-¿Qué esta pasando? ¿Porqué uno de tus ojos es verde?- le preguntó Sun hee a Namjoon frenética.
-No lo sé, apenas desperté y estaba así. Te juro que no tengo que ver nada en esto.
-El otro día leí sobre este tipo de cosas, se llama heterocromía, es cuando los colores de tus iris son diferentes.
-Esa condición es genética, no la puedes tener de la noche a la mañana.- Namjoon se sentía un poco culpable por mentirle de esa manera a Sun hee, pues él de antemano ya sabía lo de los ojos, aunque no creía que realmente fuera a funcionar.
-¿Crees que sea algo malo?- le preguntó ella.
-No lo creo, si fuera algo de que preocuparse, lo sentiríamos. ¿No lo crees?
-Tienes razón, aunque creo pertinete que indaguemos que es.
-Esta bien.
Bajaron a desayunar y de ahí se dirigieron al médico, donde al parecer nada estaba mal. Sin embargo el doctor que los atendió estaba más que asombrado, no se ve todos los días que dos personas con dos pares de ojos sanos contraigan heterocromía de la noche a la mañana. Al final terminaron llegando a la conclusión de que era raro e inexplicable, tenían asuntos más grandes por los que preocuparse. Los expedientes habían llegado, pero sin señales de Kyul. Se había podido concluir que él o los asesinos podrían haber estado involucrados en cierto tipo de culto, pues ese tipo de heridas no se les podía encontrar algún otro sentido más que una especie de ritual. Ellos tenían que a investigar el último lugar donde todas las víctimas fueron vistas por última vez. Curiosamente, todos los desaparecidos se vieron por última vez en un bar en el centro de Seúl. "El Dragón Carmesí" se llamaba el bar. Se sospechaba que ese bar era controlado por la mafia coreana, pero hasta ahora solo eran rumores y nada más.
-Déjame ver si entendí, nos tenemos que infiltrar en un bar que potencialmente está controlado por la mafia.- le dijo Sun hee a Namjoon con aire de desconfianza.
-En esencia,-le respondió él- pero no hay de que preocuparse mientras no lleves drogas.- Término mientras le guiñaba un ojo.
-Muy gracioso, en serio, pero ¿Al menos sabemos con quien tenemos que hablar?
-Es obvio. ¿No? Siempre los bartenders tienen la información. Son la persona con la que la gente de los bares habla.
-¿Y tú cómo sabes eso?
-No es mi primer caso en el que el último lugar en el que la víctima fue vista es un bar.
-Claro.
Al entrar al Dragón Carmesí, Namjoon se dirigió confiado hacia la barra mientras que Sun hee se quedó inmóvil en la entrada. Namjoon al verla, tomó su mano gentilmente y la llevó consigo a la barra.
-¿Quieres algo?- le pregunto Namjoon
-Ruby Black Velvet
-Gran elección.- después de dirigió al bartender- Un Ruby Black Velvet y un Santorini Sunrise.
Entonces el bartender se puso a abrir algunas botellas y vaciar su contenido en un envase metálico que luego procedió a agitar y luego servir en copas y vasos de vidrio. La bebida de Sun hee era de un color vino obscuro mientras que la de Namjoon era un amarillo bastante amigable.
-¿Santorini Sunrise?-le pregunto Sun hee con una ceja alzada.
-El sabor es agradable.-contestó él con la mirada perdida.- además te estoy concediendo el honor de hacer las preguntas al bartender mientras yo disfruto de esto.
Sun hee lo miro con incredulidad, pero luego procedió a hacerle preguntas al bartender sobre la noche en la que los adolescente desaparecieron. Mientras ella anotaba todos los detalles importantes de su entrevista en una pequeña libreta de anotaciones, Namjoon fijó su vista en un joven al otro lado del bar.
-Ya tengo algo de información. El bartender dijo que todos los secuestrados tenían algo en común, eran jóvenes de entre 19 y 26 años que se emborrachaban para después llevárselos en una limusina negra.
-Cómo ese de allá.- le respondió Namjoon señalando al joven del otro lado, que salía del bar para subir en dicha limusina.- Yo pago, tú ve y enciende el auto, los vamos a seguir.
Después de eso, Namjoon dejo 500 Won en la mesa y se dirigió al auto, manteniéndose a una distancia segura de la limusina. Estaba decidido a saber quien estaba detrás de esto.