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Mundo Shinobi - PGM - 138

Kain, Torifu y Osamu continuaron saltando de árbol en árbol hasta que les dio la noche. Kain y Torifu comieron juntos, pero Osamu comió por separado, ya que dudaba de las intenciones de Kain y se estaba arrepintiendo de haber venido. Osamu hizo la primera guardia mientras Kain y Torifu se fueron a dormir. Una vez que pasaron las cinco primeras horas, Kain se despertó y Osamu se levantó de su asiento, frente a la hoguera.

Kain avanzó rascándose los ojos y Osamu mirándolo con una expresión de preocupación. Parecía que él estaba totalmente desprotegido, así que Osamu lanzó una patada a las piernas y sintió haberlo derribado. Después saco un kunai de la mochililla en su cintura y trato de hacer como que lo iba a apuñalar, pero cuando realizo el movimiento, no vio el cuerpo de Kain en el suelo.

-¿Qué haces, Osamu? ¿Alguna especie de baile?- le pregunto Kain un metro por delante de él. Bostezo como si no hubiera pasado nada y se sentó frente a la hoguera.

Entonces Osamu sintió un terrible frio recorriendo su espalda. A lo mejor, era como decía Kain, pensó. Él estaba utilizando a Tobirama y viceversa.

-Nada, señor- respondió Osamu poniéndose de pie y mirando la espalda de Kain, cubierta por la armadura roja -solo estaba haciendo ejercicio, nada importante-

-¿En serio? Bueno, cuando estes cansado no saques tus kunais, te podrías lastimar-

Osamu sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo y asintió. Después se dio la vuelta y se acostó sin poder dormir junto a un monstruo que no necesitaba hacer nada en especial para matarlo. No obstante, después de una hora, el sueño lo venció y durmió.

-Kain-sama- dijo Shiori Aburame bajando del árbol y parándose a un lado de la hoguera -¿Está bien? Tenía la intención de lastimarlo-

-Déjalo, es alguien hábil, pero tonto. Su sinceridad debe haber dejado una gran marca en el corazón de Itachi y por eso lo recomendó. Es peligroso en ambas direcciones, para él y para los demás. Es alguien que podría cumplir misiones, pero que no tendría el suficiente tacto para ser alguien en las sombras- Kain alzo su vista a los oscuros árboles y les pregunto en broma -¿No les da alivio? Jamás será un anbu como ustedes-

-Deberías dejar de burlarte de los demás, Kain Uchiha- dijo Torifu levantándose de su saco de dormir. Camino hasta Kain, miró a Shiori vestida con una capucha negra y la máscara blanca de escarabajo. Después se sentó en una piedra, al lado de la hoguera y quedó mirando a Kain.

-Sabes- dijo Kain -no puedo creer que seas hermano de Ooyama-san. Son como el sol y la luna. Por supuesto, por volumen, Ooyama es el sol, jajajaja-

Torifu Akimichi soltó un tenue gruñido y sus ojos acentuaron su expresión seria, haciéndolo ver aún más serio.

Al mismo tiempo, los anbus no respondieron y solo se dedicaron a observar a Kain. Pero sí, a todo los anbus de raíz les producía un gran alivio. Después de todo, ellos saben lo que paso con Kagami y como no pudo aceptar la oscuridad de Konoha.

-No los moleste, Kain-sama- dijo Shiori como si fuera una hermana mayor -ellos solo hacen su trabajo-

-Claro, claro- respondió Kain con una gran sonrisa, palmeo el suelo a su lado y continuo -porque no te sientas a mi lado, hace frio-

Shiori bufo indignada y saltó a los árboles para esconderse igual que el resto de sus compañeros.

Por su parte, Kain se quedó mirando la hoguera hasta que dieron las cinco de la mañana y despertó a Osamu. Comieron un pequeño desayuno y después de apagar el fuego, siguieron avanzando hasta llegar a los límites del bosque Noroeste, donde empezaban las colinas de tierra seca hasta dar paso a un interminable desierto. Osamu parecía molesto con el calor, pero Kain sonreía, jamás había ido tan lejos de la villa. Solo le molestaba la constante vigilancia de Torifu Akimichi y su cara de pocos amigos.

Kain saco un mapa, se ubicó y después ubico la dirección del campamento donde debería estar esperando el viejo Orochi. Osamu lo miraba desde el lado sin decir nada mientras Torifu los miraba a tres metros por detrás de ellos con los brazos cruzados.

-Debemos ir más al Oeste- dijo Kain

Osamu asintió y miró hacia atrás, donde estaba de pie Torifu con el bosque a sus espaldas.

-¿Te preguntas por los anbus?- pregunto Kain

-Sí, señor- respondió Osamu

-No te preocupes, ellos solo nos acompañaron durante un instante. Ellos se fueron antes de que te despertaras, tenían su propia misión-

Osamu asintió, Kain sonrió y empezó a caminar hacia el Oeste.

-Dime ¿Tienes familia aparte de Tadashi?- pregunto Kain

-Sí, señor- respondió Osamu algo confundido al ver a Kain caminar de lo más tranquilo. Daba la impresión de que estaba dando un paseo hacia las colinas áridas -tengo una hermana menor, se llama Sayuri-

-Sayuri "pureza" ¿Ah? Bonito nombre- respondió Kain con una sonrisa -¿Cuál es tu especialidad Osamu?-

-Soy bueno luchando cuerpo a cuerpo y me especializo en sellos explosivos-

-Bueno, creo que vas a tener que hacer uso de tu fuerza-

-¿Eh?-

Desde la tierra árida salió una larga espada dirigida a Kain. Este último saltó dando una pirueta hacia atrás y pudo ver la hoja de metal cubierto por un líquido purpura. Después de caer en el suelo siguió dando piruetas hacia atrás mientras esquivaba otras espadas que salían del suelo.

Al mismo tiempo, Osamu activo su sharingan hasta el segundo tomoe y tomo una posición de combate. Escucho el castañeteo de la madera y vio con su visión mejorada como dos marionetas lo apuntaban con espadas. También vio como Torifu se movía hacia adelante, incrementaba el tamaño de su puño hasta alcanzar el volumen de su cabeza y daba un puñetazo al suelo.

Las dos marionetas frente a Osamu dislocaron sus muñecas y de los muñones salieron espadas. Después se acercaron Osamu a una gran velocidad y lanzaron estocadas. Osamu se movió dejando que las hojas lo rosaran y avanzó por debajo para colocar dos sellos explosivos en el tórax. Las marionetas lanzaron un corte en horizontal, pero Osamu fue más rápido y saltó hacia atrás mientras explotaban los sellos. Osamu se preparó para el siguiente oponente y saco dos kunais desde su mochililla mientras tomaba una posición de combate. La explosión dejo una polvareda que dificultaba la visión. Osamu forzó sus ojos al máximo hasta que todo se volvió sumamente lento y vio como una hoja de metal atravesaba la nube de polvo en su dirección. Osamu se agacho, dejo que la hoja pasara por encima y corrió al encuentro del asesino. Al final de la polvareda encontró a una mujer de cabello castaño. Osamu se lanzó de frente y la mujer cerró sus brazos para que dos marionetas le bloquearan el paso. Osamu se detuvo, dio un salto hacia atrás y la mujer aprovecho de lanzar un ataque cuerpo a cuerpo con sus marionetas. Cada uno disloco sus muñecas y del antebrazo salieron largas espadas.

Osamu continúo luchando con la mujer, recibiendo uno que otro corte. Nada significativo, pensó. Sin embargo, cuando Osamu empezó a perder el control sobre su cuerpo, entendió la situación. Desde el principio había perdido.

Las dos marionetas se lanzaron de frente con la intención de apuñalarlo, pero una bola de acero atada a una cadena, paso partiendo ambas marionetas a la mitad. La mujer quedó sorprendida, pero no por mucho. Ella soltó el control sobre sus marionetas destrozadas y lanzó una bomba de humo. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, sonó el movimiento de una cadena metálica y sintió sus pies atrapados. Ella cayó al suelo, se volteó para luchar, pero antes de que siquiera pudiera lanzar un golpe, otra cadena voló y la ato desde las muñecas.

-Maldito, suéltame, suéltame- gritaba la mujer

-¿Mmmm? Para ser alguien que realiza ataques furtivos, eres bastante descarada- dijo Kain avanzando entre la nube de humo que había dejado la mujer.

-Maldito mocoso, ya verás- gritó la mujer

-Sí, sí, lo que digas- respondió Kain deteniéndose al lado de la mujer y sacando un papel de sello. Entonces la mujer se puso pálida, Kain sonrió complacido con su expresión y coloco un sello sobre su frente. El papel se transformó en polvo que se evaporo en el aire y solo quedó la tinta sobre la piel, como si fuera un tatuaje.

-He bloqueado tu chakra, pórtate bien si sabes lo que es bueno- continuo Kain, después miró a Osamu y lo vio caminando a paso lento. Sus ojos se veían cansados, con ojeras negras bajo bajo los parpados y una tez pálida. Kain negó con la cabeza y camino hasta Osamu. Una vez que él llego frente a Osamu, lo ayudo a acostarse en el suelo. Kain se colocó de tal manera que la visual de la mujer quedará obstruida y después se concentró en mirar las partes heridas. Osamu era un desastre, tenía cortes en los brazos y piernas. Un luchador demasiado descuidado, pensó. Sin embargo, Kain pensando en sus amigos, se sintió aliviado de haberlos apartado del campo de batalla. A lo mejor, Sakumo y Akane hubieran muerto si hubieran sido envenenados por los marionetistas. Kain se concentró en Osamu y canalizo su chakra en la palma de su mano. El chakra tomo un tono verde brillante como cualquier ninjutsu médico. No obstante, una vez que Kain puso su palma a la altura del cuello, de la piel de Osamu salió un pequeño retoño de árbol. Osamu se quejó de dolor, pero Kain puso un sello en su frente y lo paralizo. El retoño fue creciendo hasta formas un diminuto árbol de hojas verdes. Kain siguió aplicando chakra y las hojas del retoño se empezaron a volver oscuras. Una a una las hojas del retoño se volvieron completamente oscuras y se fueron cayendo, hasta que no quedó ninguna y el tronco del retoño se desprendió de la piel como si fuera una costra. Solo quedó una pequeña mancha en la piel similar a una cicatriz; un pequeño precio para no morir de envenenamiento.

Kain soltó un suspiro y murmuro -tengo que encontrar una manera menos problemática de sacar el veneno. Si muestro mi habilidad solo me traerá problemas-

Kain realizo una seguidilla de sellos y creo un pequeño refugio de tierra sobre Osamu para que lo protegiera del sol. Después miró los alrededores y capto a Torifu viniendo en su dirección mientras arrastraba a un marionetista en cada mano. Su rostro de pocos amigos lo hacía ver feroz. Kain sonrió al ver lo habilidoso que era uno de los discípulos de Tobirama y se dirigió a donde dejo a la mujer que había quedado tendida al sol. Se puso en cuclillas para mirarla a la cara y le preguntó -no eres fea, onee-san ¿No quieres adoptarme?-

-¿Quién iba a querer adoptar al hijo del demonio Uchiha?- grito la mujer en respuesta como si escupiera esas palabras con odio -maldita sea mi suerte cuando acepte esta misión-

-¿Vaya? Estoy perdiendo mi toque- respondió Kain mientras se acariciaba el mentón, ignorando por completo el odio de la mujer -por lo usual las onee-san como tú me pedirían adoptarme en vez de que yo les ofrezca ¿crees que estuvo mal ofrecerme yo mismo?-

La mujer se quedó callada y confundida, sin saber si el niño de cabello blanco y ojos celestiales estaba hablando en serio, estaba loco o solo se estaba burlando. Ella se calmó y le pregunto -¿Mis compañeros? ¿Los mataste?-

-¿Aaah? Esos tipos de allá- dijo Kain apuntando a unos treinta metros de ellos. Había una larga fila de columnas de tierra con cuerpos apuñalados en las manos y pies. La sangre brotaba de las heridas, pero a simple vista, ninguno estaba herido de muerte. Todos tenían la cabeza gacha, así que ella supuso que ellos estaban inconscientes.

-Tus otros dos amigos están inconscientes y los trae mi compañero ¿Ves que no somos los malos?- pregunto Kain -ni siquiera me puse la máscara que me paso mi sensei-

Kain metió la mano a la mochililla que llevaba atada a su cintura y saco la máscara negra con la sonrisa demoniaca. La llevo a su rostro y sobre puso la máscara cubriendo la parte inferior. La mujer lo miró y Kain acercó su rostro y le dijo -¡Bu! ¿Ahora si me temes?-

-Estás loco-

-Igual que tú- respondió Kain -dejándote utilizar por esos tipos para que seas la vanguardia ¿Cuántos años tienes onee-san? ¿19, 18? 20 a lo sumo. Solo tienes tu habilidad ¿verdad?-

-¿Cómo…?-

-La gente envidiosa siempre toma a las personas como tú y las manda a suicidarse-

La mujer apretó sus labios y derramo grandes lágrimas. No lloró fuerte porque se mordió los labios, pero Kain pudo sentir su dolor. Usar y ser Usado, cazar o ser cazado, ese es el mundo shinobi. Sin embargo, lo que Kain dijo era verdad, ella tuvo suerte de atacarlo a él. Ya que, para su plan, Kain necesitaba reducir al mínimo posible las bajas de la aldea oculta de la Arena.

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