar no podía correr riesgos con el tipo de persona que iba dentro del carruaje. Por otro lado, de forma inusual, los shinobis de la familia Hoshino se movían por los techos de la capital y vigilaban los alrededores.
Kain avanzó, lo siguieron Kokoro, Hana y Mana. Él bajo los diez escalones que lo llevaban a la vereda. Espero a que los carruajes se detuvieran, él se acercó al carruaje trasero y abrió la puerta. Miró al interior del carruaje y vio a una hermosa mujer rubia con el cabello ondulado, peinado a la derecha. El oído izquierdo estaba expuesto. Del lóbulo izquierdo colgaba un arete con una piedra de zafiro.
—Misuzu-chan, gracias por venir— dijo Kain
—De nada, siempre es un placer mirarte— respondió Misuzu Hoshino, tenía la piel clara, ojos grandes y expresivos. Una nariz fina, una boca grande y labios delgados con un labial rojo intenso. Ella iba vestida con un hermoso furisode rojo, así que su movimiento era limitado.
Kain le tendió su mano, Misuzu se apoyó en las manillas del techo y se levantó del asiento. Ella movió un pie a la vez, se acercó a la escalera del carruaje y miró a Kain. Este último sonrió, Misuzu miró al techo, soltó un suspiro y asintió. Kain se acercó, la cargo en sus brazos y la bajo. Una vez que él dejo a Misuzu en la vereda, ella fue una cabeza más baja que él.
—Gracias— dijo Misuzu, levantó su rostro y apoyo su mano en el pecho de Kain
—De nada— respondió Kain con una amable sonrisa
Kokoro Yotsuki, un par de metros por detrás de Kain, tosió.
Misuzu miró hacia atrás y vio a Kokoro —ha sido un tiempo, Kokoro ¿Ahora trabajas para Kain? ¿Me gustaría saber cómo te paga?—
Kokoro miró hacia otro lado y se ruborizo.
Misuzu Hoshino se cubrió la boca y soltó una melodiosa risita. Ella miró a Kain, pero al ver a este último con una mirada seria, dejo de sonreír. Lo mismo fue Kokoro, Hana y Mana.
Por su parte, Kain llevó su mano al mentón. Sus ojos parecían mirar a Misuzu Hoshino, pero ella sabía que no era así. Era como si él mirara a la eternidad. Sus ojos deambulaban de izquierda a derecha. Su expresión era de preocupación.
Kain miró a Misuzu, esta vez fue a ella —Misuzu ¿Estos carruajes eran para nosotros?—
—Sí, Kain-sama— respondió Misuzu con una expresión seria
Kain asintió, miró a Hana y Mana, les hizo un gesto con la mano para que ellas se acercaran y así lo hicieron. Hana y Mana se detuvieron a un metro de Kain y este último les dijo —tomen— hizo aparecer una medalla tan gruesa como una moneda grande en la mano y se las tendió —viajen en el carruaje, los shinobis las tienen que proteger y nadie debería faltarles el respeto. Ustedes me representan, si alguien les falta el respeto, me lo faltan a mi— Kain miró a Misuzu y le preguntó —¿Entendido?—
—Sí, Kain-sama— dijo Misuzu Hoshino
—Ve y trasmite está información, tú vienes conmigo—
—De inmediato— respondió Misuzu y se alejó de Kain. Al mismo tiempo, un grupo de tres kunoichis con la cara oculta, bajaron al nivel de la calle y se pusieron de rodillas, delante de Misuzu.
Kain miró a Kokoro y le dijo —tú vienes conmigo, pero debes mantener la calma o te inyectare un tranquilizante y te impediré hacer cualquier acercamiento ¿Entendido?—
—¿De qué mierda hablas?— preguntó Kokoro con el ceño fruncido
—Promételo o viajaras con Hana y Mana— insistió Kain mirándola a los ojos
Kokoro agacho la mirada, después miró a Kain y le preguntó —¿Paso algo en casa?—
Kain la quedó mirando, no respondió, pero la miró con seriedad.
Kokoro sintió que su corazón latía con fuerza mientras imaginaba lo peor —Kain— dijo con voz temblorosa
—Debes prometerme mantener la calma. Yo puedo ayudar, pero debes prometerme esto—
Kokoro trago saliva y asintió —sí, lo prometo—
—Has la promesa completa, dilo con tus propias palabras, quiero oirlo—
Kokoro tomo una profunda respiración y respondió —yo, Kokoro Yotsuki, prometo manterme tranquila y pensar antes de actuar—
Kain mostro una pequeña sonría y le dijo —fue maravilloso, ahora recuerda ser coherente con tus palabras, lo prometiste—
Kokoro asintió cada vez más intrigada con la situación.
Kain miró a Misuzu. Las kunoichi delante de Misuzu saltaron a los techos y se acercaron al resto de los shinobis. Por otro lado, Misuzu volvió con Kain y este último le preguntó —¿Cómo fue todo?—
—Mis guardias protegerán a tus discípulas y las acomodarán como huéspedes de honor en la mansión Hoshino. Solo mi padre las podría echar—
—Espero que tu padre no sea bipolar— respondió Kain, después miró a Hana y Mana y continuo —ustedes viajen en el carruaje que preparo Misuzu, una vez que yo termine con este asunto, las encontrare, no se preocupen. Mientras ustedes tengan esa medalla, yo las encontrare, incluso si están bajo tierra o en lo alto del cielo—
—Sí, sensei— respondieron Hana y Mana, ambas hicieron una amplia reverencia y caminaron al carruaje que había usado Misuzu.
Kain miró a Kokoro y Misuzu —ustedes vienen conmigo— dijo
Kain camino a las escaleras, las subió y camino a las puertas de vidrio del hotel Shen. Entraron al vestíbulo, vieron a los trabajadores del hotel acercarse a Misuzu para darle la bienvenida, pero ella levantó la mano y continúo caminando.
Kain llego al ascensor, presiono el botón y espero el ascensor. Como eran ascensores con una tecnología "moderna" para la época, fue lento.
—Kain-sama— dijo Misuzu —¿Por qué quieres que te acompañe?—
—Necesito que alguien de confianza para tu padre y para mí, vea lo que voy a hacer—
—Yo no soy de confianza para mi padre, de lo contrario—
—Eres una muchacha idiota, Misuzu, confundes el hecho de que tu padre no te deja hacer lo quieres a tener falta de confianza. Algún día entenderás la diferencia—
—Suenas como mi padre—
Kain mostro una pequeña sonrisa, miró a Misuzu a los ojos y ella le sostuvo la mirada, pero después se ruborizo y miró en otra dirección. La puerta del ascensor se abrió y subieron al ascensor. Después subieron al último piso del hotel y se bajaron. Los policías todavía resguardaban el pasillo, se sorprendieron al ver a Kain, pero se sorprendieron aún más al ver a la nueva belleza que lo acompañaba. Solo el capitán, Taichi, conocía a la nueva mujer. Su rostro se puso pálido de solo pensar en todas las consecuencias que podría tener esta reunión.
—Kain-sama— dijo Taichi con la voz temblorosa
—Misuzu, dile algo al fan de tu padre— dijo Kain y continúo caminando
Misuzu se detuvo delante del policía y le dijo —por favor, tengo que conversar algo importante con Kain-sama. No se preocupe, mi padre sabe, él me envió. Así que mantenga esto en silencio ¿Entendido?—
—Sí, señora— respondió Taichi, se cuadro y miró al resto de los policías —ustedes, vengan conmigo—
Misuzu camino con pasos cortos y rápidos hasta alcanzar a Kain. Este último abrió la puerta, dejo entrar a Kokoro y Misuzu. Cerró la puerta y camino al centro de la habitación. Kain sacó a Vástago desde el interior de su haori y presiono el ojo. La luz roja se encendió y levitó.
—Vástago, llévanos a Kumogakure, directamente al centro de la entrada sur— dijo Kain —no te preocupes por los problemas que pueda ocasionar. Sin embargo, reviste tu superficie de una capa de vidrio unidireccional y mantente a mi lado. Tenemos que encontrar a Jin y ayudarlo—
—Procesando, solicitando permiso a unidad Guardián. Permiso concedido, viajando en 3, 2, 1—
Al instante, Kain, Kokoro y Misuzu viajaron a Kumogakure. Aparecieron de la nada, así que los shinobis que rondaban la zona, se quedaron congelados y se prepararon para luchar. Gracias a la situación del Raikge, Kumogakure estaba en estado de alerta.
—Kokoro, hazte cargo— dijo Kain
Kokoro miró a los shinobis y levantó las manos —un momento, soy yo, Kokoro Yotsuki, mantengan la calma. Algunos de ustedes conocen a Kain. Él vino a ayudar—
Al mismo tiempo, Kain dijo —Vástago, realiza pulso y encuentra firma de chakra de Jin Yotsuki, tercer Raikage de Kumogakure—
Gracias al vidrio de visión unidireccional, Vástago era invisible, pero su camuflaje no era perfecto. La pequeña unidad flotaba en el aire y reflejaba la luz. Como pidió Kain, lanzó un pulso de energía que se extendió a decenas de kilómetros a la redonda.
—Muéstrame donde está Jin— dijo Kain
Vástago levitó con dirección norte, Kain miró a Misuzu, la tomo en brazos y comenzó a correr —Kokoro, tranquiliza a esta gente y alcánzame— dijo
—¡Kain!— grito Kokoro mientras miraba a los shinobis y veía a Kain huir.
Kain se movió por los tejados mientras llevaba a Misuzu en sus brazos y ella se aferraba al haori de Kain. Este último comenzó a mirar las luces que venían a su encuentro en el mapa que Vástago mostraba en su mente —protocolo de cacería— dijo
Al instante aparecieron los anbus de Kumogakure, trataron de lanzarse sobre Kain, pero Vástago comenzó a disparar dardos de luz que se transformaron en telaraña y golpearon a los anbus. Algunos golpearon casas, murallas o cayeron directamente en la calle. La telaraña se endureció y ellos fueron incapaces al instante. Sin embargo, el ataque no termino ahí y Vástago disparo dardos de luz a gran velocidad, golpeando en el centro del pecho de cada anbu y dejándolos inconscientes.
Kain se siguió moviendo, llego a los límites de la villa y vio un grupo de casas tradicionales rodeadas de murallas. Kain saltó al interior de las murallas, los shinobis aparecieron desde los callejones y el techo, pero Vástago se hizo cargo de ellos y lo único que se vio fue un gran grupo de shinobis cayendo al suelo como si fueran moscas.
Kain bajo a Misuzu, ella apoyo sus pies y se afirmó del brazo de Kain. Este último miró a la nada y dijo —Vástago, señala la ubicación de Jin e incapacita a los sujetos hostiles—
Vástago se movió en silencio y entró a la casa. Solo sonaron gritos ahogados y el golpe de cuerpos al caer sobre el tatami.
Kain avanzó a paso lento mientras Misuzu lo seguía. Esta última miraba de lado a lado, muerta de miedo. Veía los cuerpos de los shinobis tirados en el suelo, pero ninguno parecía tener sangre o estar herido de muerte.
—Están inconscientes— dijo Kain —cada uno fue golpeado por un dardo hecho de mineral de chakra que genera una vibración que hace que el chakra dentro del cuerpo se estremezca. Eso inhabilita cualquier tipo de habilidad y capacidad de respuesta—
—¿Eso no funciona en los civiles?— preguntó Misuzu
—En los civiles produce un fuerte mareo y parálisis—
Misuzu tirito al escucharlo, miró a Kain. Tenía un rostro atractivo, los ojos azules, el cabello blanco peinado hacia atrás hasta la mitad de la espalda. Él era alto y se veía robusto con el haori blanco. El vajra y el abanico en la espalda. El símbolo de cada señor de la guerra, Hashirama Senju y Madara Uchiha. Por siglos los civiles pensaron que los shinobis peleaban con magia, pero el poder de Kain se sentía más peligroso que eso. Se sentía omnipotente.
Kain y Misuzu entraron a la casa, inspeccionaron el interior y encontraron una habitación extraña. Era la única que tenía murallas de concreto y una puerta metálica blindada. Sin embargo, esto no era nada para Vástago y la puerta termino en el suelo.
Kain se detuvo delante de la puerta, miró a Misuzu y ella sonrió con incomodidad. Como el furisode era demasiado ajustado a su figura, el movimiento era restringido. Así que Kain la tomo en brazos, la cargo, paso por encima de la puerta blindada y juntos entraron a la habitación.